sábado, 11 de enero de 2014

Capítulo 15.

Perdón por no subir ayer, pero es que no tuve nada de tiempo, ya sabéis, ventajas de estar en segundo de bachiller y tal :-) Bueno, eso que lo siento y nada más, ¡disfrutad y comentad!
Abrí los ojos poco a poco, observando la habitación iluminada por la tenue luz que entraba por la ventana. Me senté en la cama, apoyando la cabeza en el cabecero y abracé mis rodillas, fijando la mirada en el gran armario que había frente a la cama.
"Tienes que levantarte."
Resoplé y busqué mi móvil para mirar la hora. Las ocho y diez.
"Un ratito más."
Volví a tumbarme en la cama y cerré los ojos, pero lo único que se repetía una y otra vez era la pelea del día anterior con Zayn. Respiré hondo y me levanté de la cama. Sentí el frío suelo bajo mis pies y un escalofrío recorrió mi cuerpo; empecé a andar por la habitación, buscando una forma de pasar el tiempo.
Salí del cuarto y empecé a andar por la casa, sin rumbo alguno, bajé al salón y de ahí al baño, dónde lavé mi cara, quitando de ella los pocos restos de maquillaje que quedaban, peiné mi enredado pelo como pude y salí dirigiéndome a la cocina.
Empecé a rebuscar por todos los muebles buscando un vaso, donde poder echarme el zumo que había encontrado después de cinco minutos rebuscando en la nevera, y algo dulce que pudiera acompañar.
-Este tío es que no come ni una maldita magdalena.
­-Están en el cajón de abajo. –Salté en el sitio cerrando de un golpe el armario y Louis rompió en una sonora carcajada.
-No… no quería despertarte, lo siento. –Miré el cajón que me había dicho y saqué un paquete de magdalenas de chocolate. –Gracias.
-Tranquila, no importa. –Se acercó a mí cogiendo él también una magdalena y se apoyó en la pared mientras le daba un mordisco y me miraba fijamente. -¿Estás mejor?
-No lo sé. –Suspiré y di un largo trago al zumo. –En fin, todas las parejas discuten, al día siguiente las cosas se hablan y todo está solucionado. –Dejé el vaso en la encimera y miré a Louis con una sonrisa.
-Seguro que lo arregláis. –Asentí, poco convencida, pero asentí, recibiendo por parte de Louis una cálida sonrisa.
-Voy a vestirme y me voy.
-Te espero en el salón. –Besó mi mejilla y se marchó al salón, dónde a los pocos segundos ya se escuchaba el sonido de algún programa de televisión matutino.

-Me voy. –Asomé mi cabeza por la puerta del salón y Louis desvió su mirada desde la televisión hasta a mí. En medio segundo estaba de pie y a mi lado, envolviéndome en un cálido abrazo.
-Si pasa algo, lo que sea, llámame. Y ya sabes que te puedes quedar aquí siempre que lo necesites.
-Gracias, yo… gracias. –Él sólo besó mi cabeza y apretó aún más el abrazo.
-Nos vemos el lunes, morena. –Rio con fuerza cuando le saque el dedo corazón y empecé a andar con dirección a mi casa.

