viernes, 25 de octubre de 2013

Epílogo

¡STOP! Ni se te ocurra leer esto sin haber leído el capítulo anterior. Así que por mucho que te pique la curiosidad, no leas esto sin haber leído el 75... sino, ¿qué gracia tendría? Bueno y después de todo, deciros que gracias por todo. Sin vosotros esta fic no habría sido posible. Sois grandes, mil gracias por los comentarios en cada capítulo, apoyándome y todo. Pero no creais que la historia entre Jenn y Zayn se ha acabado aquí, no. Estos dos tienen mucho que vivir aún. Dicho eso, repito, si no has leído el 75, NO LEAS ESTE EPÍLOGO. Espero que os guste, de nuevo, mil gracias por todo. Espero vuestros comentarios. Os quiero.


Ajusté mi falda negra, cogí el abrigo y salí de mi casa junto a mis padres que ya me esperaban en el salón. Mi padre llevaba una fingida tristeza pintada en su rostro y mi madre no tenía expresión alguna. Yo, por mi parte, sabía que tenía grandes ojeras notables desde cualquier punto de mira, además, los ojos hinchados y rojos después de haberme pasado dos días completos llorando. Sin parar ni un segundo.
Salí del coche para encontrarme con el frío londinense golpeando mi cara con furia. Apreté mi abrigo negro contra mi cuerpo y me acerqué a Valentina que miraba con ojos llorosos la tumba. La abracé y besé su mejilla mientras ella susurraba un ‘tranquila, esto se acabará pronto’ sólo perceptible para mí. Me separé de ella y me fui a los improvisados bancos a escuchar el sermón del cura. Bufé. Conocía a Liam y sabía que no le habría gustado nada religioso en la ceremonia, pero las cosas tenían que ser así. Miré de reojo los alrededores, y pude encontrarme con Lea llorando en el hombro de Harry mientras este miraba fijamente la escritura de la lápida. Mis demás amigos estaban algo más separados de los demás y, obviamente, no mostraban en su cara tanta tristeza como mostraría yo.
Antes de darme cuenta, Geoff estaba dando él un pequeño discurso sobre su hijo que terminó de emocionar a la mayoría de los presentes y, algo más tarde, era Valentina la que hablaba. Cuando todo se iba a acabar, me acerqué a la tumba de Liam y dejé caer una rosa encima del frío ataúd.
-Te quiero. –Enjugué un par de lágrimas que había en mi mejilla y me aparté de ahí junto a los demás, justo cuando un todoterreno negro hizo su aparición en el cementerio. Me quedé paralizada reconociendo aquel coche y entonces entendí lo que dijo Valentina minutos antes.
-¡Josh! Tú no te irás de aquí sin tu merecido. –Sonreí al ver a Zayn salir del coche y él me recibió con un rápido beso.
Levantó el cañón de la pistola y apuntó a mi padre.
-Dispara, Malik. –Susurré en su cuello y escuché como disparaba provocando una sonrisa en mi rostro.
-¿Vienes conmigo?
-Hasta el final del mundo. –Nos subimos en el coche dejando atrás aquella escena, sin importarme lo que pensaran en aquel momento los presentes. Ahora sí, éramos sólo él y yo.

                                                                                                                                                     O no…

Capítulo 75

*Narra Jenn*

Miré a todos los presentes en la sala y me di cuenta de que siempre había estado en el bando equivocado. Franklin me protegía detrás de él mientras mi padre paseaba lentamente por toda la sala. La puerta de la habitación se abrió y mi mirada se centró entonces en la de Liam que corrió hacia mí protegiéndome con un abrazo. Los aplausos irónicos de mi padre nos hicieron separarnos y Liam le dedicó una mirada de asco. La voz ronca de Franklin fue la primera en romper el hielo en la sala.
-Ya no somos tan buenos amigos como antes, ¿no, Josh? –La risa de mi padre sorprendió a todos.
-Nunca hemos sido amigos, Franklin. Siempre te he seguido el juego para conseguir esto, el poder. Ahora que lo tengo, no me haces falta. –Cargó la pistola, dirigiéndola a la cabeza de Franklin. Tragué saliva y me giré, refugiando la mirada en el pecho de Liam. Otra pistola se recargó en la habitación haciéndome mirar de nuevo la escena y, esta vez, el cañón de la pistola se clavó en el lateral de la cabeza de mi padre.
-Baja el arma. –La voz de Zayn resonó con fuerza y mi padre sonrió de medio lado.
-Vaya, el héroe. Estabas tardando en llegar, Zayn. –Mi padre bajó la pistola y se giró mirando a Zayn y haciendo que el cañón de la pistola ahora estuviera entre sus ojos. Di un paso al frente, pero las manos de Liam me impidieron avanzar mucho más.
-No.
-Liam...
-No. –Y volvió a pegarme a su pecho, abrazándome con delicadeza.
-Mira Zayn, tus juegos me tienen harto. –Chasqueó los dedos y dos hombres se acercaron al cuerpo de Zayn cogiéndolo por los brazos haciendo que su pistola cayera al suelo. –No eres más que un crío, ¿te crees que podrías conmigo? –Mi padre volvió a elevar el arma, ahora hasta la cabeza de Zayn.
-¡No! –Me solté y cogí la pistola de Liam cargándola y apuntando a mi padre. –Suelta la pistola. –Sentía todo mi cuerpo temblar, pero si tenía que disparar lo haría. –Josh, suelta la pistola.
-No dispararás, soy tu padre.
-Tú no eres nada mío, ahora suelta la jodida pistola. –Grité con fuerza, haciendo que todas y cada una de las personas de la sala me miraran.
Mi padre soltó el arma en el suelo, al mismo tiempo que le hacía una señal a uno de sus hombres para que cogiera la de Zayn.
Disparé al techo, dándole ventaja a Zayn para que se soltara de su agarre y le propinara un par de patadas a cada uno.
-Corre. –Las palabras de Liam salieron en un susurro en mi oído. Corrí hacia la puerta y Zayn me cogió para abrazarme con fuerza. Liam sacó otra pistola de su chaqueta y apuntó a los dos hombres que segundos antes cogían a Zayn, aunque estos dos tampoco habían perdido el tiempo y también apuntaban en la dirección de Liam. Zayn tiró de mí saliendo de allí y, mientras recorría el pasillo lo único que pude escuchar fue un disparo.
Paré en seco y miré a Zayn que también había dejado de correr, las lágrimas se agruparon en mis ojos y empezaron a caer con rapidez.
-Tranquila. Tranquila. Seguro que a Liam no le ha pasado nada. Es el mejor tirador que conozco, mejor incluso que yo. Estará bien, seguro. –Estrellé mi mejilla contra su pecho, mojando su camiseta con mis lágrimas. –Escúchame Jenn, tienes que ser más valiente que nunca y hacer exactamente lo que yo te pida. –Asentí, secándome las lágrimas. –Sólo corre delante de mí, ve por las calles que yo te diga y esto habrá terminado en poco más de una hora. ¿Vale?
-Sí. –Besó mis labios acariciando con delicadeza mis mejillas húmedas por las lágrimas.
-Te quiero.
-Yo también te quiero.
-Ahora corre, preciosa. –Empecé a correr y salí del gran edificio, chocándome de frente con la fría brisa mañanera que azotaba Dublín. –Izquierda. –Corrí en la dirección que él me había dicho.
Y así durante muchos minutos. 'Derecha', 'izquierda', 'recto', 'izquierda', y cuando me cansaba, él se acercaba y me besaba, empujándome a seguir corriendo. Paré un segundo y vi como unos tres hombres nos seguían y volví a correr.
-¡Derecha! –Corrí en esa dirección y miré de reojo apenas un instante para ver como Zayn giraba en dirección contraria, llevándose tras él, a los hombres que nos seguían. ¿Qué cojones? Cambié mi dirección y seguí recto, con la intención de interceptarle en la siguiente calle. Aceleré tanto como podía aún con la pistola pegada a mi pecho y giré a la izquierda. Seguí corriendo hasta llegar a una plaza y paré de seco cuando lo vi a él parar también para mirarme.
Miré sobre su hombro, nadie lo seguía, había conseguido despistarlos.
De repente nos encontrábamos mirándonos en mitad de la calle. Mis piernas temblaban después de haber corrido durante tiempo, sentía que iba a caerme al suelo en cualquier momento. Él, sin embargo, me sonreía, cómo diciendo que todo iba a salir bien.
“Una mierda, ¿se piensa que soy idiota?”
Resoplé. Y un sonido sordo resonó por toda la calle. Un disparo. Provocó que toda la gente corriera en cualquier dirección para protegerse. Yo, por el contrario, me quedé parada revisando cada recoveco de la calle, pero no vi nada ni nadie sospechoso, todos corrían intentando proteger su vida, lo cual le había venido de perlas al tirador para pasar desapercibido. Volví a fijar mi mirada en sus ojos marrones. Seguía sonriendo. Fue entonces cuando me fijé en su camiseta, ahora teñida de rojo. Me tapé la boca para ahogar un grito y, sacando fuerzas de donde no había, corrí hasta él. Lo tumbé en el suelo, convirtiéndonos en el centro de atención del gentío. Apartó un par de mechones de mi cara y me besó con fuerza, saboreando con lentitud mis labios.
-¿Te estás despidiendo? –Él rió débilmente y me acarició la mejilla, secando una lágrima que se había escapado.
-No te librarás de mí tan pronto. –Le abracé y él me apretó con fuerza contra su pecho. Sin embargo, unos segundos después, dejó de abrazarme.
Miré al hombre que me tenía cogida del brazo separándome de Zayn. Intenté soltarme como podía, pero mis fuerzas habían desaparecido por completo. Miré sus ojos un segundo y él clavo los suyos en los míos.
-Te quiero.
-Te quiero. -Ambos gritamos al mismo tiempo, provocando aún más mis lágrimas. Me subieron a un coche y miré por la ventana, un joven estaba ayudando a Zayn. Y yo me alejaba de él; su figura se hacía más lejana y yo, lo único que podía hacer era ver cómo me separaban de él.
-Los dos han sido eliminados. –El conductor hablaba con el chico que me tenía agarrada por el brazo.
-¿Payne también?
-Payne también. –Mi corazón se paró en el acto. Liam... dejé escapar un sollozo.
-Era un buen negociador, una lástima su pérdida. –Y mi rostro se llenó de lágrimas.

