Me senté en mi cama, dejando que
el pelo mojado cayera por la camiseta de mi pijama. Sentí el móvil vibrar por
toda la cama, avisándome de un nuevo mensaje. Lo abrí con prisas sólo para
encontrarme un mensaje de mi padre. Bufé cabreada mientras lo leía sentada en
mi cama.
“Te necesito mañana en casa, es
urgente. Muy urgente. A las doce.”
“Vale.”
-A saber que mierda quiere ahora… –Murmuré
para mí misma, apagué el móvil y lo dejé sobre la mesita y poniéndolo a cargar.
-¿Decías algo? –Louis apareció por
la puerta de mi cuarto y sonreí mirándole de arriba abajo, iba con unos
vaqueros desgastados y una camiseta negra, una foto y una frase sobre la misma.
-Que no sé qué ponerme ahora. Vas
genial. –Él rio y entró en la habitación, sentándose en la cama.
-Gracias… Y tú, vaqueros y
camiseta, tampoco vamos a una boda, es una discoteca. –Reí y me encogí de
hombros.
-Vale. Venga, largo, tengo que
cambiarme.
-Podría quedarme aquí y
aconsejarte. –Enarcó una ceja y se tumbó en la cama, colocando las manos sobre
su estómago.
-Louis…
-Vale, ya me salgo. –Resopló y
salió de la habitación en pocos segundos, cerrando tras él la puerta. Suspiré
en voz alta, pensando que el que tendría que estar en el salón esperándome era
Zayn.
“Olvídalo ya…”
Comencé a sacar conjuntos que
hacía mucho que no usaba y que ni si quiera recordaba que tenía. Al final me
decidí por una falda con cola de sirena azul celeste y un top blanco que dejaba
mi estómago al aire, me coloqué unos tacones negros y salí al baño para retocar
e maquillaje y el peinado. Me mojé las puntas de mi pelo, dejando que cayeran a
su aire por mi espalda y salí de allí para reunirme con Louis en el salón.
-Estás…
-Vámonos. –Cogí las llaves de la
casa, el móvil y algo de dinero y lo metí todo a presión en el bolso antes de
salir de la casa.
-Louis Tomlinson y acompañante.
–Miré a mí alrededor mientras Louis hablaba con el portero y observé como las
afueras de la discoteca estaban abarrotadas de gente fumando y hablando por
encima del nivel de la música que resonaba incluso con las puertas cerradas.
Miré el cartel de la discoteca, pero no logré a leer como se llamaba, ya que
Louis estaba tirando de mi mano haciéndome entrar en el local.
Nos escabullíamos como podíamos
entre tanta gente, intentando llegar en primer lugar a la barra y pedir algo de
beber. Y, después de muchos empujones y decir varias veces perdón por pisar a
unas cuantas chicas por fin llegamos.
-¿Qué quieres? –Louis gritó en mi
oído y yo suspiré.
-Vodka con limón. Más vodka que
limón. –Louis se alejó para mirarme, frunciendo el ceño. -¿Qué?
-Nada, nada. –Me apoyé en la barra
y observé mi alrededor. Muchas chicas bailaban entre los brazos de algún tío,
otras tantas bailaban solas con sus amigas y algunas otras simplemente estaban
ahí paradas, observando a la gente, tal y como estaba yo. Sentí como Louis se
acercaba de nuevo a mi oído y me esforcé por escuchar lo que decía. -¡Alegra
esa cara, morena, estamos aquí para pasarlo bien! –Asentí dándole por completo
la razón y, tras darle un sorbo a mi copa, agarré la mano de Louis y salí con
él a la pista a bailar.
*Narra Zayn*
Abrí la puerta del pub y busqué un
sitio donde sentarme. Suspiré, apoyándome en la barra y miré por encima de mi
hombro como un par de chicos que estaban en la mesa de billar mi miraban y
fruncí el ceño.
-¿Qué te pongo? –Levanté la mirada
hasta la chica que estaba detrás de la barra y fingí una sonrisa.
-Ron.
-¿Solo? –Asentí y ella se dio
media vuelta y se marchó a preparar mi copa. –Aquí tienes. –La chica me sonrió
y se apoyó en la barra delante de mí. La miré enarcando una ceja y ella aumentó
su sonrisa.
