*Narra Jenn*
Miré a todos los presentes en la
sala y me di cuenta de que siempre había estado en el bando equivocado.
Franklin me protegía detrás de él mientras mi padre paseaba lentamente por toda
la sala. La puerta de la habitación se abrió y mi mirada se centró entonces en
la de Liam que corrió hacia mí protegiéndome con un abrazo. Los aplausos
irónicos de mi padre nos hicieron separarnos y Liam le dedicó una mirada de
asco. La voz ronca de Franklin fue la primera en romper el hielo en la sala.
-Ya no somos tan buenos amigos como
antes, ¿no, Josh? –La risa de mi padre sorprendió a todos.
-Nunca hemos sido amigos, Franklin.
Siempre te he seguido el juego para conseguir esto, el poder. Ahora que lo
tengo, no me haces falta. –Cargó la pistola, dirigiéndola a la cabeza de
Franklin. Tragué saliva y me giré, refugiando la mirada en el pecho de Liam.
Otra pistola se recargó en la habitación haciéndome mirar de nuevo la escena y,
esta vez, el cañón de la pistola se clavó en el lateral de la cabeza de mi
padre.
-Baja el arma. –La voz de Zayn
resonó con fuerza y mi padre sonrió de medio lado.
-Vaya, el héroe. Estabas tardando
en llegar, Zayn. –Mi padre bajó la pistola y se giró mirando a Zayn y haciendo
que el cañón de la pistola ahora estuviera entre sus ojos. Di un paso al
frente, pero las manos de Liam me impidieron avanzar mucho más.
-No.
-Liam...
-No. –Y volvió a pegarme a su
pecho, abrazándome con delicadeza.
-Mira Zayn, tus juegos me tienen
harto. –Chasqueó los dedos y dos hombres se acercaron al cuerpo de Zayn
cogiéndolo por los brazos haciendo que su pistola cayera al suelo. –No eres más
que un crío, ¿te crees que podrías conmigo? –Mi padre volvió a elevar el arma,
ahora hasta la cabeza de Zayn.
-¡No! –Me solté y cogí la pistola
de Liam cargándola y apuntando a mi padre. –Suelta la pistola. –Sentía todo mi
cuerpo temblar, pero si tenía que disparar lo haría. –Josh, suelta la pistola.
-No dispararás, soy tu padre.
-Tú no eres nada mío, ahora suelta
la jodida pistola. –Grité con fuerza, haciendo que todas y cada una de las
personas de la sala me miraran.
Mi padre soltó el arma en el suelo,
al mismo tiempo que le hacía una señal a uno de sus hombres para que cogiera la
de Zayn.
Disparé al techo, dándole ventaja a
Zayn para que se soltara de su agarre y le propinara un par de patadas a cada
uno.
-Corre. –Las palabras de Liam
salieron en un susurro en mi oído. Corrí hacia la puerta y Zayn me cogió para
abrazarme con fuerza. Liam sacó otra pistola de su chaqueta y apuntó a los dos
hombres que segundos antes cogían a Zayn, aunque estos dos tampoco habían
perdido el tiempo y también apuntaban en la dirección de Liam. Zayn tiró de mí
saliendo de allí y, mientras recorría el pasillo lo único que pude escuchar fue
un disparo.
Paré en seco y miré a Zayn que
también había dejado de correr, las lágrimas se agruparon en mis ojos y
empezaron a caer con rapidez.
-Tranquila. Tranquila. Seguro que a
Liam no le ha pasado nada. Es el mejor tirador que conozco, mejor incluso que
yo. Estará bien, seguro. –Estrellé mi mejilla contra su pecho, mojando su
camiseta con mis lágrimas. –Escúchame Jenn, tienes que ser más valiente que
nunca y hacer exactamente lo que yo te pida. –Asentí, secándome las lágrimas. –Sólo
corre delante de mí, ve por las calles que yo te diga y esto habrá terminado en
poco más de una hora. ¿Vale?