domingo, 20 de octubre de 2013

Capítulo 74

Abrí los ojos poco a poco adaptándolos a la tenue luz que entraba por una pequeña ventana.
"¿Qué coño es esto?"
Parpadeé un par de veces y, cuando intenté hablar, sólo salieron gruñidos de mi boca debido al pañuelo negro que cubría por completo mis labios. Probé a moverme, pero mis manos estaban atadas al respaldo una silla, impidiendo cualquier movimiento. No tenía movilidad, ni escapatoria. Y Zayn no tenía ni idea de donde estaba… ni si quiera yo sabía dónde estaba. Empecé a llorar, sintiendo como las lágrimas mojaban mi rostro, nadie me escuchaba llorar ahí dentro, ya que era la única persona que respiraba dentro de aquella sala.
Empecé a moverme como podía, golpeando la silla contra la fría pared que tenía detrás de mí; no tenía ni idea de lo que realmente estaba haciendo, pero necesitaba hacer algo de ruido por si alguien podía oírme y sacarme de ahí. Una puerta metálica se abrió y pude sentir mis ojos iluminándose, pensando que estaba salvada, hasta que vi quien había al otro lado de la puerta y volví a desechar cualquier esperanza de salvarme.
-¡Estate quieta de una vez! –Su voz ronca sonó en la puerta y a los pocos segundos volvió a cerrar la puerta. Sollocé un poco y apoyé la cabeza en la pared. Sentía como mi mejilla ardía con el simple roce contra el frío muro, y supe que en los próximos días tendría un bonito morado decorando mi ojo.
"No te fíes de desconocidos me decía mi madre; cuánta razón tenía, joder."
La cuerda con la que me había atado raspaba poco a poco mis muñecas y, si hacía algún movimiento, lo único que causaba era hacerme más daño.
"Tengo que salir de aquí como sea."
Miré todos los objetos de la habitación, distinguiéndolos como podía en la poca luminosidad de la habitación. No había nada que pudiera usar. Bajé la cabeza y, desesperada, volví a empezar a llorar.
*Unas horas antes*
-¡No lo tenías que haber matado! ¿¡Por qué lo has hecho, Zayn!? –Gruñí cabreada, dando un par de puñetazos en su pecho. Él resopló y agarró mis muñecas parando mis golpes.
-Tenía que hacerlo, preciosa. Te lo explicaré mañana, ahora descansa. –Negué con la cabeza y me separé de él.
-Me voy a dar una vuelta, vuelvo en media hora. –Cogí mi chaqueta y salí de la habitación.
Las calles irlandesas estaban desiertas, aunque lo veía lógico teniendo en cuenta que eran las 2 y algo de la madrugada. Hacía frío por Dublín y lo empezaba a notar calándose en mis huesos, metí las manos en los bolsillos de la cazadora y empecé a andar por los alrededores del hotel.
-¿Jenn, eres tú? –Levanté la mirada para encontrarme al chico que estaba con Niall en la discoteca el día que lo conocí. Asentí y se acercó a mí con paso ligero. -¡Vaya! Te perdí de vista en la discoteca, luego Niall me dijo algo de una visita turística. ¿Ya lo habéis visto todo? –Asentí, mientras se formaba un nudo en la boca de mi estómago. Tenía ganas de decirle: "sí, todo, incluido a tu amigo muerto". Pero me mordí la lengua reteniendo un par de lágrimas.
-Dublín es precioso. –Fue lo único que pude decir de forma sincera. Él asintió con media sonrisa.
-Voy al parking, ¿me acompañas hasta la puerta y hablamos? –Asentí y empezamos a andar a la par. Hablábamos de Londres, de los estudios, de su trabajo y de pocas cosas más ya que en algo más de diez minutos habíamos llegado al parking.
-Bueno, nos vemos. –Me despedí de él con la mano antes de retomar el camino al hotel, hasta que alguien agarró mi brazo, retorciéndolo con fuerza.
-No, tú no te vas sin pagar la muerte de mi amigo. –Antes de darme cuenta estaba dentro de un todoterreno con la boca tapada por un paño, segundos después caí en un profundo sueño.
*Actualidad*
-Tu cena. –El chico dejó caer un plato delante de mí y, el escueto sándwich de queso que me había hecho, rebotó del golpe. Me quito el pañuelo de la boca permitiéndome de nuevo a hablar. –Come.
-No quiero. –Él rió cínicamente y dio un paso hasta a mí, intimidándome.
-Come. –Remarcó cada sílaba y yo tragué saliva. –Cuando vuelva quiero el plato vacío. –Se dio la vuelta, pero antes de irse tosí para haciendo que se girara de nuevo.
-No puedo comer si tengo las manos atadas, idiota. –Reí, aunque la risa se cortó cuando sentí la palma de su mano en mi mejilla haciéndome gemir de dolor.
-Controla esa forma de hablarme, guapa. –Gruñí y él desató mis muñecas dándome algo de libertad. –No hagas ninguna gilipollez, que te la ganas. –Asentí y cogí el sándwich antes de escuchar como cerraba la puerta de metal.
-Vale, tengo que salir de aquí. –Miré de nuevo por todos lados. –Joder. –Palpé mis pantalones. Nada. Mi chaqueta. Tampoco había nada.
"A ver Jenn, puede parecer idiota, pero no creo que lo sea y que te deje el móvil en la chaqueta."
Gruñí haciendo callar a mi conciencia y miré el sándwich. Tenía una idea. Si salía bien, genial. Si salía mal, estaba en un buen lío. Respiré hondo y tiré la comida al suelo, escondiéndolo tras la silla; cogí el plato y lo escondí detrás de mí.
-¡Mike! –Grité con todas mis fuerzas, pero no contestaba. Bufé y volví a intentarlo. -¡Mike! –La puerta metálica se abrió y escuché como se acercaba a mí. Apreté el plato y respiré hondo.
-¿¡Qué narices quieres!? –Sonreí y me acerqué a él.
-Sólo despedirme. –Levanté el plato y golpeé con él su cabeza. Lo vi marearse y en ese momento salí corriendo de ahí.
"Mierda, ¿y ahora por dónde?" Corrí por el pasillo de la derecha hasta llegar a una enorme sala totalmente vacía. Escuchaba unas pisadas acercarse cada vez más y entonces supe que el plan había sido un desastre.
"Vale, estás acorralada, lumbreras."
"¿Te puedes callar? Intento pensar."
Miré por todos lados buscando algo para salir de ahí. Una ventana. Me acerqué y tragué saliva al ver la distancia del suelo. Si saltaba, lo más seguro es que acabara muerta estrellada contra el suelo. "No puedo. Ni de coña." Miré la puerta. “Bueno, si me quedo, también acabaré muerta, sólo que con un tiro en la cabeza.”
Negué rapidamente, estremeciéndome, cuando la puerta de la sala se abrió.
-¿Papá? –Lo miré extrañada, él sonreía, mirándome de arriba abajo, chasqueó los dedos haciendo que un par de hombres entraran en la habitación. Uno de ellos traía a Franklin y el otro a su mujer. ¿Qué pasa aquí?
-Veo que Mike no hizo muy bien su trabajo. –Llamó a otro de los hombres y, tras decir algo en voz baja, el hombre salió de ahí para volver a los pocos minutos con Mike agarrado del brazo. –Te dije que la tuvieras encerrada dos días. No ha aguantado ni dos horas.
-Lo siento señor, salió corriendo... –No pudo acabar la frase cuando un tiro se clavó en su pecho haciéndolo caer redondo al suelo. La imagen de Niall llegó a mi cabeza en ese instante y me estremecí, si Mike estaba con mi padre, Niall probablemente también y quizá por eso Zayn lo había matado. Los hombres soltaron a Clare y a Franklin, que rapidamente corrieron a mi lado a defenderme. Los miré asombrada, sin esperar esa acción, y de nuevo centré la mirada en mi padre.
*Narra Zayn*
Aparcamos en el jardín trasero de la casa de Mike, escondiendo el coche como podíamos intentando que no nos vieran. Había venido varias veces a esta casa para arreglar negocios con Josh, así que sabía perfectamente que estaría aquí. Antes de entrar a la casa, vi como Josh y dos de sus hombres arrastraban dentro de esta a mis padres atados de manos. Bufé y, cuando pasaron unos pocos minutos, entré en la casa y empecé a mirar en todos los rincones posibles de esta, pero no encontré nada hasta que escuché unos gritos al fondo de un largo pasillo. Esa voz.
-Es Jenn. –Liam dijo lo que yo estaba pensando, se puso a mi lado y yo asentí, tensando todos mis músculos. Empecé a avanzar hacia la sala, hasta que Liam me paró. –Para, para. Entro yo, tú te volverías loco ahí dentro. Respira, si en quince minutos no he salido con ella y tus padres, entras. –Asentí y vi como mi amigo se acercaba hasta la gran puerta. Tomó aire antes de abrirla y, tres segundos después, desapareció.

