*Narra Zayn*
-Sé de alguien que estará
encantado de escuchar eso. –Asentí, sabiendo perfectamente que mi padre se
refería a mi abuelo. Cogí una de las sillas de la mesa y me senté, sacando del
bolsillo de mi pantalón un cigarro y encendiéndolo, mi padre retomó la lectura
del periódico y yo me apoyé sobre el respaldo de la silla, dejando la mirada
perdida en el cielo de Londres que se empezaba a nublar. Le di una larga calada
antes de volver a abrir la boca.
-Sólo pido una cosa. –Mi padre
volvió a levantar la mirada, bajado su periódico y enarcando las cejas, como
pidiendo que continuara. –Quiero estar dentro de la operación con Josh.
-Zayn… -Su boca se abrió para
soltarme un sermón que no iba a aguantar, así que antes de que él continuara lo
interrumpí, contándole todo lo que quería.
-No he acabado. Quiero estar en
esa operación y, por supuesto, quiero ser yo el que se encargue de matarlo. –Mi
voz era fría, dura, a causa de toda la rabia contenida. Necesitaba ver a Josh
sufriendo, necesitaba hacerle pagar muchas cosas, necesitaba verlo muerto
cuanto antes, aunque sabía que no iba a ser fácil.
-Tú no has entrado a la mafia sólo
para matar a Josh. –Volví a absorber el humo del cigarro ya expulsarlo unos
cuantos segundos después. Tenía razón, esa no era la única razón, pero ese era
un asunto que a nadie le importaba nada más que a mí.
-Créeme que sí. –Sentí mi bolsillo
vibrar y saqué mi móvil de donde estaba.
“Jenn está llamando”
Colgué el teléfono casi en el
acto, haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera y un sonoro suspiro saliera
de mi boca. Sólo había pasado un día sin ella y la forma en la que la echaba de
menos me estaba matando, pero tenía que ser así.
-Tenías que haberlo cogido.
-No quiero hablar con ella. –Di
por finalizada la conversación levantándome de allí y volviendo dentro de casa
donde el olor a la comida de mi madre impregnaba todo el ambiente. Bajé al
coche a recoger las maletas y subí a mi cuarto a colocar todas las cosas.
Nada había cambiado desde que me
fui de ahí hacía unos cuantos meses. Dejé las maletas debajo del escritorio y
me tumbé en el blanco techo y, el recuerdo del techo lleno de fotos de la que
era mi casa atravesó mi cabeza. Las había despegado todas antes de irme,
guardándolas en mi maleta para colocarlas en mi cuarto. Simplemente para tener
algo que me recordase a ella, aunque no me hacía falta, hasta el más mínimo
detalle me recordaba a ella. Bufé cabreado sentándome en el borde de la cama.
“Tienes que empezar a olvidarla.
Ahora ella es el enemigo.”
*Narra Jenn*
Abrí los ojos y me levanté, sentándome
en el borde del sofá y apartando de mí todas las mantas que cubrían mi cuerpo.
Lunes de nuevo. Suspiré y me levanté con desgana para ir al baño a asearme.
Cuando mi mirada se centró en el
espejo, sollocé por lo bajo al ver la pinta que tenía. Mis ojos se habían
vuelto completamente rojos de tanto llorar y las ojeras que ocupaban las
cuencas de estos eran enormes después de pasarme todo el fin de semana sin
dormir. Más que una persona parecía un zombie. Sorbí por la nariz y lavé mi
cara, intentando tener mejor aspecto, aunque el intento fue en vano.
“Jenn. No va a volver, así que
para de llorar y de ser un puto deshecho social.”
Suspiré, termine de arreglarme y
salí de mi casa preparada para afrontar otra mierda de semana que me esperaba.
Llegué a la tienda pasadas las diez y diez de la mañana y Louis ya me esperaba
con un batido de chocolate y un par de donuts sobre el mostrador. Le dediqué
una sonrisa amarga y pasé de desayunar, entrando directamente en el almacén.
