Mi cuerpo rebotó con poca fuerza
contra el sofá de cuero y suspiré cansada, encendiendo en el acto la
televisión. Comencé a cambiar canales, buscando alguno que mantuviera mi cabeza
ocupada unas cuantas horas. Al final, encontré una película que habia empezado
hacía un par de minutos; pegué mis rodillas a mi pecho y centré la atención en
la televisión.
Al cabo de una hora estaba
gritándole a la protagonista de la película, porque todas sus decisiones me
parecían estúpidas.
"No grites porque tú eres
igual que ella."
"Voy a acabar por
odiarte."
"Sólo digo la verdad."
"Pues no quiero oírla."
"Por mucho que no quieras
oírla, está ahí, empieza a aceptarlo."
Un fuerte gruñido salió de mi
garganta, callando todos mis pensamientos, mientras seguía viendo como la chica
dejaba escapar la única oportunidad que tenía para hacer volver a su chico.
-¡Jenn, despierta! –Abrí los ojos
con rapidez, encontrándome con los ojos azules de Louis a pocos centímetros de
los míos.
-Joder, Louis. –Rio levemente y se
sentó en el suelo, sin romper un milímetro la distancia que existía entre
ambos. -¿Cuánto tiempo he dormido?
-Cuando he llegado ya estabas
dormida, así que supongo que un par de horas. –Asentí, irguiéndome en el sofá y
estirándome tanto como podía.
Louis se levantó del suelo y ocupó
el sitio que había dejado libre en el sofá. Nos quedamos varios minutos en
silencio, cada uno absorto en sus pensamientos. No sé qué rondaría su cabeza,
pero la mía sólo estaba centrada en pensar en lo mucho que habían cambiado las
cosas en casi un mes. Casi un año como novios, un casi viaje a España, pelea,
ruptura, nuevo compañero de casa, un trabajo como una especie de espía, su
nueva novia... demasiadas cosas para mí.
Mis manos cubrieron mi cara y un
lento suspiro salió de mis labios. Sentí como Louis paseaba su mano por mi
espalda, supongo que intentando confortarme o hacerme sentir mejor. Aparté las
manos de mi cara y lo miré con media sonrisa acercándome a él para abrazarlo no
con demasiada fuerza.
-Gracias. –Susurré en su cuello,
procurando que él sólo sintiera un leve soplido. Sentí sus labios en mi frente
y una sensación de seguridad recorrió mi cuerpo. Suspiré profundamente y me
aparté de él apenas unos centímetros. –Hoy lo he visto. –Cogí aire y bajé la
mirada. –Con una chica.
-¿Su novia?
-No lo sé, la ha abrazado, y se ha
ido con ella agarrada de la mano. Es una tontería que piense que son novios por
eso, pero tengo ese presentimiento. –Louis asintió pensativo y yo me crucé de
piernas como un indio, esperando una contestación por su parte.
-¿Qué piensas hacer ahora? –Enarqué
una ceja, interrogante. –Quiero decir, ¿tienes algún plan? ¿Llamarle, buscarle,
pedirle una segunda oportunidad, pasar página? –Me encogí de hombros y me
levanté de un salto del sofá.
-No lo sé.
-¿No lo sabes? –Él imitó mis
movimientos y se acercó a mí con parsimonia.
-No, no lo sé. Supongo que haré lo
que surja.
-¿Lo que surja?
-Sí, Louis, lo que surja, ¿nunca
has escuchado eso de "no sé vivir, estoy improvisando"? Pues esa es
mi filosofía de vida.
-Entonces, déjame improvisar
contigo. –Dio un paso hasta a mí y pegó su frente a la mía, mostrando una
sonrisa, que se encontraba a poca distancia de mis labios. –Jenn hace casi un
mes que no veo una sonrisa sincera en tu cara. Y yo quiero que vuelvas a
sonreír como la primera vez que te vi en la tienda de mi padre. Con esa coleta
alta intentando disimular que no te habías peinado. –Reí con fuerza y sentí
como sus manos acariciaban lentamente mi espalda hasta detenerse en mi cintura.
-Esos días eran distintos, Louis. –Fue
entonces cuando me percaté de que estábamos hablando entre susurros, como
intentando que la conversación se quedara entre ambos.
-¿Que tenían de distinto? –Louis
se separó de mí y pasó una mano por su pelo, antes de soltar un bufido. -¿Que
estabas con un imbécil que te ha cambiado en dos días? –Bajé la mirada, hasta
centrarla en la punta de mis zapatos.
-V-voy a hacer algo de cenar.
-Jenn, lo siento. No, no quería
decir eso.
-Sí, sí querías decirlo. Pero da
igual, quizá tengas razón. –Besé su mejilla y me alejé con rapidez hasta la
cocina. No quería que Louis viese la forma en la que me habían afectado sus
palabras. Me apoyé sobre la puerta de la cocina y me dejé caer hasta el suelo,
escondiendo mi cara en mis rodillas y dejando que mi pelo cayera con desorden
por mis piernas.
Estaba harta de esto. Me podría
jugar el cuello a que él no se habría pasado ni una mísera hora llorando por mí
ni por nada de lo que tuvimos y yo, yo soy la puta débil, que aún no ha
superado la ruptura.