sábado, 19 de octubre de 2013

Capítulo 73

Me apoyé en la pared de en frente y resoplé, cuando vi salir a Liam y a Zayn de allí.
-¿Qué coño ha sido eso? –Sonreí subiéndome a la parte trasera del todoterreno.
-Me dijisteis que tenía que estar soltera, y que siguiera el plan. Eso he hecho. –Me quité los tacones estirando mis piernas en el asiento. Escuché la débil risa de Liam y como Zayn decía algo demasiado bajo como para entenderlo.
Cuando por fin llegamos al hotel, me faltó tiempo para subir a la habitación y cambiarme de ropa. Escuché la puerta abrirse detrás de mí y escruté los movimientos de Zayn hasta que mi móvil vibró en la mesita de noche. Corrí a contestar el mensaje de un número que no conocía.
"Ni si quiera hemos dicho donde quedamos mañana, al lado de la discoteca hay un Starbucks, ¿ahí a las 10? Tranqui, yo invito al desayuno"
Sonreí tímidamente antes de contestar al mensaje.
"Claro, allí estaré."
"Descansa, espero que te lo hayas pasado genial esta noche, nena. Buenas noches. Un beso. xxx"
-¿Con quién narices hablas?
-Con nadie.
-Jennifer. –Me arrebató el teléfono de las manos leyendo los mensajes. Su cara cambió radicalmente y levantó la mirada hasta mí. -¿¡Qué haces?! Estás loca. No sabes ni quién narices es este tío.
-¡¿He pasado toda la noche con él, sola y ahora te preocupas!?
-En la discoteca podía protegerte, en mitad de Dublín no. –El tono de su voz volvió a descender y yo suspiré.
-No me pasará nada, Malik. Te lo prometo. –Besé su mejilla haciendo que se relajase y él me abrazó con fuerza.
-Si vuelvo a leer o escuchar que te llama nena, le parto la cara. –Reí en su pecho y él rió conmigo.
-Eres idiota, Zayn.
-Anda, duerme, cariño. –Abrí los ojos y me senté en la cama mirándolo fijamente. -¿Qué pasa?
-Nunca me habías llamado 'cariño'. –Él sonrió, acercándose a mí y besando mi frente con fuerza.
-Si quieres no te llamo más así.
-No, o sea, sí. Me gusta. –Sonrió y se tumbó en la cama con las manos detrás de la nuca. Yo me puse a su lado, no hablamos nada, simplemente escuchábamos el ruido de los coches fuera del hotel.
-¿Sabes? En la discoteca, tenía unas ganas enormes de reventarle la cabeza al tío ese. ¿Has visto cómo te miraba? Te iba a comer con los ojos. –Reí en voz baja y me apoyé sobre mi codo, girándome para mirarlo. –Quería levantarme y decirle "aparta los ojos de mi novia si no quieres que te los arranque". –Estallé en una carcajada y a los pocos segundos escuché su risa.
-Él me comerá con los ojos, pero tú con otras cosas. –Zayn rió de nuevo y con un rápido movimiento se subió encima de mí.
-¿No llevas ropa interior arriba? –Me mordí el labio inferior y el resopló en mi oído estremeciéndome. –Me gusta. –Empezó a besarme con lentitud, dejando húmedos besos por todo el cuello. Sus manos pasearon cuidadosamente por mi cintura, apretándome con fuerza contra él. Reí débilmente contra su mejilla y puse las manos en su pecho separándolo un poco.
-Zayn, no.
-¿Qué pasa?
-Ya sabes, mi momento del mes. –Él asintió con media sonrisa y se bajó de mis caderas abrazándome por la cintura.
-Descansa, mañana será un día duro.
-¿Tengo que disparar yo? –Él asintió en medio de un suspiro.
-Tranquila, te diremos que hacer.
-Sé qué hacer; lo que pasa es que no me parece bien cuando no tengo motivos para pegarle un tiro. –Suspiré y besé su hombro. Cerré los ojos intentando descansar sabiendo todo lo que pasaría al día siguiente.

-¡Buenos días, enana!
-Liam, largo. –Él rió en mi oído y yo bufé cabreada mientras salía de la cama. Me miré al espejo y gruñí. –Parezco un zombie, tío.
-Vamos, arréglate, llegas tarde.
-Déjame. La chica siempre tiene que llegar algo tarde.
-Sí, pero no media hora. –Abrí los ojos de par en par y corrí al armario buscando que ponerme.
-¡Pásame mi móvil, corre! –Liam me lanzó mi móvil y yo busqué el número de Niall en la agenda. –Niall. Hola, sí, perdona. –Reí levemente. –Estaré ahí en 10 minutos. Lo siento, de verdad.
-No me gusta nada esa risa.
-¿Qué?
-Esa risita estúpida. Es la misma que tenías con Zayn antes de empezar a salir. –Bufé y puse cara de asco.
-¿Eres imbécil? Es el típico rubio, sin cerebro y medio pijo.
-Y donde esté su novio mafioso que se quiten los demás. –Zayn se apoyó en el marco de la puerta y suspiró agachando la cabeza. Me levanté, terminando de ponerme la camiseta y me acerqué a él.
-Exacto, donde esté mi novio el mafioso, que se quite cualquier rubio pijo. –Sonreí levantando su cara y besé sus labios. –Te quiero, ¿vale?
-Te quiero. –Cogí mi bolso y salí corriendo de la habitación.

