-¿Volvemos abajo?
-Ve yendo, ahora te alcanzo. –Louis
asintió y, después de besar mi mejilla, se separó de mi lado. Escuché la puerta
del ascensor cerrarse y dejé que todo el aire que tenía dentro saliera con
rapidez. Apenas un segundo después una sonrisa aparecía en mi cara.
"Me ha besado".
"No jodas, que lista. ¿Lo has
descubierto tú sola?"
"No fastidies este
momento."
Reí en voz baja y volví a centrar
la vista en la ciudad, ahora más iluminada debido a los fuegos artificiales que
decoraban el cielo nocturno. Escuchaba la música del salón y mi cuerpo se mecía
con calma a su ritmo.
"Es hora de volver."
Me revolví en la cama cuando
escuché la melodía de mi móvil retumbar con fuerza en mis oídos. Refunfuñe
enfadada y tapé mi cabeza con la almohada, intentando crear una barrera contra
el sonido. Pero no dio ningún resultado.
-Apaga ya esa maldita tortura. –Louis
gruñó a mi lado provocando mi risa. Me giré para cogerlo, pero en ese momento
dejó de sonar. –Gracias a Dios. –Volví a tumbarme y, justo cuando volvía a
conciliar el sueño esa irritante melodía sonaba de nuevo. -¡No jodas! –Arrugué
la nariz al levantarme y descolgué el móvil cuando empezaba el cuarto toque.
-¿Diga? –Mi voz era ronca por
culpa del sueño y de la cantidad de alcohol que había bebido el día anterior.
Sí, al final mandamos a la mierda la apuesta y la sustituimos por ver quién
bebía más chupitos.
-Tenemos reunión en dos horas. –Me
levanté de la cama y salí del cuarto, intentando que Louis no escuchara la
conversación, pero cuando me giré para mirar a la habitación, Louis volvía a
estar dormido como un bebé.
-No puedo.
-Sí, créeme que sí puedes. –Y no
me dio tiempo a replicar. Escuché el tono del teléfono y murmuré mil insultos
entre dientes.
Volví a entrar en la habitación,
tan silenciosamente como podía y cogí algo de ropa decente para la reunión.
"Esto es una mierda."
Llamé al timbre de mi casa un par
de veces antes de que mi padre abriera la puerta fingiendo la mayor sonrisa que
jamás había visto. Avanzamos en silencio hasta el despacho de mi padre. Farfullé en voz baja y me giré para
mirarlo directamente a los ojos.
-Recuerdo que te dije que no
quería saber nada más de ti.
-Yo no he convocado esto. –Lo miré
frunciendo el ceño y me giré cuando escuché unas pisadas detrás de mí.
-Buenos días, Jennifer. –Tragué
saliva al ver al viejo hombre andando hacia a mí con cierta lentitud, pero con
paso decidido.
-Bu-buenos días, Marcelo.
-Ya veo que acabaste yéndote al
lado oscuro. –Su risa invadió toda la casa y un escalofrío involuntario
recorrió mi cuerpo. Ocupó asiento en una de las sillas que había alrededor de
la mesa del despacho y mi padre y yo imitamos sus movimientos. Los tres
manteníamos un silencio sepulcral, solo escuchando el fuerte aire golpear los
ventanales de mi antigua casa.
-¿Se puede saber para qué nos
hemos reunido? –Noté la dureza en mi voz, pero no me arrepentía de haber usado
ese tono. Sentí los ojos de mi padre fijos en mí, y yo resoplé mostrando mi
enfado.
-Como supondrás, es una cuestión
de trabajo. –Crucé los brazos en mi estómago y suspiré.
-No puede ser de trabajo porque mi
padre ya no trabaja contigo. –Levanté la mirada para ver la terrorífica sonrisa
de Marcelo y pude sentir como el pavor se apoderaba de todo mi cuerpo. -¿Josh?
-Dejé de trabajar con Franklin, no
con Marcelo.
-Pero él trabaja con Franklin.