-Sí. –Besó mis labios acariciando
con delicadeza mis mejillas húmedas por las lágrimas.
-Te quiero.
-Yo también te quiero.
-Ahora corre, preciosa. –Empecé a
correr y salí del gran edificio, chocándome de frente con la fría brisa
mañanera que azotaba Dublín. –Izquierda. –Corrí en la dirección que él me había
dicho.
Y así durante muchos minutos.
'Derecha', 'izquierda', 'recto', 'izquierda', y cuando me cansaba, él se
acercaba y me besaba, empujándome a seguir corriendo. Paré un segundo y vi como
unos tres hombres nos seguían y volví a correr.
-¡Derecha! –Corrí en esa dirección
y miré de reojo apenas un instante para ver como Zayn giraba en dirección
contraria, llevándose tras él, a los hombres que nos seguían. ¿Qué cojones?
Cambié mi dirección y seguí recto, con la intención de interceptarle en la
siguiente calle. Aceleré tanto como podía aún con la pistola pegada a mi pecho
y giré a la izquierda. Seguí corriendo hasta llegar a una plaza y paré de seco
cuando lo vi a él parar también para mirarme.
Miré sobre su hombro, nadie lo
seguía, había conseguido despistarlos.
De repente nos encontrábamos
mirándonos en mitad de la calle. Mis piernas temblaban después de haber corrido
durante tiempo, sentía que iba a caerme al suelo en cualquier momento. Él, sin
embargo, me sonreía, cómo diciendo que todo iba a salir bien.
“Una mierda, ¿se piensa que soy
idiota?”
Resoplé. Y un sonido sordo resonó
por toda la calle. Un disparo. Provocó que toda la gente corriera en cualquier
dirección para protegerse. Yo, por el contrario, me quedé parada revisando cada
recoveco de la calle, pero no vi nada ni nadie sospechoso, todos corrían
intentando proteger su vida, lo cual le había venido de perlas al tirador para
pasar desapercibido. Volví a fijar mi mirada en sus ojos marrones. Seguía
sonriendo. Fue entonces cuando me fijé en su camiseta, ahora teñida de rojo. Me
tapé la boca para ahogar un grito y, sacando fuerzas de donde no había, corrí
hasta él. Lo tumbé en el suelo, convirtiéndonos en el centro de atención del
gentío. Apartó un par de mechones de mi cara y me besó con fuerza, saboreando
con lentitud mis labios.
-¿Te estás despidiendo? –Él rió
débilmente y me acarició la mejilla, secando una lágrima que se había escapado.
-No te librarás de mí tan pronto.
–Le abracé y él me apretó con fuerza contra su pecho. Sin embargo, unos
segundos después, dejó de abrazarme.
Miré al hombre que me tenía cogida
del brazo separándome de Zayn. Intenté soltarme como podía, pero mis fuerzas
habían desaparecido por completo. Miré sus ojos un segundo y él clavo los suyos
en los míos.
-Te quiero.
-Te quiero. -Ambos gritamos al
mismo tiempo, provocando aún más mis lágrimas. Me subieron a un coche y miré
por la ventana, un joven estaba ayudando a Zayn. Y yo me alejaba de él; su
figura se hacía más lejana y yo, lo único que podía hacer era ver cómo me
separaban de él.
-Los dos han sido eliminados. –El
conductor hablaba con el chico que me tenía agarrada por el brazo.
-¿Payne también?
-Payne también. –Mi corazón se paró
en el acto. Liam... dejé escapar un sollozo.
-Era un buen negociador, una
lástima su pérdida. –Y mi rostro se llenó de lágrimas.
JODER, NO HE LLORADO MÁS EN MI VIDA,
ResponderEliminarERES INCREIBLE.
POR QUE NO SACAS UN LIBRO DE ESTA FIC?
Muchas gracias, de verdad. Pues lo tenía en mente, pero la verdad, no sé ni dónde habría que llevarlo para que lo publiquen y lo voy dejando y al fina pues nada.
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