-Llego muy tarde, lo siento. Me quedé dormida y ya ves –señalé mi pelo –estoy hecha un desastre.
-Vas genial. –Rodé los ojos y enganché mi pelo en una coleta alta. –He pedido dos cafés mocca. Espero que te...
-¡Me encanta! –Cogí el vaso que me ofreció y salimos de la cafetería.
-Lo sabía. –Sonrió de medio lado. Empezamos a pasear por toda la ciudad, mientras hablábamos de nosotros y él me contaba cosas que me importaban más bien nada sobre Dublín, aunque yo asentía a todo, como cuando estaba en clase de historia.
Antes de darnos cuenta, habíamos pasado horas y horas hablando y ya empezaba a anochecer cuando sonó la melodía de mi móvil.
-Perdona, ahora vuelvo. –Niall asintió y yo me alejé un poco de él para contestar al móvil. -¿Qué pasa?
-Llévalo a la parte trasera de la discoteca de anoche.
-Zayn... yo... ¿porque hay que matarlo?
-Jenn, son cosas del negocio.
-No quiero que le pase nada.
-¿Qué dices?
-Me cae bien Zayn, es simpático... ¿por qué tiene que morir?
-Ya te lo he dicho cosas del negocio. –Bufé cabreada y colgué volviendo al lado de Niall.
-Volvamos a la discoteca, allí tengo el coche, te puedo llevar al hotel. –Asentí y retomamos el camino de vuelta. De nuevo volvimos a hacer bromas, a reírnos; era divertido estar con él. Era un chico alegre, despreocupado. Sólo lo conocía desde hacía un día, pero habíamos congeniado. Pensábamos igual en muchos aspectos y teníamos gustos bastante similares en la música y en la ideología.
-Me lo he pasado genial hoy, Niall.
-¿He hecho que aprendas a no romper un corazón? –Reí y negué con la cabeza mordiéndome el labio.
-He nacido así Niall, no soy de enamorarme. –Escuché como decía algo en voz baja y luego sonreía.
-Voy a dejar el abrigo en el maletero, ve subiendo. –Asentí y abrí la puerta del coche justo cuando a mis espaldas escuché un sonido ya demasiado familiar.
-No... –Cerré la puerta de golpe y corrí hasta el maletero. Joder. Niall estaba tirado en el suelo y le costaba respirar. –Niall. Niall, mierda. –Apreté la herida de su pecho intentando parar la hemorragia. –Niall vas a salir de esta. Ni se te ocurra morirte, ¿me oyes? Tienes que seguir ayudándome a no romper corazones. –Reí aun sintiendo las lágrimas caer por mis mejillas.
-Jenn.
-No, no, cállate. Voy a llamar a una ambulancia. –Saqué el móvil del bolso pero alguien me lo arrebató. Me giré para encontrarme a Zayn mirando con rabia a Niall.
-Al coche, ya.
-Zayn, no podemos dejarlo aquí. Puede que viva, por favor, tenemos que ayuda... –Un segundo tiro salió del cañón de la pistola que Zayn sostenía, ahora directo a la frente de Niall, que dejó caer la cabeza por completo en el frío pavimento mientras un hilo de sangre descendía hasta su nariz.

-Ya no vivirá. Al coche. –Bajé los párpados de Niall, ocultando así sus ojos azules y me levanté con la mirada fija en su cuerpo. No podía dejar de mirarlo, en cierto modo, yo era la culpable de que estuviera muerto. Subí al todoterreno y Zayn arrancó, derrapando por toda la carretera.

viernes, 18 de octubre de 2013

Capítulo 72

Llegamos al aeropuerto y, después de pasar todos los controles de seguridad, entramos a la pista de aterrizaje.
-¿Avión privado? Qué nivel.
-Lo mejor, para los mejores. –Liam estiró el cuello de su camisa y yo rodé los ojos causando su risa. –Venga sube. –Subí corriendo las escaleras y me encontré con Zayn sentado en uno de los asientos mientras leía un periódico.
-¡Malik! –Salté en sus rodillas y besé su mejilla.
-¿Lista, preciosa? –Asentí y vi como Liam volvía de haber hablado con el piloto. La puerta cerró y él se sentó en uno de los asientos.
-¿Y los demás? –Ambos guardaron silencio y yo me senté al lado de Zayn, que miró fijamente el periódico. -¿Dónde están los demás chicos? –De nuevo ninguno de los dos contestó y yo bufé cabreada. Al cabo de un rato, cuando el avión ya había despegado, Zayn se levantó del asiento y se marchó al baño dejándome sola con Liam. –Vale, ¿se puede saber a qué narices vamos a Irlanda?
-Tienes que ayudarnos en una cosa. –Miré a Liam interrogante.
-Ya sabía yo que había alguna razón de peso y no eran precisamente mis buenas notas.
-Hay un chico. –Me levanté cruzándome de brazos y me puse delante de Liam.
-¿Te has enamorado, Liam? –Escuché la risa de Zayn en el baño del avión y reí en voz baja yo también.
-Simplemente tienes que hablar con él, llevarlo a la parte trasera de la discoteca y pegarle un tiro. –Mis rodillas temblaron y me agarré a un asiento para no caerme.
-¿Yo? Yo no voy a poder. No puedo pegarle un tiro a alguien que no me ha hecho nada. –Liam negó con la cabeza mientras suspiraba.
-Ya lo hablaremos más adelante, enana. Seguro que puedes hacerlo. –Asentí mientras sentía las manos de Zayn en mi cintura y como apoyaba la barbilla en mi hombro.
-¿Estás segura de que podrás? –Me encogí de hombros, pero finalmente acabé asintiendo poco convencida, girándome hasta él, haciendo que nuestros labios quedaran a un par de centímetros. Sonreí y él besó mi nariz para después sentarse en el asiento. Yo hice lo mismo en el mío y, un par de minutos después, el avión tomó tierra.

-Zayn, ¿quién eligió este maldito vestido? –Salí del baño ajustándome la largura del vestido. –No voy a ir a ninguna discoteca sola con este vestido.
-No vas a ir sola. Liam y yo vamos a entrar contigo, solo que te dejamos en la barra y nos separaremos de ti, pero vas a estar vigilada.
-Ah genial, ahora me siento como una fugitiva que tiene que ser también una prostituta. –Volví a estirar mi vestido, él rió y besó mi frente.
-Sólo habla con él un rato, dale confianza.
-Me sigo sintiendo como una furcia barata, Zayn.
-Vamos, estás preciosa. –Rodé los ojos ante su cambio de tema y salimos del hotel. Liam ya nos esperaba en el todoterreno que frenó unos minutos después delante de una discoteca.
-Recuerda que tienes que estar soltera. –Solté la mano de Zayn y Liam me dedicó una sonrisa mientras afirmaba con la cabeza.
Los tres entramos juntos, bajo la mirada de algunas personas pero, al llegar a la barra, ambos chicos desaparecieron de mi lado. Me pasé como veinte minutos en la barra con un Martini que ya no tenía ni hielo.
"Me voy a ir, esto es una pérdida de tiempo, ni si quiera sé quién es el chico." Suspiré cuando vi que un par de chicos se acercaban a mí. "Lo que me faltaba."
-Hola, este es Niall. Yo soy Mike. –Asentí besando las mejillas de cada uno.
-Yo soy Jenn. –Ambos asintieron con una sonrisa; el móvil vibró en el bolso y yo levanté un dedo hacia los chicos en modo de disculpa. Saqué el móvil intentando que no se viera el cañón de la pistola.
"Es el rubio, preciosa. Lo estás haciendo genial." Suspiré, Zayn se iba a cagar después de esto.
Empecé una conversación poco interesante con ambos chicos, hasta que el moreno nos dejó por irse con una rubia que bailaba sola en el centro de la pista. En realidad, el tal Niall me había caído bien, bastante bien.
-¿Quieres ir a una mesa? –Asentí y me levanté del taburete de la barra, siguiendo al chico por todo el local hasta llegar a una zona repleta de mesas. Divisé a Liam y a Zayn en una de las del fondo y ambos me dedicaron una sonrisa, a la que respondí con una mueca de asco. –Voy a por una copa, ¿quieres algo?
-Una cerveza. –Grité por encima de la música y él asintió alejándose de mí. Saqué mi móvil y empecé a escribir.
"Malik, ¿te parece normal? Estás dejando a tu novia sola, con un tío al que no conozco de nada. Eres imbécil."
Su respuesta no se hizo de esperar y me quedé congelada al leerla.
"Calla y sigue el plan. Ya vuelve."
El chico dejó la botella de cerveza en frente de mí. Le dediqué media sonrisa y di un sorbo al mismo tiempo que él se sentaba delante de mí.
-¿Y bien? ¿Es muy normal que vengas sola a las discotecas?
-Busco presas. –Él chico soltó una escandalosa carcajada y elevó una ceja en forma de interrogación.
-¿Presas? ¿Qué eres, una vampiresa o algo? –Asentí dando un trago más al botellín.
-Y ahora que me has descubierto tendré que asesinarte al acabar esta conversación. –Sonreí, aunque la sonrisa se esfumó de mi rostro al pensar en todo lo cierto que tenía esa frase; él me devolvió la sonrisa.
-¿Y tiene la vampiresa un vampiro en casa esperándola?
-No. –Mi voz se volvió fría. ¿Quería que siguiera el plan? Pues lo seguiré. –No tengo a nadie, ni lo voy a tener, por si estás pensando eso.
-¿Hay alguna razón en especial?
-No estoy hecha para el amor. El amor apesta, ¿tú sabes que significa amor? Bien, yo tampoco, sólo sé que es un conjunto de sentimientos que pueden volver loco a cualquiera y que siempre, hay alguien que acaba herido.
-Suenas a chica con el corazón roto.
-Sueno a chica rompecorazones. –Di el último trago a la cerveza y me levanté de la mesa. –Gracias por la bebida. –Recogí mi bolso y mis cosas y me dirigí a la puerta del local.
-Espera. –Me giré al volver a escuchar su voz. –Quizá sólo necesites a alguien que te enseñe a no romper el corazón.
-¿Y ese quien va a ser? ¿Tú? No lo creo. Ha sido un placer conocerte... –Chasqueé mis dedos fingiendo no recordar su nombre. Él sonrió.
-Niall.
-Eso. –Volví a girarme perdiéndome entre la multitud y estaba a punto de salir de ahí cuando alguien agarró mi muñeca girándome hasta volver a ver esos ojos azules.
-Sólo un día. Mañana, te enseñaré Dublín, si no puedo hacerte cambiar de opinión, no volverás a ver mi pelo tintado. –Agarró un par de mechones de su flequillo haciéndome reír. ¿Qué cojones haces Jenn? Recuerda a qué has venido
-Está bien, tienes una oportunidad Niall. Demuéstrame que estoy equivocada. –Niall asintió, besando mi mejilla. Nos dimos el teléfono en unos segundos y salí del local.