-Eso es lo que él se piensa. –Miré
asombrada a ambos hombres y me revolví en mi silla. –La cuestión por la que te
he llamado es simple, querida. –El hombre me miró en silencio unos pocos
segundos antes de seguir hablando. –Necesito que sigas trabajando con tu padre.
Lo estabas haciendo tan bien. –Se acomodó en la silla, apoyando ambas manos
sobre su estómago. –Nadie desconfía de una joven atractiva como tú. –Apreté mis
manos formando dos puños y él rio en voz baja. –Eso es todo, Jennifer. Vuelves
al negocio.
-No.
-¿Perdona?
-Verás, Marcelo. Quizá no estés
acostumbrado a que escuchar un no por respuesta porque todo el mundo está
acojonado por si le pegas un tiro, pero esa es mi respuesta. No. Y créeme,
tendrás que hacerlo muy bien para pegarme un tiro.
-No me tientes, querida. –Me
levanté de la silla, apoyando las manos sobre la mesa y acercándome tanto como
podía a él.
-Antes de que tú me pegues un
tiro, yo ya he disparado cinco veces. Tú juegas bien, pero yo juego mejor. –Y
sin decir media palabra más, me di la vuelta y me largué de allí. Avancé con
prisa hasta mi coche y arranqué, acelerando de tal forma que estoy segura de
que dejé las huellas del neumático sobre el asfalto.
"¿Debería decírselo a
Zayn?"
"Ya no somos enemigos, ahora
somos como dos bandos contra Josh."
"Quizá él no se crea
eso."
"Pues tendrá que
hacerlo."
Sorteé los coches y me salté un
par de semáforos antes de frenar en seco en la puerta de la casa de los padres
de Zayn.
"Espero que esté aquí."
Llamé al timbre y golpeé el suelo
un par de veces con la punta de mis converse.
-¿Jenn? –Franklin dio un paso
atrás y me miró de arriba abajo.
-Ho-hola. Em... ¿está Zayn?
-Sí, pero está... está...
-Está con su novia, lo imaginaba.
No importa. –Franklin asintió y se retiró de la puerta dejándome pasar. Clare
salió de la cocina y pude ver como su cara palidecía.
-Buenos días, Clare. –Sonreí cálidamente
y ella imitó mi gesto, avanzando y abrazándome con poca fuerza.
-Eh... Jenn, ¿quieres que lo
avise? –Asentí.
-Lo esperaré en la sala del piano,
¿puedo?
-Por supuesto. –Clare sonrió. –Esta
es tu casa, ya lo sabes. –Subí las escaleras detrás de Franklin y me desvié hacia
la salita cuando llegamos al piso de arriba.
Toqueteé las teclas del piano,
creando melodías sin sentido alguno.
-Feliz año, preciosa. –Una
involuntaria sonrisa apareció en mi cara al escuchar su ronca voz recién
levantada. Me giré y un impulso me atravesó para correr y abrazarlo con fuerza.
Pero me controlé a mí misma y sólo levanté la mano saludándolo.
-Hola, Zayn.
-¿Querías algo? Me ha dicho mi
padre que...
-Que quería hablar contigo. Sí. –Tragué
saliva y me moví por la habitación intentando no mantener mucho contacto visual
con él.
-¿Y bien?
-Eh... –Seguí dando vueltas en la
habitación buscando la forma de decir lo que quería decirle.
-¿Vas a tardar mucho, Jenn?
-¿Tienes prisa para escuchar a tu
novia cantar en la ducha? –La risa de Zayn golpeó mis tímpanos y una sensación
indescriptible ocupó mi cuerpo.
-Va, Jenn.
-Tu abuelo está con mi padre. –Lo
solté de golpe, con la mirada centrada en el suelo.
-¿Cómo? –Levanté la vista hacia él
y pude ver el enfado en su cara.
-Tu abuelo, Marcelo, está en esta
mierda con mi padre.
-¿Y por qué me lo cuentas? –Me
encogí de hombros; realmente no sabía porque había ido a contárselo.
-Creo que necesitabas saberlo. Ya
no trabajo con mi padre...