No sé exactamente cuánto tiempo
había pasado, pero estaba segura de que ya llevaba unas cuantas horas ahí abajo
cuando Louis bajó y se sentó a mi lado en el sofá. Mi mirada estaba fija en la
mesa dónde estaba colocada la televisión y de ahí no se movió, ni si quiera
cuando escuché a Louis empezar a hablar.
-¿Cómo estás?
-Bien.
-¿Y él?
-No está. –Un leve suspiro se
escapó de mis labios.
-Jenn… –Por el rabillo del ojo vi
como pasaba una mano por su pelo y suspiraba frustrado. –Jenn, no puedes
quedarte toda la vida así. Como alma en pena, debes salir, debes empezar una
página nueva o un libro nuevo.
-El caso es que a mí me gusta este
libro.
-No te puede gustar algo que te
hace tanto mal. –Negué con la cabeza y la apoyé en mis manos sin dejar de mirar
la mesa. –Vale, ¿qué narices tiene la mesa que no dejas de mirarla, hostia? Es
fea pero, por favor, deja de mirarla ya. –Giré mi cabeza para ver cómo sus ojos
azules destellaban, me dedicó una leve sonrisa y yo fui incapaz de esconder la
sonrisa que atravesó mi rostro. –Esa es la sonrisa que yo quería ver.
-Gracias. –Se encogió de hombros y
abrazó mi cuerpo en medio segundo.
-No tienes que darlas. Y, ahora,
vamos a hacer cambios. –Me separé, mirándolo interrogante y él sonrió. –No
pienso dejar que te quedes amargada en tu casa los restos de los días… da mala
imagen al negocio tener a un zombie detrás del mostrador.
-Gilipollas. –Reí golpeando su
hombro con poca fuerza y me recosté en el sillón esperando que me contara lo
que tenía pensado.
-Por lo pronto te mudas. A mi
casa. –Sonreí de medio lado enarcando las cejas, causando también una sonrisa
en su rostro. –Lo sé nena, era lo que estabas deseando.
-Sí, me moría de ganas. –Él asintió,
aunque yo rápidamente negué con la cabeza. –Olvídalo. No me muevo de mi casa. –Louis
se cruzó de brazos y frunció el ceño, descontento con mi respuesta.
-Vale, vale. Eso no. Pero...
salimos. El viernes nos vamos de fiesta a Londres. –Me miró enarcando un par de
veces las cejas y reí con fuerza negando con la cabeza. –Vamos, no te puedes negar.
-Louis…
-Te estoy diciendo de ir de
fiesta, no de fugarnos del país. Vamos. –Alargó la ‘a’ y yo suspiré asintiendo.
-¡Esa es mi chica! Y ahora mueve tu bonito culo hasta arriba, tienes clientes
que atender.
-A la próxima referencia que hagas
a mi culo te quedas sin descendencia, que lo sepas.
-¿Es que no quieres hijos, morena?
–Le saqué el dedo corazón y escuché su lejana risa mientras subía las escaleras
hasta la parte de arriba de la tienda.
“Puede que esta semana no sea tan
mierda después de todo.”
Y quién sabe, quizá mi conciencia
tenía razón. O quizá no.
Espero vuestros comentarios <3 (El capítulo ha sido un poco/bastante basura, no me lo tengáis en cuenta)
Si te odio que los has separado para siempre :((((
ResponderEliminarDime qe volverá en u futuro por que Jenn con Louis no puede estar es mío JAJAAJAJAJ
No he podido comentar e. Los otros capítulos pero muy tristes jo ;( cada vez q sale Liam ....
Jajaja un besito bby
Wow en serio tia, me vicio con tus fics, y eso que yo nunca leo fics eh jajaj amo la forma en la que escribes! Cada vez nos sorprendes con un capitulo perfecto! Como desde hace tres capitulos aqui tienes mi fiel comentario♥ jajajajaja muchoooo amor desde argentina
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