domingo, 13 de octubre de 2013

Capítulo 71

*5 meses después*

-¡Todas aprobadas! –Salté encima de los brazos de Liam que me apretó con fuerza.
-Enhorabuena, enana. Sabía que eras una empollona. –Sacudí mi pelo y empecé a reír.
-¡El año que viene iré a la universidad! –Él asintió apoyándose en su coche y me miró divertido mientras yo hacía un baile extraño.
-Preciosa. –Sus manos rodearon mi cintura y me hizo girar hasta quedar frente a él, que me mostraba una amplia sonrisa. -¿Cómo has salido?
-¡Me voy a la universidad! –Sonreí y él besó mi frente mostrándome una sonrisa.
-Sabía que lo conseguirías.
-¿Y tú qué tal? –Levantó el papel de sus notas y una sonrisa apareció en su cara, antes de acercarse a mi oído.
-Creo que tendrás que aguantarme un año más en clase. –Reí escandalosamente y él me abrazó levantando mis pies del suelo.
-Tenemos que celebrarlo.
-Otra fiesta como la de mi cumpleaños no, por favor. –Todos asentimos, de acuerdo con Zayn. Desde entonces no habíamos tenido ninguna pelea fuerte y con fuerte me refiero a la de aquella vez. Sí, habíamos discutido, pero como todas las parejas hacen. Estaba absorta en mis pensamientos cuando la voz de Liam me sacó de ellos.
-¿Qué os parece un viaje? –Lo miré interrogante esperando una buena explicación. –No un viaje largo ni nada, un par de días a… -se tocó la barbilla, y levantó la mirada al cielo. –Irlanda.
-¡Sí! Nos podíamos ir los cuatro. O los seis.
-¿Qué seis? –Zayn se cruzó de brazos y yo sonreí.
-Ya sabes, Liam, Valentina, Lea, Harry, Jordan y yo. Tú, por supuesto no. –Me apoyé en el coche junto a Liam y observé como Zayn enarcaba una ceja y mostraba media sonrisa.
-Genial, así podré estar con Allie mientras no estáis. –Ahora sonreí yo y rodé los ojos.
-Estupendo, ¿sabes que me han dicho? Que Jordan es un crack en la cama. Y qué mejor sitio para comprobarlo que Irlanda, ¿no? –Enrosqué mis brazos alrededor de su cuello y el juntó su nariz con la mía.
-Me han dicho lo mismo de Allie, ¿sabes? Será el momento perfecto para ver si dicen la verdad.
-Sois los dos gilipollas. –Liam me agarró de la cintura, separándome de Zayn y me montó en la parte trasera del coche mientras Zayn y yo rompíamos a reír. -¿Subes o te quedas ahí con cara de imbécil, Zayn?
-Es su cara, Liam. –Ahora era Liam el que acompañaba mi risa, mientras Zayn cerraba la puerta del copiloto.
-No me provoques, preciosa.
-Es lo que más me gusta hacer, Malik. –Por el espejo retrovisor vi como Liam ponía una mueca de asco y rompí a reír tumbándome en el asiento.
Llegamos a mi casa un par de minutos después y bajé del coche con cierta rapidez. Dejé la mochila en la puerta y me acerqué al coche para despedirme de ambos; quedamos en llamarnos, para hablar del viaje y entré en casa.
No sé quién estaba más contento por mis notas si mis padres o yo, pero puedo asegurar que apostaría por que ellos. Les faltó montarme una fiesta o algo así cuando se las di. Mi madre empezó a llamar a todas sus amigas y mi padre empezó a enseñarme universidades, aunque él ya sabía que tenía decidido a cual iría. Después de comer, me fui a mi cuarto para ver todos los vuelos que podía por internet, hasta que una llamada me sacó de mis pensamientos.
-Hola, Malik.
-¿Qué haces?
-Buscaba vuelos y hoteles en Irlanda.
-Deja de buscar, ya lo tenemos todo. Salimos pasado mañana.
-Para el carro, Malik. ¿A qué viene tanta urgencia? –Lo podía ver en ese momento, tumbado en su cama, con una mano en la nuca y sonriéndole al techo.
-A nada, pero tenemos que aprovechar el verano desde ya. Así que prepara tus cosas que pasado mañana estaremos volando a Irlanda.
-Zayn, creo que no has pensado en una cosa… -Antes de que pudiera terminar de decir la frase él ya estaba diciendo lo que yo había pensado.
-Tu padre. –Asentí, pensando que me podía ver o algo por el estilo y, cuando me di cuenta, respondí con una simple afirmación. –No te preocupes, no ha puesto oposición.
-¿Ya se lo habéis dicho?
-Sí. Tranquilízate, ¿vale? Te quiero.
-Vale. Te quiero. –Sonreí y colgué el móvil tumbándome de nuevo en la cama. Este iba a ser uno de los mejores veranos.
*Narra Zayn*
Colgué el teléfono y me levanté en dirección al despacho de mi padre donde él estaba ordenando algunas carpetas; me senté en la silla que tenía frente al escritorio y apoyé mis manos en él.
-¿Qué pasa, hijo?
-La voy a llevar de viaje, otra vez.
-¿Dónde?
-Irlanda.
-Bonito país. –Asentí y levanté la mirada hasta él, encontrándome inesperadamente, con una sonrisa.
-¿No hay discurso?
-No. Creo que me he dado cuenta de que la quieres de verdad, y no te voy a prohibir que la dejes de ver o que no la quieras más. Ya lo hice una vez y el destino os quiso juntos de nuevo. Así que adelante, Zayn, pásalo bien en Irlanda. Recuerda traerle algún recuerdo a tu madre, ya sabes que le encantan esas tonterías. –Reí en voz baja y asentí.
-Gracias, papá.
-No las des. –Me levanté de la silla y salí del despacho, de nuevo con el móvil en la mano, sólo que esta vez estaba llamando a Liam. Al cuarto toque, por fin contestó. –Ya era hora.
-Uno no puede ya ni mear tranquilo. –Ambos soltamos una pequeña risa. -¿Has hablado ya con ella?
-Sí, está todo bien. En dos días nos vamos, como habíamos dicho.
-¿Crees que lo estamos haciendo bien? Será ponerla demasiado en peligro, Zayn, y ninguno de los dos queremos que salga mal de esto. –Suspiré y pude escuchar como Liam suspiraba también al otro lado de la línea.
-¿Crees que no lo sé? Si algo sale mal la puedo perder… -callé un segundo, esperando que él hablara, pero no dijo nada y seguí hablando. –Pero yo mismo me encargaré de que todo salga como tiene que ser. En dos días estaremos aquí y todo será mejor… para todos. –Escuché la afirmación de Liam en el teléfono y colgué. Me senté en la cama, pensando en todas las posibilidades que había de que todo saliese mal. De que no volviera a verla, de que este fuera nuestro último viaje, juntos.