Abrí con suavidad la puerta de la casa, cerrándola tras de mí intentando no hacer ruido y dejé las llaves encima de la mesa que había en la entrada. Avancé hasta el salón, observando como todo estaba en completa calma. Miré el reloj que había sobre uno de los muebles.
“Las diez menos cuarto, es temprano. Seguirá durmiendo.”
Una tímida sonrisa apareció en mi cara, al mismo tiempo que yo negaba con la cabeza. Dejé la chaqueta sobre el sofá y recorrí todo el pasillo hasta llegar a nuestra habitación. Abrí la puerta lentamente, procurando no molestarle; sin embargo, la cama estaba perfectamente hecha y el cuarto perfectamente recogido.
“¿Dónde narices estás, tío?”
Fui hasta el baño, pero ahí tampoco estaba. Empecé a recorrer todas y cada una de las habitaciones de la casa, pero no había nadie en ninguna de ellas. Decidí llamarlo, quizá se haya ido temprano para buscarme, ni si quiera le dije que iba a pasar la noche fuera.
-El móvil al que llama está apagado o fue... –Colgué antes de dejar terminar al contestador automático y me dejé caer con rabia sobre la cama. Y, al centrar la mirada en el techo, la realidad me golpeó con fuerza. No había ni una sola foto, todo había desaparecido mostrando de nuevo el color inmaculado del techo. Me levanté rápidamente y abrí el armario con fuerza. Ni una camiseta, ni un pantalón, nada suyo.
-No. –Abrí sus cajones, sólo para encontrarme con la nada. –No. Por favor. –Sollocé en silencio. –Joder, joder. ¡Zayn! –Grité, esperando una contestación, pero lo único que recibí fue el sonido de las olas en la lejanía.
De nuevo fui al salón, observando por todos lados. No había nada suyo, todo se lo había llevado, sólo quedaban un par de marcos de fotos y un par de discos. Me senté en una silla y escondí mi cara entre las manos.
*Flashback*
Escuché un ruido en la ventana, haciendo que me desconcentrara de mi lectura; miré hacia ella pero no vi nada, entonces, me levanté y abrí el balcón asomándome tanto como podía a él. Y, entonces, fue cuando vi el destello de un cigarro bajo el árbol. Zayn.
-¿Qué haces aquí?
-Vengo a rescatarte, preciosa.
-¿Qué pasa? ¿Te crees un héroe, Malik? –Reí débilmente, apoyando mis manos en el balcón y centrando la mirada en su figura.
-Nunca lo he sido, pero por ti, me replantearía el serlo.
-Lárgate, Zayn, te van a pillar.
-No me pienso largar hasta que tú no estés subida en la moto, aunque me tenga que pasar toda la noche durmiendo bajo el árbol. –Reí en voz baja y me acerqué tanto como pude a la barandilla del balcón. –Salta, preciosa.
-Como me caiga te mato. –Me senté en la barandilla y cerré los ojos al mismo tiempo que escuchaba su risa y, en medio segundo, él me tenía agarrada y pegada a su pecho.
-Nunca dejaría que te cayeras, Jenn. –Besó mi nariz y me sentó en la moto cerrando el casco bajo mi barbilla y dejando un rápido beso en mis labios antes de arrancar la moto y salir derrapando de mi jardín.
*Fin flashback*
Sollocé y dejé caer la cabeza en el respaldo de la silla. Centré la cabeza en el techo y sentí como la vista se me nublaba con rapidez, así que  cerré los ojos intentando controlar de alguna manera las lágrimas y, entonces una chispa de rabia recorrió todo mi cuerpo, haciendo que me levantara de un golpe y comenzara a arrasar con todo lo que tenía por delante.
El florero de cristal que tenía sobre la mesa golpeó con fuerza el suelo, destrozándose en mil pedazos y a él lo acompañaron muchos más objetos de decoración que había por el salón. Cogí los dos únicos marcos de fotos que había dejado y los estrellé con fuerza contra la pared, haciendo que todos los pedazos cayeran al suelo.
-Mierda. –Me agaché a recoger los cristales que había sobre la foto y observé la imagen. Era de nuestro viaje a Roma. Observé la otra foto y éramos nosotros dos, también en Roma. Sólo había dejado eso. De nuevo sentí las lágrimas recorrer mis mejillas y lancé un grito de frustración. Puse las dos fotos sobre la mesa y empecé a buscar algo donde poder guardarlas, fui hasta la que ahora era mi habitación y empecé a rebuscar por los cajones, hasta que el timbre de la casa me alejó de mis pensamientos. Levanté la mirada hasta la cama y un solo pensamiento atravesó mi cabeza.

-Zayn… 

6 comentarios:

  1. Si te digo que estoy a punto de llorar me creerías? Joder, me cago en todo, como se ha podido doblar tanto la situación, con lo felices que eran... SHOROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO. Bueno espero que todo se solucione y no tarden mucho, aunque me da... que va a tardar bastante en que todo este embrollo se solucione... afú. Te veo en el próximo capítulo ♥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero no llores, mujeh! ))))))))))))))))))))))))): Gracias por comentar, cielo! <3

      Eliminar
  2. Joder tia que bien escribes! Es una gran historia, de verdad, soy lectora tuya desde siempre, no puedo esperar a ver como sigue... Eres genial!♥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Asdfghjklñ, muchísimas gracias de verdad, y gracias por comentar! <33333

      Eliminar
  3. Te odio que lo sepas ... JUM PD:louis esta vkfalslqlwifidkwkffkf mono y adorable jajaj
    Besitos

    ResponderEliminar