domingo, 25 de agosto de 2013

Capítulo 46

-Liam... Liam está en otra habitación, llámalo al móvil si quieres hablar con él. –Me senté en la cama esperando su contestación, sentí la mano de Zayn en mi hombro y todos mis músculos se destensaron.
-¿En otra habitación? Qué raro, porque acabo de verlo salir de un bar. –Mis ojos se abrieron como platos y respiré hondo.
-Te habrás equivocado, papá. Podría ser un chico parecido. –Intenté una risa, pero acabé ahogando un sollozo. Zayn se levantó para ponerse delante de mí y yo asentí, como diciéndole que todo estaba bien.
-Sí, eso he pensado hasta que me he acercado y he visto que sí que era él. –Mierda. Mierda. Mierda. –Mañana te quiero de vuelta en Londres.
-No. Lo siento pero no me voy a ir. –Escuché una risa al otro lado del teléfono y me estremecí pensando en todo lo que podía hacernos.
-¿Sabes que no eres nada para él, verdad? Simplemente te utiliza para reírse de ti, en dos meses te habrá olvidado, ¿y sabes que hará entonces? Te pegará un tiro porque sabes a que mundo pertenece, y lo hará sin importarle. Te mirará a los ojos, sonreirá y entonces… –Miré a Zayn de reojo que me miraba esperando una explicación.
-Adiós papá. –Colgué y tiré el teléfono a la cama. Los brazos de Zayn rodearon mi cintura pegando mi espalda a su pecho que subía y bajaba con tranquilidad a causa de su respiración.
-¿Estás bien? –Asentí con lentitud mientras me separaba de él y me iba al salón; no quería, pero las palabras de mi padre se habían clavado con fuego en mi mente y lo escuchaba una y otra vez repetir esa frase en mi cabeza. Oí los pasos de Zayn detrás de mí y me detuve para mirarlo a los ojos. -¿Qué te ha dicho?
-Nada. Quiero ver la televisión.
-Jennifer. –Era la primera vez que pronunciaba mi nombre entero y asustaba tanto como mi padre. Me abracé a él con ímpetu mientras Zayn acariciaba mi pelo.
-Ha dicho que no soy nada para ti. Que en dos meses me olvidarás y que me pegarás un tiro. –Las palabras salieron a trompicones de mi boca y, cuando acabé de hablar él solo me besó con tranquilidad. Le devolví el beso, y él se sentó en el sofá, sentándome encima aún sin romper el beso.
-Escúchame, quiero que centres los cinco sentidos en lo que te voy a decir. –Asentí. –Te quiero y me da igual si le gusta a tu padre o no. No voy a dejarte, ¿lo entiendes? No lo voy a hacer. –Sonreí y él besó mi frente antes de apretarme contra su pecho. –Duerme anda.
-Te quiero. –Besé sus labios y, unos minutos después, me quedé completamente dormida en sus brazos.

