-Tranquila, que no es el fin del mundo. Te vas a ahogar. –Escuché
una débil risa por parte de Zayn y sonreí yo también todavía con los mofletes
llenos de comida, lo que causó una risa más fuerte por su parte. Terminé de
tragar y apoyé la cabeza en el respaldo de la silla.
-¿Qué te parece si hoy voy a buscar algo de trabajo? Creo
que en la tienda de decoración del centro buscan vendedores. –Él enarcó una
ceja. –Tú también podrías buscar trabajo, y así no te quedarías solo por las
mañanas.
-Sí, yo también buscaré algo. Pero me gusta tu idea, ve ahora
y pregunta allí, así te despejaras un poco. –Sonreí asintiendo y terminé de
desayunar con prisas, sintiendo su mirada fija en mí. –Me estás intimidando.
-Eso es lo que quiero. –Reí y me levanté besando su mejilla
antes de internarme en el largo pasillo.
-Voy a ducharme y a prepararme para ir a preguntar. –Escuché
un lejano ‘vale’ y encendí la ducha mientras me desnudaba. Sentí las gotas de
agua caliente recorrer mi cuerpo hasta que unas manos se posaron en mi cintura haciéndome
saltar en la ducha.
-No quería asustarte. –Reí contra los labios de Zayn y me
pegué a él tanto como pude. –Es que no podía resistirme. –Apretó con fuerza mis
caderas y en un segundo estaba sobre su cintura, pegada a la pared mientras él
dejaba suaves besos por mi cuello. Suspiré sin querer y pude sentirlo sonreír
contra mi piel, mientras con sus manos acariciaba la parte baja de mi espalda,
provocando mi piel de gallina.
Apreté sus hombros mientras en un ligero gemido dije su
nombre y él capturó mis labios en otro beso que sólo rompimos para recuperar el
aire que nos faltaba, para después volver a besarnos con las mismas ganas que
al principio.
-Vas a llegar algo tarde a la tienda.
-Que le den. –Reí mordiendo su labio inferior haciéndolo farfullar.
Entonces recordé la herida y dejé de morderlo para besar su mejilla. –Perdón.
-Tranquila. –Me agarró con fuerza, permitiéndome esconder mi
cabeza en su hombro mientras sentía como sus besos hacían un largo camino desde
mi hombro hasta mis labios y de ahí hasta mi oreja. –Te quiero, Jenn. –Sus
palabras salieron en un pequeño murmullo, pero sonaron con intensidad en mi
cabeza, y un escalofrío involuntario atravesó mi espina dorsal.
-Te quiero, Zayn. –Besé su cuello y sentí como sus brazos me
apretaban con fuerza contra él.
Me vestí tan rápido como pude, con la intención de que no me
cerraran la tienda y poder pedir el trabajo, me puse la primera camiseta que
había tirada por el cuarto y me hice una coleta alta antes de besar la mejilla
de Zayn y salir con rapidez de la casa. Recorría con agilidad las calles del
pueblo hasta que por fin al final de la calle principal (que no era más que una
calle con un par de tiendas de ropa) pude distinguir la tienda de decoración,
aceleré el paso, mirando de reojo como mi reloj acababa de marcar las una y
media.
“Genial, me tiene que hacer la entrevista en media hora.”
Suspiré y tiré de la puerta, convirtiéndome en el centro de atención de las
únicas dos personas que había en la tienda, que ya estaban recogiendo los
últimos papeles que quedaban sobre el mostrador.
-Buenos días señorita, ¿desea algo? –El hombre más mayor me
sonrió acercándose a mí con rapidez, mientras que él más joven, que no pasaría
de 21 años, se sentó de un salto en uno de los mostradores y me dedicó una
simpática sonrisa.
-Verá, me llamo Jennifer Green. He visto que necesitan una
ayudante, y he pensado que quizá yo pueda ocupar ese puesto. –Él hombre asintió.
–Soy buena en idiomas, por si vienen turistas y las matemáticas se me dan
bastante bien, así que podría llevar también algunos asuntos de contabilidad.
-¿Estás en la universidad? –Suspiré y sentí como mis
mejillas se teñían de un rojo intenso.
-No, no voy a asistir a la universidad.
-Entonces creo que no le puedo…
-Vamos papá, se ve una chica aplicada, y además es guapa y
parece divertida. Verás cómo atrae a más clientes, dale un mes de prueba. –El hombre
mayor miró al chico del mostrador y rodó los ojos mientras asentía.
-Está bien, tienes un mes de prueba. –Sonreí emocionada y
estreché la mano del hombre que ahora era mi jefe. –Soy Daniel. Bienvenida al
equipo, Jennifer.
-Llámeme Jenn. –Sonreí y él asintió. Miré de reojo al que
según acababa de oír era su hijo y le sonreí en forma de agradecimiento por
haber convencido a su padre, él sólo asintió y se marchó de la tienda entrando
a lo que supuse que era el almacén.
-Puedes empezar mañana a las ocho.
-Muchísimas gracias, de verdad, no se arrepentirá. –Salí de
la tienda y sonreí emocionada mientras caminaba a casa.
-¡Zayn! –Cerré la puerta de un portazo y entré corriendo a
la casa. -¡Zayn! –Miré por todos lados pero en la casa no había nadie. Enarqué
una ceja y me asomé a la ventana para ver si estaba en la playa, pero tampoco
estaba allí. Revisé mi móvil pero no había ninguna llamada ni ningún mensaje
suyo.
“Quizá esté de
compras, como en Londres.”
“Por qué no dices lo que realmente estás pensando.”
“Porque sé que no es ahí dónde está.”
“Pues yo me jugaría el cuello a que está ahí.”
Resoplé haciendo callar a mi irritante conciencia y marqué
su número de teléfono, aunque lo único que recibí como repuesta fue la voz del
contestador. Volví a intentarlo un par de veces más, pero el resultado era el
mismo. Me senté en el sofá, mientras jugaba con el móvil, a pensar dónde podría
estar y, todas las ideas que circulaban
por mi cabeza me llevaban al mismo sitio. Mafia.
Mae mía zayn en la ducha ......... JAJAJAJA
ResponderEliminarZayn vete para casa y no des problemas jaja que me da a mi que ya empieza a venir (?)
Lot of love xx
JAJAJAJAJAJAJA Lo sé, Zayn en la ducha >>>>>>
EliminarNah, a lo mejor no eh.. o sí xd Besos cielo xx