sábado, 12 de octubre de 2013

Capítulo 70

-¡¿Sabes qué?! –Me giré cuando lo escuché gritar en aquella escalofriante calle vacía y fijé mis ojos en los suyos. –Que me da igual todas las veces que discutamos, que me importa una mierda si los días buenos son tres y los malos trescientos. Que me da igual si tú piensas blanco y yo digo negro porque, al final del día sé que me seguiría interponiendo entre una bala y tú. Al final del día sé, que si tengo que morir por alguien, moriría mil veces por ti. –Ahora era yo la que estaba callada, parada en mitad de la calle. Sabía que tenía que hacer algo, moverme de ahí o decir algo, pero no podía. De nuevo su voz retumbó. -¿Jenn? –Levanté la mirada hasta él y fui consciente de que una sonrisa cruzaba su cara. –Ven aquí, preciosa. –Empecé a andar hasta él que me recibió con los brazos abiertos para abrazarme. Me apretó contra su pecho, acariciando con tranquilidad mi espalda para relajarme. -¿Volvemos? –Asentí y empezamos a andar de nuevo a casa de Liam.
-Lo siento, no quería ponerme así.
-Lo sé, nena. No vas a probar el alcohol en mucho tiempo. –Lo miré enarcando una ceja y él sonrió encogiéndose de hombros. –Pero no es conmigo con quién tienes que disculparte.
-Me estará odiando ahora mismo.
-No, sólo querrá matarte con sus propias manos después de lo que le dijiste. –Rió un poco y yo golpeé su hombro con mi poca fuerza causando aún más su risa. –Auch.
-Ni si quiera lo has sentido, no te hagas la víctima, machote. –Solté una carcajada cuando sentí como me levantaba del suelo, poniéndome en su hombro como si fuera una mochila o algo por el estilo. -¡Bájame! ¡Zayn!
-No, el machote tiene que llevar a la nenita a casa.
-No seas idiota.
-Ah, ahora soy idiota. –Me bajó al suelo y puso una mueca rara provocando aún más mi risa.
-Sí, definitivamente eres idiota.
-¿Tu idiota?
-Eso no lo dudes. –Me agarró de la cintura y me pegó a él mientras besaba mi cuello causando que una corriente eléctrica atravesara mi espina dorsal.

-¿Dónde está? –Liam señaló y salón y yo asentí, abriéndome paso entre los dos chicos en dirección a esa habitación. Lea estaba tumbada en el sofá, con los auriculares puestos y mirando atentamente el móvil; cuando entré por la puerta su mirada se elevó de la pequeña pantalla hasta mi cara y yo la saludé con media sonrisa a la cual ella contestó fijando de nuevo la vista en el móvil. El único movimiento que hizo fue para quitarse los auriculares.
-¿Te puedes largar? No me apetece hablar contigo.
-No me voy a ir hasta que no lo arreglemos.
-Es que no quiero hablar contigo
-Pues no hables tú. Escucha, eso si no te has quedado sorda escuchando a Guetta, existe un volumen bajo, ¿lo sabías? –Estaba segura de que había sonreído con eso. Respiré hondo y me senté en el sofá con ella. –Lo siento muchísimo, Lea. Nunca quise decir toda esa mierda; estaba mal, cabreada, y tú te habías puesto de parte de Zayn, lo que me cabreó aún más... por eso te dije aquello.
-Jenn...
-No espera, no he acabado. Sé que debería pensar antes de abrir mi enorme bocaza; pero también sé que sabes que no sabía lo que estaba diciendo.
-Me he perdido con esa última frase. –Ambas empezamos a reír y yo me apoyé en el respaldo del sofá.
-Que no sabía que estaba diciendo eso, salió de mi boca sin pensarlo.
-Jenn...
-En serio, Lea, déjame acabar. No quiero perderte, no a ti. Haré lo que sea para que me perdones. De veras que lo siento y no volver... –Mis palabras se cortaron con un grito por su parte que me hizo saltar en el sitio.
-¡Cállate! –Se abalanzó sobre mí abrazándome con fuerza. –Te iba a decir que te había perdonado con la primera frase... pero ahora que has dicho que harás lo que sea... –Reí empujándola fuera de mi cuerpo.
-¡Cabrona! No te aproveches. –La miré seriamente y ella negó con la cabeza mientras sonreía como una niña pequeña e inocente.
-Me quieres. –Negué con la cabeza, fingiendo estar seria.
-Una mierda.
-Mucho.
-Más quisieras.
-Imbécil. –Le saqué la lengua y ahora sonreí yo como una niña pequeña.
-Me quieres.
-Lo que tú digas.
-Muchísimo.
-¿Abrazo? –Reí asintiendo y ambas volvimos a abrazarnos mientras escuchábamos las risas de Liam y Zayn desde la puerta.
-Que raras sois.
-¿Nunca os han dicho que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas? –Ambos levantaron los brazos de forma inocente y se acercaron a nosotras sentándose en los sillones que habían al lado del gran sofá.
-Son imbéciles. –Asentí y ellos sólo pusieron cara de asco antes de encender la televisión y buscar alguna película interesante que ver. Cuando por fin encontramos una que era más o menos buena, eran las dos y media de la mañana y no recuerdo haber visto el final porque me quedé completamente dormida encima de Lea.
“I should ink my skin with your name, and take my passport out again, and just replace it. See I could do without a tan, on my left hand, where my fourth finger meets my knuckle. And I should run you a hot bath, fill it up with bubbles.”
Abrí los ojos lentamente cuando escuché a alguien cantando en la puerta principal de la casa, me froté los ojos y me incorporé. Mi mirada se centró en Liam que estaba despierto mirándome con media sonrisa. Esperaba una explicación, pero no dijo nada.
"Cause maybe you're loveable, maybe you're my snowflake. And your eyes turn from green to gray, and in the winter I'll hold you in a cold place. And you should never cut your hair, 'cause I love the way you flick it off your shoulder.”
Una nueva estrofa sonó y me levanté intrigada para averiguar qué pasaba. Me puse la chaqueta que Zayn había dejado sobre una de las sillas del comedor. Abrí la puerta para descubrir la lluvia, casi nieve, que caía sobre Londres. Lo miré y ambos sonreímos durante una décima de segundo antes de que empezara a hablar.
-Te vas a helar aquí fuera. –Él se encogió de hombros, como si no le importara.
-Lo que sea por ella.
-Pasa. –Él negó con la cabeza. –Te vas a poner malo aquí fuera.
-Sólo… llámala, por favor. –Me giré para volver al salón y avisar a mi amiga, pero Lea ya estaba parada a pocos metros de nosotros con una sonrisa de idiota en la cara. Miré a Harry y también sonreía como un idiota. Y, por acto reflejo, empecé a reírme.
-Perdón, perdón –me tapé la boca intentando controlar la risa. –Ya os dejo solos. –Ambos asintieron y, antes de irme, lo último que vi fue como Harry entraba en casa mientras besaba a Lea.

¡Hola, hola!

Bueno, algunas me habéis dicho que queríais ver el trailer y tal, así que aquí os lo dejo. Aviso de que lo hice una tarde de estas típicas que estás tumbada en la cama sin saber que hacer, por eso, que si esperáis algo tipo gringa o así, deciros que es mas bien cutre. Le doy las gracias a mi prima por meterme los títulos en inglés, porque yo no sabía hacerlos (soy una negada para eso).
Otra cosa más, y con esto que os voy a decir sé que me vais a odiar... o a lo mejor no, no lo sé. La fic se va a acabar pronto, no sé si le quedan cuatro capítulos o unos pocos más o alguno menos, pero ya se va a terminar. Dije que habría segunda temporada, y sí, la va a haber. La subiré en Diciembre, así os dejo Noviembre para que os quedéis con la intriga de qué pasará. Si queréis dejarme en los comentarios lo que creéis que va a pasar al final de la primera temporada pues adelante, si no pues nada.
Eso es todo, os dejo el trailer y tal y en un rato subiré el capítulo 70:


