Me crucé de brazos, esperando a
que continuara hablando, pero él se lo tomó con calma. Sacó un cigarro del
paquete que tenía en el bolsillo de la chaqueta y lo encendió con parsimonia.
Puse mi mano en mi frente y dejé escapar un sonoro suspiro.
-¿Vas a hablar? Me apetece tomarme
un ibuprofeno y acostarme, la verdad.
-Vámonos.
-¿Qué?
-Sí, recoge tus cosas, yo recojo
las mías y nos largamos.
-Zayn.
-Dejamos atrás toda esta mierda
Jenn, nos vamos. Sin Louis y sin Amy. Tú y yo, solos. Dime que no te apetece. –Vi
su sonrisa de chico malo, de medio lado, la que siempre ponía cuando tenía una
idea espontánea y guardé silencio unos instantes, recapacitando sus palabras.
Irnos. Solos. A cualquier lugar lejos de todo esto.
-No. –Frunció el ceño, no contento
con mi respuesta.
-¿Has dicho que no?
-Exacto. Pensaba que tenías un
oído perfecto. –Se cruzó de brazos y pude ver el enfado en su gesto.
-¿Se puede saber por qué? –Iba a
hablar pero antes de poder abrir la boca la voz de Liam resonó en mi cabeza,
tal y como había hecho en el cementerio, haciéndome saber que debía decirle
todo lo que quería decir. Respiré hondo y lo miré fijamente.
-Por qué no me da la gana de estar
como siempre, de tirar todo lo que tengo por la borda. Por primera vez estoy
bien, estoy tranquila. No me tengo que preocupar de que algún mafioso me pegue
un tiro por ser novia de su enemigo; no tengo que quedarme despierta hasta las
dos o las tres de la madrugada esperando a que mi novio llegue porque ha ido a
pegarle un tiro a alguien. Me siento como una persona normal, si entro a
restaurantes caros o a discotecas privadas es porque Louis ha reservado, no
porque amenace al portero a punta de pistola.
>>Y estoy segura de que
realmente no quieres huir de todo esto. Zayn, te apasiona la mafia. No puedes
alejarte de ella, está más que claro, y me parece bien, jamás te lo echaré en
cara. Pero yo quiero dejar de pertenecer a eso. Y por eso mismo no puedo irme
contigo.
>>Te recuerdo que hace algo
más de un año, vinimos a este pueblo a más de media hora de la capital para
alejarnos de todo. Para estar los dos solos, para no saber nada más de muertes,
ni de falsificaciones de cuadros; para no saber nada de nada de la mafia. Y
escasos meses después, estabas de nuevo metido con mi padre en esto. Es algo
que te llama, son tus raíces. Te has criado con la mafia, disparando y
extorsionando. Pero yo no. Yo me he criado en un mundo completamente distinto. –Cogí
aire, asombrada por la seriedad con la que había hablado, y parpadeé un par de
veces, conteniendo las lágrimas que estaban a punto de desbordarse por mis
mejillas. –Ya lo dijiste tú en mi patio cuando nuestros padres colaboraban,
somos polos opuestos, venimos de mundos completamente distintos. –Me puse de
puntillas y besé su mejilla. –Debes irte. –No se movió ni medio centímetro de
donde estaba. –Zayn, ambos sabíamos que no habría un final feliz para nosotros.
–Eso pareció hacerle reaccionar y por fin bajó su mirada hasta hacerla chocar
con la mía. Se agachó, besando mi frente con fuerza para acto seguido montarse
en su moto y arrancarla no con demasiada prisa.
-Hasta pronto, Jenn.
-Adiós, Zayn. –Y comencé a andar
mientras de lejos escuchaba su moto rugir cada vez alejándose más.
"Lo has hecho genial,
Jenn."
"¿Y por qué me siento como si
me hubiera atropellado un tráiler?"
Abrí con prisas la puerta de la
casa y la cerré con una fuerza que ni yo misma sabía que tenía. Me dejé caer
boca abajo en el sofá y cogí mi móvil. Respiré hondo un par de veces y marqué
su número.
-¿Jenn? ¿Estás bien, nena? –Su voz
adormilada me hizo sonreír.
-Sí... solo... –Casi sin quererlo
un sollozo salió de mi garganta.
-Jenn, ¿qué te pasa?
-Quiero que vuelvas, Louis.
-Está bien, nena. –Me consoló
durante un par de minutos hasta que al final dejé de sollozar como una niña de
cuatro años que no tiene su muñeca. –Estaré ahí a las nueve de la mañana te lo
prometo, iremos a desayunar a la playa si quieres.
-Hace frío. –Su risa sonó con
fuerza en el auricular.
-Te dejaré mi chaqueta para que no
pases frío.
-Entonces pasarás frío tú.