-¿Y se supone que me lo tengo que
creer? Jenn, no estoy para tus mierdas. Seré gilipollas pero no tanto, así que
largate a dar por culo a otro sitio. Con Louis, por ejemplo, seguro que tu
perrito faldero te espera en casa. –Me acerqué a él cabreada, y antes de que él
pudiera reaccionar, mi brazo encerró su cuello pegándolo contra la pared con
fuerza.
-No te consiento que lo llames de
ninguna mala manera, ¿me oyes? Así que no me toques las narices. Créeme si
quieres y si no pues que te jodan. Yo te he avisado. –Hablaba en un susurro,
pretendiendo que solo me escuchara él, pero sonando tan intimidatoria como
podía. Lo solté y pude ver una sonrisa en su cara.
-No sabes lo guapa que estás
cuando te enfadas.
-Que te jodan, Malik.
-¿Hola? –Una débil voz me hizo
mirar sobre mi hombro para ver a una chica mirar la situación con cara rara.
"Oh, genial."
-¿Quién eres tú?
-Jennifer.
-Yo soy Amy. –La miré torciendo el
gesto y sonreí de medio lado.
-Bonito nombre, pero no te pega
mucho. –Miré de reojo a Zayn que observaba la escena con los brazos cruzados,
apoyado en la pared y media sonrisa en su cara.
-¿Y qué nombre me pega según tú?
-Algo más... animal. –Reí con
fuerza cuando vi su gesto de enfado y me acerqué a Zayn. –Hasta la próxima,
Zayn. Dile a tu padre lo que te he dicho. –Amy avanzó hasta el lado del chico y
me miró con gesto de superioridad. Avancé hasta la puerta y me giré antes de
salir de la habitación mostrándole mi dedo del medio a Amy.
-¿No te quedas a comer, Jenn?
-No, creo que ya tienes demasiados
invitados. –Besé la mejilla de Clare y salí de la casa con poca prisa.
Salté sobre la cama, haciendo que
uno de los brazos de Louis me rodeara y él sonrió aún con los ojos cerrados.
-Buenos días, nena. –Me acerqué a
su boca y lo besé con lentitud. Sus brazos me abrazaron con fuerza, pegándome a
él
-Buenos días, bello durmiente.
Pero si sera gilipollas zayn eh! Como diria una argentina (yo jeje) es un boludo, que se valla a la verga jajajaj ash es que me exaspera que sea tan idiota jaajaaja da igual... es problema mio y de los personajes, vos lo haces de maravilla escribiendo esto ;) me alegra saber que soy la unica argentina de aca jajajaj argentina mola mucho verdad? ah, un beso enormeeee♥♥♥ y quiero que sepas que mientras mi tiempo lo permita tendras mi comentario fiel en cada capitulo :)
ResponderEliminarSocorro me encanta el argentino en serio! Jajajaja muchas gracias (como siempre) por seguir comentando, que me hace muchísima ilusion leer tus comentarios. Un besaaaaazo ♡
EliminarPuto Zayn, coño así no se conquista a nadie, cago en to' y luego esta mi Lou por ahí medio dormidito que no se entera de na... chi es que no puede ser... Estoy deseando saber que pasa con Marcelo y Josh porque estoy por cargármelos a los dos :) Te veo en el próximo cap amor ♥
ResponderEliminarLouis es como un niño pequeño que no se entera de na el pobretico jajajajaja mil gracias por comentar bby, te veo en el proximo :) ♡
EliminarHoliii♥
ResponderEliminarBueno soy la del cacao, vamos a ver...Dios Zayn, ¿Cómo puede ser tan idiota?Va ye dice,hola preciosa,así como jada...Que me ponen enferma xd.Al final me monto yo una mafia y pum pum a todos jajajaja, bueno genial el capítulo, como siempre.Y tengo ganas de que Zayn y Jenn vuelvan juntos,hecho de menos momentos Jayn/Zenn.Bueno muchos besos y sigue así que me tienes intrigada perdida ♥.
Oye, si te montas una mafia, me uno contigo ¿vale? Jajajajaja muchisimas gracias por el comentario cielo, me alegro de que te guste la fic. ♡
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