viernes, 11 de octubre de 2013

Capítulo 69

Entramos en el reservado de fabric, donde ya nos esperaban Drew, Jordan y Liam. Saludé a los tres con un abrazo y me senté en uno de los amplios sillones dejando a los chicos hablar mientras yo esperaba a las chicas.
Empezaron a hablar de fútbol y demás deportes, que si el Chelsea había ganado tal partido, que si el Swansea había perdido contra el City y demás cosas que me resultaban bastante aburridas.
-¿Qué te ha regalado la enana? -Liam cambió la conversación radicalmente, haciendo que empezara a prestar algo de atención. Zayn levantó el puño de su camisa blanca dejando a plena vista un reloj Viceroy de correa de cuero negra y una esfera plateada.
Las caras de los chicos eran un poema y yo no pude contener una pequeña risa al ver sus reacciones. Jordan se sentó a mi lado rápidamente y colocó su brazo sobre mi hombro, haciendo que me pegara tanto como pudiera a su cuerpo.
-Jenn, nena, ¿no te cansas de Zayn? Si quieres puedes venirte conmigo, además mi cumpleaños es dentro de poco. -Alzó las cejas provocando mi risa y negué con la cabeza mientras continuaba riéndome.
-Aparta las manos de ella Jordan. Es mía. -Zayn miró a mi amigo con media sonrisa y Jordan levantó los brazos de forma inocente mientras ambos compartían una carcajada.
-Tranquilo Malik. -Me levanté para abrazar su cintura y él besó mi pelo con parsimonia.
-¡Ya estamos aquí! -La voz de Espe resonó por todo el reservado y corrí, separándome de Zayn, para abrazarlas.
-Menos mal, no creo que aguantara ni un segundo más con los tíos. Son demasiado insoportables para mí. -Señalé a los chicos poniendo mueca de asco y todas mis amigas rieron. Sentí como unas manos apretaron mi cintura pegando mi espalda a su pecho y sonreí tímidamente.
-Te arrepentirás por llamarme insoportable, preciosa. -Su voz ronca se clavó en mi tímpano y, acto seguido besó mi cuello provocándome escalofríos.
Se separó de mí para saludar a mis amigas y recibir sus correspondientes regalos. Yo me apoyé en una pared y crucé los brazos sobre mi pecho observando la escena mientras una sonrisa aparecía en mi cara.
-Parece un niño chico. -Liam se puso a mi lado, y yo levanté la mirada hasta él para observar como sonreía.
-Sí, un niño chico que tiene en su bolsillo izquierdo una pistola y en el derecho una navaja. -Rodé los ojos y volví a fijar la vista en Zayn.
-No seas tan dura, Jenn.
-Solo digo que no lo llames niño chico cuando es capaz de asesinar a toda la discoteca en un parpadeo. O que puede estar muerto en menos de diez segundos.
-Zayn no es un asesino sin escrúpulos, si mata es por algo. -Suspiré y bajé la cabeza. -Y no creo que se deje matar tan fácilmente.
-Lo sé, lo sé. Simplemente... tengo miedo de este mundo. Tiene diecinueve años, ¿no puede decidir él si quiere seguir en esta mierda? -No miré a Liam, pero sabía que estaba negando con la cabeza. -No quiero perderlo. Ya estuve a punto de hacerlo una vez y no quiero que llegue una vez que no pueda volver a recuperarlo.
-¡Eh vosotros dos! Amargados. -Lea se acercó con un par de chupitos y nos los dio, haciendo que nos acercáramos al resto del grupo.
-¡Por el cumpleañero! -Todos chocamos nuestros chupitos, haciendo que la miyad se derramara a nuestros pies y bebimos lo que quedaba de un trago.
Pasamos la noche bailando, saltando y armando más follón que nunca. La mayoría de los chicos estaban borrachos y puedo decir lo mismo de las chicas.
Lea y yo nos sentamos en un sofá y, al cabo de unos pocos segundos, dejó caer la cabeza en mi hombro soltando un suspiro.
-¿Qué te pasa? -Grité tanto como pude y ella se apartó para contestarme.
-Harry y yo... nos hemos dado un pequeño tiempo. -Ahogué un grito de asombro y la miré esperando que siguiera. Se acercó a mi oído y volvió a hablar. -Lo... lo vi besándose con otra chica. -Sollozó un poco y siguió hablando. -Sé que no soy nada del otro mundo, pero no me merezco eso, si quería estar con otras simplemente que me lo hubiese dicho...-Y rompió a llorar, la agarré del brazo, cogí mi bolso y la llevé al baño que había, cerrando tras de mí la puerta con pestillo.
-Escúchame -sequé sus mejillas, mojadas por las lágrimas -eres la tía más alucinante, más guapa, más divertida y más inteligente que he conocido. No te infravalores porque no lo mereces. Te contaré un secreto -Lea levantó la mirada hasta a mí y yo le dediqué media sonrisa -me cambiaría de acera por ti, preciosa. -Le guiñé un ojo y ella estalló en una ruidosa carcajada que ocasionó la mía también.
-Eres idiota, Jennifer Green.
-Y tú gilipollas, Lea Anderson. -Volvimos a reír y nos abrazamos con fuerza, antes de salir del baño Lea se miró al espejo y suspiró.
-Me he jodido el maquillaje.
-Nada que yo no pueda arreglar. -Abrí mi bolso y saqué un rímel, sombra y un lápiz de ojos.
-Eres mi ídola.
-Lo sé. -Ahuequé mi pelo y sonreí frente al espejo y ella rodó los ojos causando de nuevo mi risa. Cuando acabó de pintarse salimos del baño y volvimos a la fiesta con los demás.

La gente se iba yendo, más o menos borrachos pero se iban yendo de vuelta a casa; todos menos Lea, Liam, Zayn y yo que, cuando nos quedamos solos los cuatro decidimos irnos a un local más pequeño, y ahí estábamos. Levanté mi cubata y Lea chocó su vaso con el mío.
-Por nosotras. -Dije lo suficientemente alto como para que ella me escuchara.
-¡Por nosotras! - Gritó con fuerza haciendo que todos miraran. Ambas estábamos en el centro de la pista, bailando entre nosotras, riéndonos de todos los tíos que se nos acercaban.
-¡Chupitos!
-¡Chupitos! -Salté en el sitio y levanté las manos mientras me dejaba llevar por la música. En la barra pedimos un par de chupitos y nos los bebimos mientras nos dábamos un abrazo.
-Busquemos a tu chico. -La voz de Lea temblaba a causa del alcohol lo que provocaba una exagerada risa en mí, también causada por el alcohol que había ingerido esa noche. Nos movimos como pudimos dentro del pequeño local mientras por los altavoces sonaba una nueva canción.
Mi mirada se paseó por todos y cada uno de los chicos hasta que encontré a Liam y me acerqué a él agarrada de la mano de Lea. Él sólo sonrió y dio un largo trago de su bebida. Entonces mis ojos siguieron escrutando el lugar hasta que di en el clavo.
Una morenaza se contorneaba entre delante de él mientras Zayn no hacía otra cosa que pasear sus manos por sus despampanantes curvas. Me separé de Lea y Liam y me acerqué a él; toqué su hombro un par de veces haciendo que se girara para mirarme.
-Como sigas bailando de esa forma con ella puedes tener claro que a mí no me vuelves a ver.
-No seas tonta, preciosa. -Por el tono de su voz supe que estaba borracho y suspiré negando con la cabeza.
-Haz lo que te dé la gana, como siempre. Yo me largo. -Me di la vuelta y me largué del local junto a Liam y Lea.

-Mañana tendré un resacón de cojones. -Liam sacó una botella de agua y se sentó enfrente de nosotras en la cocina. Los tres hablábamos entretenidos, riéndonos por cualquier gilipollez y en eso se notaba la borrachera que teníamos. Escuché como se abría la puerta principal y a los pocos segundos Zayn entró en la habitación.
-¿¡Qué tal esa chica, Zayn!? -Me apoyé en la encimera de la cocina y fingí una sonrisa.
-¡Oh Dios mío! Déjalo, ¿quieres? -Abrió el frigorífico y se sentó al lado de Liam mientras se preparaba un sándwich y yo reí irónicamente, recibiendo la mirada de Lea.
-Jenn...
-No tranquila, Lea. -Volví a centrar la mirada en Zayn que me miraba fijamente. -¿Porque no te la has traído? Te la podías tirar en el sofá, o en el baño... Es que eres gilipollas, Zayn. -Le lancé un trozo de magdalena y él gruñó cabreado, lanzando en mi dirección un hielo de su vaso. Liam puso una mano en su brazo y pareció tranquilizarse. Aunque su tranquilidad duró apenas unos segundos.
-¡No digas gilipolleces, Jennifer! Estoy hasta las narices de tus celos estúpidos. Sólo ha sido un maldito baile. -Se acercó a mí y pegó su cara a la mía- ¡Un jodido baile! Y tú la has liado a lo bestia en la discoteca igual que en el restaurante, porque lo único que quieres es llamar la atención.
-¡Eres un cabrón! -Cogí un vaso que estaba a mi lado y lo lancé en su dirección estrellándolo a pocos metros de su cara.
-¡Jennifer!
-¿Qué pasa, Lea? ¿También te vas a poner de su parte? Se la iba a tirar en medio del pub. Lo habéis visto tan bien como yo. No seas falsa, tía. -La miré cabreada y ella bufó.
-No se la estaba a punto de tirar, sólo bailaba con ella. No seas una cría y madura ¿quieres? Parece que tienes quince años y dentro de poco vas a cumplir dieciocho. ¡Espabila! -Chasqueó los dedos delante de mi nariz haciendo que mi enfado aumentara aún más y clavé la palma de mi mano en la mesa.
-Mira quien me lo dice, doña madurez en persona. ¡Que te den, Lea! Vete a comerte la boca con Harry, que es lo único que sabes hacer. Ah, no, ni si quiera sabes hacer eso, si supieras no te habría engañado. -Entonces me di cuenta de que ambas estábamos gritando. Y que lo que acababa de decir no era lo más acertado en ese momento. Vi como sus ojos empezaban a brillar por las lágrimas y se largó de la cocina.
Liam y Zayn me miraban asombrados desde la otra esquina de la encimera y yo sólo suspiré sin saber qué decir. Recogí mi bolso y me largué de allí.