-Jenn, no sé cuándo te enterarás
que yo iría al polo norte en pantalones cortos por ti.
-Solo te lo pediría si me traes un
pingüino. –Ambos reímos. –Gracias, Louis.
-Te quiero.
-Te quiero. –Y colgamos al mismo
tiempo.
Poco a poco sentí como mis
párpados pesaban más y al final acabé durmiéndome en el sofá.
Abrí los ojos cuando el fuerte
olor a café invadió mis fosas nasales. Sonreí, aspirando con fuerza el
delicioso olor. Abrí los ojos de par en par cuando fui consciente de lo que
pasaba y corrí a la cocina.
-¡Louis! –Lo abracé con fuerza, al
igual que él hizo conmigo, levantándome escasos centímetros del suelo.
-¿Me echabas de menos?
-No sabes cuánto. –Lo besé con
fuerza, sintiendo su sonrisa en mitad del beso.
-¿Qué pasó anoche, nena? –Me mordí
el labio, planteándome si contarle lo de Zayn u omitir esa parte.
-Salí de fiesta con Lea y cuando
volví me vi aquí sola... –Sin dejarme acabar sus brazos volvieron a estrechar
mi cuerpo, casi sin fuerza.
-No te volveré a dejar sola. –Reí
en su cuello, haciendo que él también se riera.
-Tranquilo, puedo vivir sin ti.
-Ya lo veo.
-Fue culpa del alcohol, que me
pone ñoña. –Louis asintió y yo le saqué la lengua, dando por terminada la
conversación.
-Vamos, te debo un desayuno en la
playa.
*Narra Zayn*
Crucé las manos sobre mi vientre y
centré la mirada en las fotos que había en la pared. Estaban todas las fotos
que me había llevado de casa de Jenn. Solo faltaban las dos de Roma que le
había dejado.
-Zayn. –Me erguí al escuchar a mi
madre abrir la puerta. –Amy ha llamado y ha dicho que estaría aquí en diez
minutos. –La vi torcer el gesto al pronunciar el nombre de la chica y suspiré.
La había visto hacer ese gesto tantas veces que sabía perfectamente que
significaba.
-¿Te gusta Amy? –Me miró
intrigada, intentando averiguar el porqué de mi pregunta.
-No me tiene que gustar a mí, sino
a ti. ¿Te gusta Amy, Zayn? –La miré durante unos segundos.
-Sí, claro que sí, sino no estaría
con ella.
-Entonces no te debe importar lo
que yo piense.
-No es eso, mamá. –Miré de reojo
mi techo y observé como mi madre seguía con su mirada la mía.
-Es Jenn. –Me levanté de un salto
y salí con prisa de la habitación.
-No es Jenn. Nunca más será Jenn. –Salí
del cuarto y esperé a que mi madre saliera para cerrar la puerta y encajarla de
tal forma que nadie más pudiera entrar.
Escuché el pitido del coche de Amy
y salí con prisas para recibirla con un abrazo.
-¿Qué tienes ahí? –Observé un
pequeño corte en la parte interna del brazo. Su cara palideció, pero
rápidamente negó con la cabeza y rio de forma exagerada.
-Una pelea que tuve ayer en un
bar. –Su mirada se centró en el suelo. –Si te cuento, te descojonas, cielo. Fue
una tontería.
-¿Por una tontería te hicieron ese
corte? –Amy se movió incómoda en el asiento del copiloto y yo resoplé cabreado.
–Olvídalo. Vamos a darnos una vuelta.
Sabía que eso no había sido una
pelea en un bar, pero la verdad, no me interesaba pelearme solo para que
acabara contándome una mentira que ni ella se creería.
Aceleré y salí al centro de la
ciudad, subí el volumen de la radio mientras Amy me contaba lo que había hecho
la noche anterior con sus amigas.
¡COMEEEEEENTAD!
Amoooooooor! Cómo se te ocurre hacerme esto ;( Jope que yo quería que esos dos volvieran a estar juntos. En fin, de todos modos Louis es tan asdfghjklñ que me enamora *____________* Epero que esos dos acaben juntos de nuevo, han pasado por muchas cosas como para acabar así :) ily
ResponderEliminarYa veremos que pasa, estos dos siempre salen con algo nuevo! jajajaja ilysm! <33
EliminarMjmmm esto se esta poniendo muyyy interesante jajjaja enserio lo digo eh, cuando piensas que va en un sentido frena y se va por el contrario, por eso amo tanto tu novela, nunca sabes que va a pasar :) me alegro de que terminaras los examenes cielo! Sabes que siempre aca tenes mi fiel comentario jajajajaj un beso enorme♥
ResponderEliminarsí, siempre intento que las cosas pillen de nuevas que sean inesperadas, a veces lo consigo y otras no. gracias por el comentario! Un besazo! :) <3
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