-La ventana del salón tiene una pequeña rendija abierta,
puedes forzar eso y entrar por ahí.
-¿Y vosotros?
-Sólo entraremos si vemos que tardas mucho en salir de ahí. –Asentí.
–Esta es tu arma. Ya tiene el silenciador puesto. –Volví a asentir guardándola
en la parte trasera de mi pantalón y avancé hasta la ventana del salón. –Eh
guapita. -Me giré poniendo cara de asco. –Sal de ahí sin que te vea la pequeña.
-Lo haré. –Me acerqué con prisas a la ventana y de un salto
conseguí llegar a la ventana.
"¿Una rejilla? Dime tu a mi dónde coño ves la rejilla
que está abierta."
Suspiré y golpeé con la suela de la bota el cristal,
haciendo que se rompiera en mil pedazos que cayeron sobre la alfombra del salón.
"Bien, acabas de despertar a toda la casa."
Entre en el salón, pisoteando todos los cristales y avancé
con cuidado, con la mano pegada a mi pistola y mirando a todos los lados.
"Al dormitorio."
Asentí y empecé a andar, recordando todas las veces que
había recorrido esa casa cuando venía de visita con mi padre.
"Cuarta puerta a la derecha."
Me moví con rapidez, intentando no hacer ruido; si no se
despertaban, no tendría ningún problema.
Abrí la puerta con sigilo y miré la cama. Ahí sólo había una
persona, y por la forma del cuerpo no era Michael. Mierda. Me congelé con la
pistola levantada hacia el cuerpo de la persona, un suspiro salió de mi boca y
guardé la pistola, cerrando la puerta y retrocediendo hasta el pasillo de
nuevo.
"No puedo matarla. No me ha hecho nada, joder. No puedo
disparar a sangre fría."
Resoplé de nuevo y me apoyé en la pared, mientras intentaba
poner en orden todos mis pensamientos.
"Si no lo haces puede que el que acabe mal sea Zayn. Un
disparo y te largas."
"No. No puedo."
-Que sorpresa, mira, ¿a quién tenemos aquí? La hija de Josh.
Hacía tiempo que no te veía. –Me giré para encontrarme a Michael apuntándome
directamente con una pistola. Tragué saliva y me despegué de la pared,
retrocediendo un par de pasos alejándome tanto como podía de él y sacando de
nuevo la pistola de mi pantalón. –No tengas miedo, guapa. No te voy a hacer
nada. –Cargó la pistola y bufé.
-Los cojones. –Y sin pensarlo un segundo más, cargué la
pistola y apreté el gatillo. Lo vi caer, mientras la sangre brotaba en su
estómago y mis ganas de vomitar aumentaron por segundos.
-¿Michael? –Mierda. Me giré hasta la puerta del cuarto que
se abrió de golpe al mismo tiempo que su esposa salía al pasillo y veía la
escena.
-Lo siento. –Y tras pronunciar eso, volví a cargar y apreté
el gatillo por segunda vez, haciendo que la mujer cayera sobre el cuerpo del
hombre.
"Soy una mierda."
Suspiré y volví a cruzar el pasillo para salir de allí de
una maldita vez. Tenía que vomitar, lo necesitaba. Me sentía como una jodida
mierda.
-¿Jenn? –Me giré y sentí como todo mi cuerpo tembló al verla
ahí parada. –Hola. –Sonrió, y se acercó a mí con prisas para abrazarme.
-¿Que narices haces despierta, enana? –Sorbí por la nariz
intentando disimular que estaba llorando y me separé de su abrazo.
-Tenía que ir al baño. –Escuché una débil risa por su parte
y sonreí amargamente.
-Anda vuelve a dormir pequeña. –Besé su frente y ella
asintió.
-Adiós, Jenn. –Y empezó a alejarse dando saltitos mientras
tarareaba una canción. Puse un pie en la ventana y el sonido de su voz se
apagó, para escucharse acto seguido un golpe sordo contra el suelo.
No.
Me giré y la vi tirada en el suelo, mientras un charco de
sangre empezaba a cubrir su cuerpo.
No.
Intenté correr hasta ella pero una mano me lo impidió.
-Nos vamos.
-¿La has matado?
-Te dije que no te podía ver. Nos vamos, los hombres de
Michael vienen de camino. –Parpadeé un par de veces, intentando contener las
lágrimas y salté por la ventana con un ágil movimiento.
