jueves, 8 de agosto de 2013

Capítulo 38

*Narra Zayn*
Me desperté en la cama observando el espacio vacío que había a mi lado. El móvil vibró avisándome de un nuevo mensaje de mi padre y yo lo abrí con prisas.
“Mitin a las 12. Tú lo controlas todo. Hazlo bien.”
 Miré al techo pensando y resoplé, entonces la duda de donde podía estar Jenn me asaltó la mente, hasta que un olor a tostadas llegó a mí. Sonreí y me levanté de la cama poniéndome los bóxers. Bajé hasta la cocina para observarla tararear una canción mientras bañaba una tostada en aceite. Llevaba mi camisa puesta y se había recogido el pelo en una coleta que le hacía parecer más niña de lo que era.
-No te quedes ahí parado pensando que te voy a preparar tu desayuno. –Rió y se dio la vuelta dándole un mordisco a su tostada. –Ahí tienes pan y ahí una tostadora.
-Yo te prefiero a ti para desayunar. –Mordió su labio y sus mejillas se tiñeron de rojo. Me acerqué a ella para besar sus labios y di un mordisco de su tostada.
-¡Oye! Eso era mío. –Rió y volvió a besarme.
-Anda, ve a vestirte que tengo que llevarte a tu casa. Le prometí a tu madre que estarías allí a las once.
-Mi padre me va a matar cuando llegue. –La miré preocupado pero ella sonreía, como si no le importara. –Tranquilo, alguien me dijo una vez que era buena disparando. –Soltó una carcajada y yo negué con la cabeza reprimiendo una risa. Se quitó la camisa y me la tiró a la cara corriendo por el pasillo medio desnuda. La escuché murmurar algo sobre maquillaje pero no le di importancia hasta que la vi aparecer en la cocina con gesto enfadado.
-¿Qué pasa?
-¡¿Qué qué pasa?! Mira mi cuello. –Señaló una de las marcas que le había hecho anoche y me mordí el labio para no reírme. –No te rías, Malik. ¿Cómo tapo yo eso ahora?
-No lo tapes. Que todo el mundo sepa que eres mía. –Sus ojos se abrieron como platos y pude ver un pequeño brillo en ellos. Negó con la cabeza divertida y se colocó los tacones.
-Eres idiota. Vístete que nos vamos. –Rió y se fue al salón a sentarse mientras yo me vestía. Me puse los pantalones y la camisa, cogí la chaqueta y peiné un poco mi pelo. Salimos a la calle y nos montamos en el coche; la lluvia seguía cayendo sobre Londres, lo que haría más sencillo el trabajo de hoy.
Paré frente a la puerta de Jenn y ella se bajó con prisas para llamar a su puerta. Bajé del coche cogiéndola de la cintura y la besé, sintiendo como sonreía en medio del beso.
-Luego te llamo. –Ella asintió y entró en la casa al mismo tiempo que su madre abría la puerta.
-Gracias por traerla, Zayn. –Sonreí y volví a entrar en el coche derrapando por las calles de Londres, tenía una hora para ir al lugar del mitin y prepararlo todo.
El edificio que había frente a la sede del partido nos venía de perlas y más aún cuando el dueño de este era Robert Beckett. Entré en la habitación donde estaba Liam y me sonrió dándome la bienvenida. Cogí uno de los auriculares que había en la mesa y me lo coloqué, pudiendo escuchar así todo lo que hablaban los demás. Cogí el walkie de Liam y lo encendí.
-Zayn al habla.
-Ya era hora. –La voz de Josh fue la primera en retumbar en mi tímpano y me tensé en el acto.
-¿La señal de siempre, Zayn? –Ahora fue Marc Turner el que habló en mi oído. Había sido el último en meterse en el negocio, y ya tenía más experiencia que muchos que llevaban años.
-La misma de siempre. –Concluí apagando el aparato y devolviéndoselo a Liam. Abrí la ventana y observé como Marc abría la del edificio de enfrente. Nuestras miradas se cruzaron un segundo y ambos sonreímos.
El mitin empezó a las doce exactas. James subió al escenario improvisado y todos los que había entre el público comenzaron a aplaudir como locos. James comenzó a hablar de todo lo que haría cuando alcance la presidencia… pobre infeliz.
-Cuando quieras, Zayn. –De nuevo Marc habló en mi auricular y yo negué con la cabeza. Demasiado pronto.
-Espera un poco más. –Volví a centrar mi mirada en James, que ahora hablaba de bajar los impuestos y ayudar al país a convertirse en una gran potencia. Rodé los ojos y centré mi mirada en Marc. Pasé mis manos por mi pelo y Marc asintió, entendiendo perfectamente la señal. Apenas diez segundos después un hilo de sangre cayó por la frente de James y se desplomó en el suelo provocando los gritos de la gente que se encontraba entre el público. El disparo perfecto. Los guardaespaldas comenzaron a mirar en todas direcciones, pero el pánico del gentío les hizo imposible divisar al tirador.
Recogimos las cosas y salimos de la habitación, reuniéndonos con Josh en la puerta. Él simplemente asintió y se montó en su coche sin dedicarnos una palabra, antes de irse me lanzó una mirada asesina que provocó una pequeña risa dentro de mí. Sentí la mirada de Liam en mí y sonreí, acercándome al porsche. Los policías corrían de un lado a otro y rápidamente toda la plaza estaba llena de ambulancias y policías. Liam se subió en el asiento del pasajero y yo aceleré alejándome del lugar, en dirección a mi casa.
-¿Y bien? ¿Me vas a contar porqué Josh te ha mirado como queriendo meterte una bala entre ceja y ceja?
-Ayer me fui con Jenn de la fiesta de Will.
-¿Cómo que os fuisteis?
-Simplemente la cogí y me la llevé de ahí. –Suspiré y él gruñó.
-¡Estás loco, Zayn! ¿Dónde fuisteis?
-A tu casa. –Reprimí una risa y él volvió a gruñir. Se estaba cabreando. –Esta mañana la he llevado a su casa y ya está.
-¡¿La has dejado en su casa?! ¿¡Con Josh!? La va a matar y después te matará a ti.
-Si le toca un pelo será por encima de mi cadáver, Liam. Sólo te digo eso. –Lo miré de reojo y vi como asentía. Se recostó en el asiento y dejó su mirada perdida en la carretera.
-Tu abuela quiere verla, antes de navidad. –Mis manos se tensaron en el volante y negué con la cabeza provocando una débil risa de Liam. –No seas niño chico, es un viaje. Le enseñas Roma, la presentas a la familia y la traes de vuelta. Llévala la semana de después de los finales que nunca hacéis nada en clase.
-Eso es en dos semanas.
-Exactamente.

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