Abrí los ojos para encontrarme con los ojos de otra chica mirándome fijamente. Grité más fuerte que nunca y salté en el sofá, intentando alejarme lo máximo posible de ella. La chica simplemente rompió a reír sobre la alfombra.
-¿¡Quién coño eres tú!?
-¿Ink-man te ha pegado esa forma de hablar? Una señorita no puede hablar así.
-Ink-man... creo que te has equivocado de sitio, espera... ¿¡Cómo has entrado a mi habitación?! –La miré de arriba abajo. Llevaba unos pitillos vaqueros y una sudadera azul, llevaba dos trenzas que acababan en unas puntas rosas.
-Soy Valentina. –Extendió su mano con la intención de saludarme y yo lo hice con cierto miedo. –La prima de Zayn. -¡La chica de Liam! Sonreí por primera vez en toda la mañana. Estuve un buen rato hablando con ella, sí, era tan agradable y tan guapa, como Liam me la había descrito. Ella también me habló de Liam y, por lo que me contaba, veía que a ella también le gustaba él.
-¿Que haces, Valen? ¿Ya estás acojonando a mi chica?
-¡No! Sólo le daba la bienvenida a la familia. –Se levantó hasta abrazar a su primo y él rió después de que Valentina susurrara algo en su oído. – ¿La vas a llevar esta noche?
-Ya la conocen.
-No todos. –Besó su mejilla y se despidió de mí con la mano antes de salir de la habitación cerrando la puerta demasiado fuerte para mi gusto. Zayn se acercó hasta el sofá y besó mi frente.
-¿Tengo que estar asustada de ella? –Él negó con la cabeza y se acercó al teléfono de la habitación para pedir algo de desayunar, cuando colgó, se volvió a acercar a mí y se sentó a mi lado.
-Le gustas. –Una gran sonrisa apareció en mi cara y él rió. Desayunamos y volvimos a arreglarnos para volver a recorrer Roma.
-¿Qué toca ver hoy? ¿Pisa, el Vaticano, Milán? Podríamos ir a Florencia y mañana a Venecia –Me puse el casco y levanté la visera para poder mirar a Zayn, que miraba intrigado un punto fijo del aparcamiento. –Malik, ¿me estás escuchando? –Golpeé su casco haciendo que centrara la mirada en mí a través del retrovisor.
-¿Qué quieres?
-Que me hagas caso. –Soplé y me bajé la visera dando por terminada la conversación. Él hizo lo mismo y arrancó la moto fuertemente, haciendo que me agarrara a su cintura si no quería caerme. –Zayn. –Golpeé su hombro para que me escuchara.
-¿Qué pasa? –Giré mi cabeza para observar el coche que había un par de vehículos detrás de nosotros; lo había visto en el aparcamiento, y siempre giraba cuando nosotros, pero sería una simple casualidad. Negué con la cabeza y volví a centrar mi mirada en Zayn.
-¿Tienes idea de a dónde vamos? –La moto frenó a un lado de la calle y se levantó la visera, permitiéndome ver un destello de sonrisa en su cara, lo que provocó una sonrisa en la mía también. Idiota, no tenía ni idea de a dónde ir.
-¿Quieres ver el Vaticano? –Asentí con ímpetu y él volvió a acelerar. Recorríamos con rapidez las calles que el día de antes habíamos visto con tanto detenimiento. Apoyé la cabeza en su hombro observando el espejo retrovisor y viendo como dejábamos atrás los coches.
-No soy muy creyente, pero esto es precioso. –Me adentré en la Plaza de San Pedro y empecé a fotografiar cada detalle que podía.
-Dame la cámara. –Le cedí la cámara en un rápido movimiento y él dirigió el objetivo hasta mí. –Sonríe. –Una sonrisa apareció en mi cara y segundos después escuché como capturaba el momento.
-Ahora tú. –Le arrebaté la cámara y lo fotografié un par de veces. Seguí haciendo fotos, la mayoría eran a Zayn sin que él se diera cuenta. Otras muchas nos las hacíamos a nosotros mismos y las demás a toda la plaza.
Comimos en un restaurante de los alrededores, impregnándonos del ambiente italiano y, de nuevo, volvimos a recorrer las calles cercanas al Vaticano. La mano de Zayn apretó la mía con fuerza, haciendo que desviara la mirada de un escaparate hasta él.
-¿Pasa algo? –Miré en la dirección en la que él miraba, pero no vi nada.
-¿Recuerdas a los tipos del bar, el de la navaja y al amigo? –Me estremecí al volver a acordarme. Como para olvidarlos. Suspiré y asentí. –Creo que están siguiéndonos. Los he visto en el hotel y ahora me ha parecido volver a verlos. –Bajé la mirada hasta mis pies, eran los que nos estaban siguiendo por la mañana. Volví a elevar la mirada y fingí una sonrisa intentando no preocuparlo.
-Será una casualidad, Zayn.
-Con ellos las casualidades no existen. Si están buscándonos es por algo. –Tragué saliva y volví a recorrer el lugar con la mirada.
-Tengo una idea. –Sus ojos se centraron en los míos y sonreí. –Tú vete por ahí –señalé el final de la calle –y yo doy la vuelta a este edificio. Nos vemos en la moto.
-No pienso dejarte sola. –Besé sus labios.
-Tengo protección. –Abrí mi chaqueta enseñando una pequeña navaja y él rió.
-Estás convirtiéndote en toda una mafiosa.
-Tengo el mejor maestro. –Ambos sonreímos y volvimos a besarnos.
-Vete tú por aquí –señaló una bocacalle que llevaba a la calle principal –yo doy la vuelta al edificio. –Asentí y empecé a bajar la calle con algo de prisa. En realidad, me acojonaba que esos dos nos estuvieran siguiendo aunque no creo que hicieran nada a plena luz del día; por otra parte no iba a dejar que me jodieran el viaje. Bastantes problemas tenía en Londres como para dejar que dos gilipollas me estropearan mi viaje.
Llegué a la moto en cinco minutos y me apoyé en ella a esperar a que Zayn llegara. Empecé a ver las fotos que habíamos sacado ese día. Sonreía cada vez que veía una nueva. También vi las del día anterior, en todas las que salía con Zayn estaba con una sonrisa de imbécil en la cara. La gente que pasaba por ahí me miraba tiernamente y supe que estaba sonriendo de nuevo como una tonta. Negué con la cabeza y apagué la cámara. Quince minutos. Sonreí cuando unas manos rodearon mi cintura desde el otro lado de la moto.
-¿Qué hace una chica como tú tan sola por aquí?

9 comentarios:

  1. OSTIAS OSTIAS OSTIAS ASDFGHJKLQWERTYUI QUE MIEDOOOO JAJAJAJAJA PERO ME ENCANTA UN POCO DE ACCIÓN! !

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    1. Sí sí, ya va teniendo más movimiento la fic, que le hacía falta JAJAJA

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  2. Oh no no no no no no ADORO ESTE CAPÍTULO
    Me ha encantado mucho sinceramente joe están bonito ... Pobre Jenn la q le espera con su padre y ahora estoy... Y espero q Zayn este bien (YN) jajaja mañana subes ?
    Un beso

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    1. Muchas gracias en serio, ya no solo por leer si no también por comentar <3

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  3. Sí,mañana sube jajajajajaj

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  4. ME ENCANTA ZJXBSKAOSJS CCION ACCION AJSBSHSOOABSHE :)ESCRIBES GENIAL :)))

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  5. Más, más, dame más, quiero más (8)

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