*Narra Zayn*
Me desperté en la cama observando
el espacio vacío que había a mi lado. El móvil vibró avisándome de un nuevo
mensaje de mi padre y yo lo abrí con prisas.
“Mitin a las 12. Tú lo controlas
todo. Hazlo bien.”
Miré al techo pensando y resoplé, entonces la
duda de donde podía estar Jenn me asaltó la mente, hasta que un olor a tostadas
llegó a mí. Sonreí y me levanté de la cama poniéndome los bóxers. Bajé hasta la
cocina para observarla tararear una canción mientras bañaba una tostada en
aceite. Llevaba mi camisa puesta y se había recogido el pelo en una coleta que
le hacía parecer más niña de lo que era.
-No te quedes ahí parado pensando
que te voy a preparar tu desayuno. –Rió y se dio la vuelta dándole un mordisco
a su tostada. –Ahí tienes pan y ahí una tostadora.
-Yo te prefiero a ti para
desayunar. –Mordió su labio y sus mejillas se tiñeron de rojo. Me acerqué a
ella para besar sus labios y di un mordisco de su tostada.
-¡Oye! Eso era mío. –Rió y volvió a
besarme.
-Anda, ve a vestirte que tengo que
llevarte a tu casa. Le prometí a tu madre que estarías allí a las once.
-Mi padre me va a matar cuando
llegue. –La miré preocupado pero ella sonreía, como si no le importara.
–Tranquilo, alguien me dijo una vez que era buena disparando. –Soltó una
carcajada y yo negué con la cabeza reprimiendo una risa. Se quitó la camisa y
me la tiró a la cara corriendo por el pasillo medio desnuda. La escuché
murmurar algo sobre maquillaje pero no le di importancia hasta que la vi
aparecer en la cocina con gesto enfadado.
-¿Qué pasa?
-¡¿Qué qué pasa?! Mira mi cuello.
–Señaló una de las marcas que le había hecho anoche y me mordí el labio para no
reírme. –No te rías, Malik. ¿Cómo tapo yo eso ahora?
-No lo tapes. Que todo el mundo
sepa que eres mía. –Sus ojos se abrieron como platos y pude ver un pequeño
brillo en ellos. Negó con la cabeza divertida y se colocó los tacones.
-Eres idiota. Vístete que nos
vamos. –Rió y se fue al salón a sentarse mientras yo me vestía. Me puse los
pantalones y la camisa, cogí la chaqueta y peiné un poco mi pelo. Salimos a la
calle y nos montamos en el coche; la lluvia seguía cayendo sobre Londres, lo
que haría más sencillo el trabajo de hoy.
Paré frente a la puerta de Jenn y
ella se bajó con prisas para llamar a su puerta. Bajé del coche cogiéndola de
la cintura y la besé, sintiendo como sonreía en medio del beso.
-Luego te llamo. –Ella asintió y
entró en la casa al mismo tiempo que su madre abría la puerta.
-Gracias por traerla, Zayn. –Sonreí
y volví a entrar en el coche derrapando por las calles de Londres, tenía una
hora para ir al lugar del mitin y prepararlo todo.
El edificio que había frente a la
sede del partido nos venía de perlas y más aún cuando el dueño de este era
Robert Beckett. Entré en la habitación donde estaba Liam y me sonrió dándome la
bienvenida. Cogí uno de los auriculares que había en la mesa y me lo coloqué,
pudiendo escuchar así todo lo que hablaban los demás. Cogí el walkie de Liam y
lo encendí.
-Zayn al habla.
-Ya era hora. –La voz de
Josh fue la primera en retumbar en mi tímpano y me tensé en el acto.
-¿La señal de siempre, Zayn? –Ahora
fue Marc Turner el que habló en mi oído. Había sido el último en meterse en el
negocio, y ya tenía más experiencia que muchos que llevaban años.
-La misma de siempre. –Concluí
apagando el aparato y devolviéndoselo a Liam. Abrí la ventana y observé como
Marc abría la del edificio de enfrente. Nuestras miradas se cruzaron un segundo
y ambos sonreímos.
El mitin empezó a las doce exactas.
James subió al escenario improvisado y todos los que había entre el público
comenzaron a aplaudir como locos. James comenzó a hablar de todo lo que haría
cuando alcance la presidencia… pobre infeliz.
-Cuando quieras, Zayn. –De nuevo
Marc habló en mi auricular y yo negué con la cabeza. Demasiado pronto.
-Espera un poco más. –Volví a
centrar mi mirada en James, que ahora hablaba de bajar los impuestos y ayudar
al país a convertirse en una gran potencia. Rodé los ojos y centré mi mirada en
Marc. Pasé mis manos por mi pelo y Marc asintió, entendiendo perfectamente la
señal. Apenas diez segundos después un hilo de sangre cayó por la frente de James
y se desplomó en el suelo provocando los gritos de la gente que se encontraba
entre el público. El disparo perfecto. Los guardaespaldas comenzaron a mirar en
todas direcciones, pero el pánico del gentío les hizo imposible divisar al
tirador.
Recogimos las cosas y salimos de la
habitación, reuniéndonos con Josh en la puerta. Él simplemente asintió y se
montó en su coche sin dedicarnos una palabra, antes de irse me lanzó una mirada
asesina que provocó una pequeña risa dentro de mí. Sentí la mirada de Liam en
mí y sonreí, acercándome al porsche. Los policías corrían de un lado a otro y
rápidamente toda la plaza estaba llena de ambulancias y policías. Liam se subió
en el asiento del pasajero y yo aceleré alejándome del lugar, en dirección a mi
casa.
-¿Y bien? ¿Me vas a contar porqué
Josh te ha mirado como queriendo meterte una bala entre ceja y ceja?
-Ayer me fui con Jenn de la fiesta
de Will.
-¿Cómo que os fuisteis?
-Simplemente la cogí y me la llevé
de ahí. –Suspiré y él gruñó.
-¡Estás loco, Zayn! ¿Dónde
fuisteis?
-A tu casa. –Reprimí una risa y él
volvió a gruñir. Se estaba cabreando. –Esta mañana la he llevado a su casa y ya
está.
-¡¿La has dejado en su casa?! ¿¡Con
Josh!? La va a matar y después te matará a ti.
-Si le toca un pelo será por encima
de mi cadáver, Liam. Sólo te digo eso. –Lo miré de reojo y vi como asentía. Se
recostó en el asiento y dejó su mirada perdida en la carretera.
-Tu abuela quiere verla, antes de
navidad. –Mis manos se tensaron en el volante y negué con la cabeza provocando
una débil risa de Liam. –No seas niño chico, es un viaje. Le enseñas Roma, la
presentas a la familia y la traes de vuelta. Llévala la semana de después de
los finales que nunca hacéis nada en clase.
-Eso es en dos semanas.
-Exactamente.
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