-¿Necesitas algo?
-No… ¿estás solo?
-La verdad es que eso no te
interesa. –Le di un largo sorbo al ron, dejando que el alcohol quemara mi
garganta y volví a poner el vaso en la barra. La chica bufó cabreada y se
marchó de allí yo, simplemente, me encogí de hombros y seguí bebiendo. Escuché
abrirse la puerta del local y la risa de una chica inundó todo el
establecimiento y, segundos después la de un chico. El frío proveniente del
exterior me heló los huesos y di un nuevo sorbo al vaso.
-Has sido un poco borde con ella. –Bufé
de nuevo al escuchar una nueva voz de chica detrás de mí.
-¿Y tú eres? –Me giré para mirarla
y sonreí al ver a una chica algo más baja que yo, con unos preciosos ojos
marrones que me miraban directamente. Ella también sonrió y ocupó el sitio que
había a mi lado.
-Soy Amy. –Abrió la boca para
preguntarme el nombre pero la corté antes de que siguiera.
-No, eres preciosa. Por cierto, yo
soy Zayn. –Ella sonrió y llamó a la camarera de antes para pedirle un mojito.
-¿Y por qué estás solo? No es
normal.
-¿Estás intentando ligar conmigo
con ese viejo truco? –Ella rio con fuerza y negó con la cabeza.
-No intento ligar contigo, sólo
intento saberlo. –Reí en voz baja dándole un sorbo a mi copa.
-Digamos que intento ahogar los
males. –Ella asintió y bebió de su mojito sin apartar los ojos de mí.
-Deberías buscar otra forma de
ahogar los males. El alcohol no es bueno.
-Y me lo dice la chica que se ha
bebido medio mojito en un segundo. –Su risa volvió a retumbar en mis oídos y,
por un segundo me parecía estar oyendo reír a Jenn. Suspiré y me levanté de
ahí.
-Eh, eh. –Amy agarró mi brazo haciendo
que me detuviera. –Al menos despídete.
-Hasta la próxima, pre… Amy. –No pensaba
llamarla ‘preciosa’, ese no era su apodo, ni el de ella ni el de ninguna chica
más que Jenn. Eso se lo tendría que dejar claro a mi subconsciente. Antes de
darme cuenta, los labios de Amy estaban pegados en mi mejilla y se separó
mirándome con media sonrisa.
-Hasta la próxima, Zayn. –Rio con
fuerza y se largó moviendo exageradamente las caderas. Resoplé estresado y me
giré para encontrarme los ojos marrones que llevaba una semana sin ver. Mierda.
Una semana y la echaba de menos como a nadie. Ella me miró y luego observó a la
distancia a la chica, después negó con la cabeza y avanzó para irse del lugar.
-Jennifer… -Agarré su brazo antes
de que saliera por completo del sitio y ella se giró para mirarme con los ojos
llorosos.
-Hola Zayn. –Intentó sonreír, pero
ni si quiera le salió. –Oye, creo que te esperan dentro. ¿Puedes dejarme?
-No sé qué coño has visto pero…
-Zayn, no me tienes que dar
explicaciones, no estamos juntos. –Me congelé al escucharla decir eso. Sabía
que no estábamos juntos, pero aún no lo tenía asumido.
-¡Jenn! –Miré como el chico que
iba con ella se acercaba a nosotros y suspiré dando un paso atrás alejándome de
ella.
-Adiós Zayn. –El chico rodeó su
cintura y ella apoyó la cabeza en su hombro antes de salir del local.
-Te quiero, Jenn.
“¿No crees que lo tendrías que
haber dicho antes, lumbreras?”
Hola chicos, hmm, lo primero sé qué este y el anterior capítulo han sido malos, pero creo que los próximos van a ser mejores; lo segundo decir que la semana que viene ni la siguiente subiré por que tengo finales y no podré escribir nada, así que hasta el segundo fin de semana de febrero no subiré nada, lo siento; y lo tercero lo de siempre, que comentéis que no muerdo ni nada y casi siempre os contesto. Sólo eso, un besito.