-Lo siento pequeña. –Y salí corriendo de ahí. Cogí al hombre
que había disparado a Des por el cuello y cargué la pistola contra su frente.
-¡¿Quién mierda eres para matar a una cría!? –Grité con rabia, apretando con
fuerza la pistola contra su sien. -¡Eres un mierda!
-No te creas mejor que yo. Tú también eres una asesina. –Una
parte de mi cerebro se activó, dándose cuenta de que aquel hombre tenía razón.
Era una asesina, como él, como mi padre. Aparté la pistola de su cabeza y
suspiré, mientras escuchaba como se acercaban unos cuantos coches.
“Joder, los hombres de Michael.”
Un coche iluminó toda la casa y lo único que pude hacer fue
esconderme detrás de una fuente que decoraba la entrada. Genial. Cuatro hombres
se bajaron de los dos coches y apuntaron a los dos hombres de mi padre.
-Vaya. ¿Qué tenemos aquí? No esperábamos visita hoy. –Uno de
los hombres rio con fuerza, haciendo que un escalofrío recorriera mi espina
dorsal.
-Tendremos que darles el recibimiento que merecen, ¿no
crees? –Otro hombre habló. Respiré hondo y me asomé detrás de la fuente como
pude, intentando observar la escena.
Uno de ellos golpeó en la cara al que minutos antes había
asesinado a Des y, acto seguido otro, disparó a su pierna haciendo que cayera
al suelo. Mientras, otros dos, golpeaban al segundo hombre que me acompañaba
hasta que no se pudo mantener en pie. Y, entre los cuatro, tiraron a ambos a la
piscina.
Dos disparos. Uno para cada uno, haciendo que la cristalina
agua de la piscina se tiñera de rojo.
"Sal de aquí ya si no quieres acabar tú también en el
fondo de esa puta piscina."
Hice caso a mi cerebro y empecé a correr en dirección al
coche. Arranqué con prisa viendo por el retrovisor como los cuatro hombres se
giraban para mirarme y se dirigían también hacia sus coches.
"Ah genial. No vas a acabar en la piscina, vas a acabar
asesinada en mitad de la carretera."
Apreté el acelerador y derrapé saliendo del cortijo con
tanta prisa como pude. Aún sentía las lágrimas acumulándose en mis ojos por la
muerte de Des. Tenía seis años. Y ahora... cerré los ojos un segundo,
intentando aislarme de lo que acababa de pasar. Sentí como perdía el control
del coche a causa de la velocidad que llevaba y frené apenas un segundo
volviendo a recuperar el control.
Por el espejo retrovisor vi como los dos coches se acercaban
y volvía a acelerar, intentando perderlos por cualquier medio. Con un rápido
volantazo cambié de sentido y pasé a su lado intentando como podía dispararles
a las ruedas pero sólo me gané un par de disparos en la puerta del coche y que
ellos también giraran para seguir persiguiéndome.
Volví a cambiar de sentido y ellos lo hicieron al mismo
tiempo que yo. Esto iba a costarme trabajo. Aceleré aún más.
120.
140.
150.
Un golpe en la parte de atrás del coche hizo que bajase la
velocidad, pero volví a aumentarla. De nuevo otro golpe. Y otro. Y otro más.
Hasta que perdí el control total del coche y empezó a girar a través de la
carretera hasta que lo sentí estrellarse con una cristalera enorme.
Sentí como los cristales cortaban mi piel mientras yo gruñía
de dolor.
OMG PEDAZO DE CAP.OMG ME ENCANTA CMO ESCRIBES Y LA NOVELA ME ENCANTAN CUANDO TIENE MOMENTOS DE TENSION EN SERIO.Y ME GUSTA QUE SEAN MAS LARGOS DE LO HABITUAL.BESOS
ResponderEliminarMuchas gracias, de verdad, me alegro que te guste. Besos y gracias por comentar <3
EliminarTE JURO QUE YO TE MATO! Eres odiosa! Como me haces estas cosas? No te ajunto jum! ME CAGO EN TOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO POBRE DES, CON EL CARIÑO QUE LE TENÍA. Pues lo dicho me enfado y me voy PD: Te veo en el próximo cap PD2: En el fondo de mi corazón todavía te quiero :p
ResponderEliminarNo me mates, joder, si no os quedáis con la intriga de saber qué pasará. JAJAJAJAJA Pd: te espero en el próximo capítulo. PD2: se que me quieres, yo a ti también :) <3
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