"Pues ya es hora de
cambiar."
Me levanté del suelo, me sequé las
lágrimas y abrí la puerta para encontrarme a Louis parado delante de ella.
-Venía a por un vaso de...
-¿Nos vamos a cenar fuera? –Hablé
antes de que él pudiera acabar su frase y vi media sonrisa en su cara.
-¿Y eso?
-Me da pereza cocinar. Vamos,
ponte guapo que nos vamos a la playa a cenar. –Reí y avancé con prisa hasta mi
cuarto.
-Estoy hasta arriba. –Me recosté
en la silla del restaurante y suspiré cuando observé el plato vacío.
-No sé cómo has podido comerte
todo ese marisco tú sola.
-Tenía hambre. –Los dos reímos al
unísono. Pagamos la cuenta y salimos del restaurante. Hablábamos de todo y de
nada, de cosas de la tienda, de cualquier idiotez que se nos pasaba por la
cabeza, hasta de las comidas familiares de navidad.
Íbamos andando sin rumbo hasta que
mis pies tocaron la fría arena de la playa y una sonrisa apareció en mi cara.
Antes de darme cuenta estaba en brazos de Louis que corría en dirección al
agua.
-Cómo me metas ahí, despídete de
tener hijos. –Susurré contra su oído haciendo que parara en seco y reí,
haciendo que mi risa retumbara en su cuello. Me bajó casi en el acto y observé
como la luna se reflejaba casi sin fuerza en el agua.
-¿Volvemos?
-Vamos.
Sentí el timbre de la puerta
resonando con fuerza y me levanté con demasiada prisa, intentando que el sonido
no despertara a Louis. Cuando llegué a la puerta, el ruido del timbre
destrozaba mis tímpanos. Abrí la puerta para encontrarme con mi padre.
-Vamos. –Susurró lo
suficientemente alto como para que lo escuchara y yo sólo asentí, siguiéndolo a
través de la carretera. Subimos una pequeña pendiente, perdiéndonos entre los
árboles.
Miré detrás de mí, no segura de si
sabría volver a mi casa. Entonces un grito, me hizo mirar delante de mí.
Dos hombres peleaban. Uno de ellos
estrelló el cuerpo del otro contra el suelo, haciendo que un grito desgarrador
saliera de su garganta. Mi vista se adaptó como pudo a la oscuridad del lugar
y, pude distinguir quienes peleaban.
-Josh. –Me giré para verlo
sonreír, disfrutando del espectáculo. –Para esto.
-Tranquila, disfruta. –Negué con
la cabeza y volví la vista hasta Zayn y uno de los hombres de mi padre.
-Zayn, para, esto acabará mal. –Mi
voz no eran más que susurros y, por mucho que quisiera, no podía subir más el
volumen. –Zayn, por favor. –Avancé hasta ponerme a pocos centímetros de él,
pero aun así no me escuchaba. Mis ojos se abrieron de par en par cuando vi a
ambos sacar una pistola y mis piernas reaccionaron colocándose en medio de
ambos.
-Ni se te ocurra disparar esa
pistola. –Miré directamente a los ojos del hombre, intentando parecer lo más
intimidadora posible. Me giré para mirar entonces a Zayn y, acto seguido, un
disparo retumbó por el descampado. Cerré los ojos al escuchar el ruido y,
cuando volví a abrirlos para verle, tenía media sonrisa en su rostro y se
estaba encendiendo un cigarro. Mi mano se apoyó en mi vientre, intentando
controlar la hemorragia que había causado la bala.
-Zayn...
-Estás con ellos, no iba a tener
compasión contigo, no eres distinta a tu padre. –Sentí mis ojos cerrarse
lentamente, mientras yo luchaba por tenerlos abiertos.
-Te qui...
-Ahórrate tus mierdas, Jennifer. –Volvió
a elevar la pistola hasta a mí y cerré los ojos con fuerza cuando un nuevo
disparo salió del cañón.
El despertador sonó con fuerza,
haciendo que me levantara de la cama con la respiración agitada. Me senté en la
cama, sintiendo como todo mi cuerpo temblaba por el sueño. Como acto reflejo mi
mano se apoyó en mi vientre, buscando alguna hemorragia, pero no había nada.
-Sólo ha sido un sueño. –Murmuraba
para mí misma, intentando convencerme, aunque no daba mucho resultado.
"Pero quizá él sí que me
pegaría un tiro si se presentara la situación. Soy de los "malos",
estoy contra él no con él."
Miré al techo, observando cómo aún
quedaban restos de las fotos que había colgadas.
"Quizá no, quizá siga
manteniendo lo de que arriesgaría su vida por ti."
Bufé riendo ante mis pensamientos,
y me volví a tumbar en la cama.
¡Comentad, bbys! <3
JAYN YAAAAA
ResponderEliminarPaciencia bby jajajaja ♡
EliminarMe gusta, me gusta, ME GUSTAAA! Amo cuando hay un millon de problemas y la historia no es tan asi en plan feliz, amor, empalagoso, cursi etc amo tu historiaa!!! *se para y aplaude*
ResponderEliminarMuchaaaas gracias cielo, eres amor que lo sepas. Y gracias por comentar ♡
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