Capítulo 37

-No sabía que estabas aquí.

-Pues aquí me tienes. –Giró sobre sí misma y me dedicó de nuevo una sonrisa. -¿No ha venido mi primo? –Negué con la cabeza. –Anda que se digna a ver a la familia de vez en cuando. –Ambos soltamos una carcajada antes de que ella me volviera a abrazar. –Te he echado de menos, Liam.

-Y yo a ti. –Besé su pelo y la apreté aún con más fuerza contra mi pecho. Me separé unos centímetros de ella para observarla. Llevaba un jersey de lana y unos pitillos vaqueros. Me quedé mirando su pelo unos segundos y sonreí. -¿Qué te has hecho en el pelo, Valen?

-Mechas californianas –Levantó las puntas de su pelo para enseñarme el rosa fucsia que destacaba sobre su pelo castaño. -¿No te gustan?

-Me encantan. –Ella rió divertida y se apoyó en el capó del coche, cogiéndome de la corbata y acercándome a ella.

-Tienes que venir más a menudo. –Nuestros labios solo estaban separados por unos cuantos centímetros, sonreí agarrándola por la cintura.

-Tú también puedes venir a Londres. –Valentina me sonrió, mordiéndose el labio y entrelazó sus dedos detrás de mi cuello. –Me tengo que ir, nena.

-Hasta la próxima, Liam. –Se separó de mi cuerpo y empezó a andar. Rápidamente la cogí del brazo pegándola a mí, juntando así sus labios con los míos.

-Así soportaré el viaje de vuelta a Londres. –Ella rió y volvió a besarme.

-Para que vuelvas pronto. –Sonreí y vi como ella subía con rapidez las escaleras para volver a entrar de nuevo en la casa.

Me subí en el coche y aceleré saliendo de villa Argento. Miré por el retrovisor y pude ver la figura de Valentina en la ventana e instantáneamente sonreí. Esa chica me volvía completamente loco desde que la conocí.

*Siete meses antes*

-Zayn, que yo no quiero conocer a ninguna tía. Y menos si es familia tuya.

-No seas gilipollas, Payne. –Zayn salió del todoterreno y yo lo acompañé a la gran casa de los Argento. -¡Hola abuelo! –Abrazó a Marcelo con ímpetu y acto seguido lo hice yo. Sofía apareció en la sala y nos saludó a los dos de la misma forma que su marido. Nos sentamos en la mesa y, un minuto antes de empezar a cenar, una chica preciosa entró en la sala.

Llevaba un pantalón rojo alto y una camiseta básica de color blanco. Besó la mejilla de Marcelo y de Sofía y rápidamente se tiró a los brazos de Zayn.

-Mira pequeñaja, este es Liam. Liam, ella es Valentina. –La muchacha me sonrió y se acercó a mí para plantar dos sonoros besos en mis mejillas.

La cena fue entretenida, con Zayn contando cada una de sus conquistas. Su prima ponía los ojos en blanco cada vez que hablaba de una chica distinta, pero aún así la sonrisa no se borraba de su cara. Terminamos de cenar y salimos al jardín a relajarnos antes de irnos a dormir.

-Deberías tratar mejor a las chicas, ink-man.

-¿Ink-... qué? –Valentina me miró divertida y Zayn sonrió.

-Me llama así por los tatuajes. –Asentí divertido y volví a atender a la conversación. –No quiero una tía con la que compartir la cama todos los días. Las prefiero de una noche nada más. Además, ellas no sufren, saben a lo que voy y ellas lo van buscando también.

-Algún día te enamorarás.

-¿Zayn? ¿Enamorarse? –Estallé en una carcajada y Zayn acompañó mi risa. Valentina solo puso los ojos en blanco y se acomodó en el césped fijando sus ojos marrones en el cielo.

-Bueno, yo me largo a la cama. No te acuestes tarde pequeñaja. Y Payne, mañana salimos temprano. -Asentí y vi como Zayn entraba dentro de la casa. Centré mi mirada en el cielo igual que ella y dejé que mis pensamientos se pasearan a sus anchas

-¿Y tú, Liam? ¿Tratas igual que mi primo a las chicas? –Su voz me alejó de cualquier tontería que estaba pasando por mi cabeza y la miré con una sonrisa.

-No, yo me porto mejor que él. –Me pasé una mano por la nuca y ella rió sentándose en el césped con la mirada fija en mí. -¿Pasa algo?

-Odio que mi primo no nos haya presentado antes. -Me levanté como ella y le sonreí colocando un par de mechones detrás de su oreja. Sus ojos marrones me miraban fijamente y pude ver una sonrisa en su rostro.

-Tengo que irme a la cama. Hasta mañana, Valentina. -Besé su frente.

-Hasta mañana, Liam. -Ella besó mi mejilla y se quedó en el jardín con la mirada fija en el cielo.

Entré en la habitación, aún sonriendo por los recuerdos, y me tumbé en la cama deshaciendo el nudo de la corbata, me quité el traje y me metí en la cama. Revisé el móvil por última vez y me encontré con un par de mensajes de mi padre.

"Jenn ya está en casa, me ha llamado Josh." Era de esta tarde. Pensé en llamarla, pero recordé la fiesta de Will y supuse que estaría allí.

"Mañana tenéis trabajo, te necesito en Londres por la mañana temprano. Ya tienes vuelo a las 6."

"¿Que trabajo?"

"James. Mitin a las 12 de la mañana."

No tenía que decir nada más, dejé el móvil en la mesilla de noche y cerré los ojos cayendo en un profundo sueño.