-¡Jenn!
-Genial, lo que me faltaba. -Me giré y me crucé de brazos esperando a que Zayn hablara.
-¿Te parece normal esta mierda? ¿¡Has visto como le has hablado a tu amiga?! -Dio un paso hasta mí. -No se lo merece. Te has puesto como una loca.
-Ah, genial. Estoy loca. Zayn, tío, es que tus rollos me tienen harta. Yo -suspiré- me tienes hasta las narices. Estar contigo es como una jodida montaña rusa, cuando estas arriba estás genial, pero eso de estar arriba dura poco. Luego bajas y te hundes en la mierda, y ahí te puedes tirar días, semanas, meses, hasta que vuelves a subir. -Él no hablaba. Simplemente me miraba, quieto, sin inmutarse. Bajé la mirada y me volví a girar en dirección a mi casa.

Capítulo largo, raro y mierdoso, lo sé. Pero antes de que lleguen los buenos capítulos (o al menos los que yo creo que son buenos) tienen que venir los malos. Se aceptan críticas, malas, buenas o de lo que sean. Me merezco las malas, por este capítulo me merezco bastantes malas. Dicho eso, mañana más y mejor. Un beso, Little. xx

lunes, 7 de octubre de 2013

Capítulo 68

Viernes. Recogí los libros con rapidez y salí con prisas de clase acompañada de mis amigas.
-Nos vemos esta noche en Fabric.
-Sí, no lleguéis tarde que os crujo. –Todas rieron al unísono y asintieron.
-Allí estaremos puntuales. –Asentí y me despedí de ellas entrando con prisas a casa. Comí con rapidez y rápidamente me puse a ducharme y a arreglarme. Me pinté las uñas, me ricé mi pelo castaño y empecé a elegir la ropa que me pondría por la noche.
“¿Vestido negro o pantalones azules?”
-Vestido negro. –Asentí para mí misma y saqué el vestido del armario estirándolo en la cama. Saqué los tacones, las medias y el abrigo que me iba a poner. Antes de empezar a vestirme, miré el reloj para ver cuánto tiempo me quedaba y, como de costumbre, ya iba tarde. Bufé, quitando un mechón de pelo de mi cara y corrí a pintarme.
Algo básico, colorete, rímel y brillo. Fin. Me enfundé en las medias y acto seguido me puse el vestido negro, decorándolo con un cinturón blanco y lo ajusté a mi cintura. Me puse los tacones, cogí el bolso, el abrigo y salí de casa con prisas, dejándole una nota a mis padres diciendo que me iba.

-Hola, preciosa. –Besé la mejilla de Zayn y entramos en el restaurante. Nos sentamos en la gran terraza, mientras a nuestras espaldas el London Eye coronaba el horizonte. Una joven morena se acercó a nosotros, dedicándole una sonrisa a Zayn antes de sacar un cuaderno de notas y un bolígrafo del bolsillo delantero de su falda.
-Buenas noches. ¿Qué desean? –Parpadeó un par de veces con demasiado coqueteo para Zayn y bufé por lo bajo cabreada.
-¿Qué nos recomiendas? –La chica me dedicó una mirada con media sonrisa de superioridad en su cara y de nuevo centró sus ojos en los ojos marrones de Zayn soltando una leve risita. Sabía perfectamente que estaba pensando.
-Chica, ¿piensas trabajar o te vas a quedar mucho tiempo mirando? –De nuevo volví a recibir una mirada de la chica a la que dediqué una sonrisa que se notaba a kilómetros que era fingida. Iba a volver a hablar pero Zayn me tomó la delantera y habló él primero.
-Jenn, sólo va a decirnos que es lo mejor de la carta. –Bufé tras escuchar la contestación de Zayn y me recosté en el asiento cruzando los brazos sobre mi pecho. La camarera cogió una carta de una mesa cercana y se inclinó, demasiado para mi gusto, sobre Zayn mostrándole la carta.
-Yo les recomiendo una fondue de queso para el centro, el chef las hace exquisitas. –Sonrió levantando la mirada hasta la de Zayn y él le dedicó una leve sonrisa.
-Genial, pues fondue para el centro y yo quiero carne de principal… Entrecot. Muy hecho. ¿Jenn? –Levanté mi mirada de mis manos y suspiré.
-Arroz tres delicias. –La chica sonrió asintiendo mientras apuntaba lo que habíamos pedido en su pequeña libreta; después de eso se alejó de la mesa contoneando las caderas de manera exagerada mientras Zayn seguía con la mirada los movimientos de la chica.
Tosí descaradamente haciendo que los ojos de Zayn se volvieran a centrar en mí y él sólo me dedicó una sonrisa inocente haciéndome poner los ojos en blanco.
-Relájate, ¿quieres? Uno ya no puede ser simpático.
-Si ser simpático significa tirarse a la camarera con la mirada, entonces no quiero que seas simpático.
-No exageres.
-No te culpo Malik, mírala. Es preciosa. Cualquiera la preferiría antes que a mí.
-No digas tonterías Jenn y no montes una escena, no hoy. –Asentí y empecé a jugar con mis manos, nerviosa.
-Aquí tiene una degustación. –La misma camarera se acercó con un plato a nuestra mesa y se giró para quedar totalmente frente a Zayn, dejándome a mí fuera de escena. –Pero es sólo para uno, lo lamento. –Dejó el plato frente a Zayn y se fue riendo en voz baja.
“Esta zorra me está cabreando…”
-¿Quieres?
-No, gracias. Disfruta de tu degustación. –Puse cara de asco y él sólo rió comiendo con rapidez. El resto de la cena pasó exactamente igual, la chica ligando de manera descarada con Zayn y él sólo contestándole con sus sonrisas de imbécil.
-Bueno cariño, espero volver a verte pronto y, que la próxima vez, no vengas acompañado. –Zayn terminó de firmar la cuenta y levantó la mirada hasta la chica. Yo suspiré y puse las manos sobre la mesa, levantándome con demasiado estruendo. Estaba harta de tener que aguantar a esa tía ligando con mi novio, iba a hablar, pero la mano de Zayn agarró la mía y me miró dedicándome una mirada y un asentimiento que me tranquilizó.
-No, no creo que vuelva a este restaurante porque, además de haber estado toda la cena incordiando y poniendo tus operadas tetas en mi cara produciéndome arcadas, has hecho que mi chica, sí guapa, mi chica se sintiera incómoda y se sintiera mal y eso es lo peor que podías hacer. Quédate con nuestras caras porque no volverás a vernos por aquí. –Me quedé perpleja viendo como Zayn se acercaba a mi silla, cogía mis cosas y, tirando de mí me sacó del restaurante entre risas.
-¡Has sido cruel!
-Y ella una pesada. –Reí, enganchando mis manos a su cintura abrazándolo con fuerza. Él pasó su brazo sobre mis hombros pegándome aún más a su cuerpo. –Anda vamos. –Abrió la puerta del Jeep ayudándome a que me subiera en el coche y él se montó con rapidez en el asiento del conductor. -¿Preparada para una buena fiesta?
-¡Vamos! –Grité levantando los brazos, emocionada y él empezó a reír mientras aceleraba el coche tanto como podía perdiéndonos entre las calles llenas de tráfico de Londres.

Lo que ninguno de los dos sabía era todo lo que nos esperaba esa noche. Sería un cumpleaños inolvidable, eso seguro.