*Narra Jenn*
-¿Cuántas ofertas has recibido? –Hasta que sacó el maldito
tema de la universidad. Farfullé un par de palabras y levanté la vista hasta
él.
-¿De qué?
-No te hagas la idiota conmigo.
-No sé de qué hablas. Termina de comer, me voy a la playa,
te espero allí. –Me levanté con prisas y corrí hasta la puerta, intentando
esquivar todo lo posible el tema de la universidad. No quería hablar de eso.
Sería mi primer año de universidad y no podría asistir porque si piso Londres
mi padre es capaz de pegarme un tiro o de hacer cualquier cosa con tal de
vengarse. Zayn y su maldita clemencia; tenía que haberle pegado un tiro
directo, pero no, él tuvo que dejarlo con vida y sólo dispararle a la pierna.
Sentí la arena rozar los dedos de mis pies y la tranquilidad
recorrió cada parte de mi cuerpo. A medida que me acercaba a la orilla, una
fresca brisa hacía que se me erizase el pelo. Me senté dejando que el vaivén de
las olas acariciase mis pies.
-No puedes evitar el tema siempre.
-Puedo intentarlo. –Zayn rió y se sentó a mi lado. -¿Cuántas
has recibido tú?
-Ninguna. –Lo miré extrañada. Conocía las notas de Zayn y
habían sido incluso mejores que las mías, me extrañaba que ninguna universidad
lo quisiera entre sus alumnos. –Y si me han mandado ni las he recibido, no
informé del cambio de dirección.
-Llama a tus padres y pregúntales a ellos.
-Claro, y llama tú al tuyo y organizamos una bonita cena
familiar. –Rodé los ojos y bufé, dando el tema por terminado. Después de unos
cuantos minutos de silencio, su voz volvió a escucharse en la playa. –No quería
sonar así de brusco, es sólo que...
-Lo entiendo. Pero no sé por qué estás mal con ellos, quiero
decir, ellos son los buenos.
-En la mafia nadie es bueno, preciosa.
-¿Y qué pasa contigo? –Bajó la cabeza y jugueteó un rato con
la arena. Yo miraba las olas romper contra la arena. Estuvimos callados un par
de minutos; en los cuales no podía parar de pensar en sus palabras. “En la
mafia nadie es bueno”. Liam era bueno. Él era bueno. Sus padres y sus abuelos
eran buenos, al menos, eso me habían hecho creer.
-Mañana vamos a ir a Londres, ¿te apetece? Queda con Lea y
con Harry si quieres. –Moví mi mirada desde el mar hasta él y sonreí.
-¿Y tú? –Suspiró por lo bajo y se encogió de hombros.
-Tengo que ir a hacer algunas compras, yo te dejo en casa de
Lea y ya te recojo cuando termines de tu tarde de chicas.
-Zayn... ¿qué vas a hacer?
-Comprar. –Asentí, fingiendo que creía lo que me decía y me
tumbé, apoyando la cabeza en sus piernas. Estuvimos allí tirados, jugando con
nuestras manos, contando cualquier anécdota que recordáramos hasta que su
rostro se volvió serio, haciendo que centrara en él toda mi atención. –En tres
meses pasa algo interesante.
-¿Qué?
-No me jodas, sé que lo sabes mejor que yo. –Negué con la
cabeza, mientras mi boca se cerraba en una fina línea. -¡No lo sabes!
-¡No! ¿Qué pasa? Dímelo, Malik.
-En tres meses hace un año desde que nos conocimos. –Rompí
en una profunda carcajada, causando que él también se riera.
-¡¿Ves!? Eres un blandengue romántico.
-Si no me hubiera acordado, te habrías enfadado. –Asentí
dándole la razón y él volvió a reír. Me incorporé, sentándome de nuevo en la
arena, con sus brazos rodeando mi cintura. Una sonrisa apareció en mi rostro al
darme cuenta de que se acordaba de cuando nos conocimos. ¿Se acordaría también
de cómo lo mandé a la mierda la primera vez que me habló? Reprimí la risa
mordiéndome el labio. –Tendremos que hacer algo especial.
-¿Qué tienes pensado?
-Sólo elige, París o Madrid. –Mi boca se abrió en forma de
‘O’ y él sonrió.
-Me estás vacilando. –Él negó con la cabeza.
-Es un aniversario, tendremos que celebrarlo como Dios manda.
-¡Madrid! –No pensé ni medio segundo mis palabras y su
contestación fue un beso en la mejilla y un asentimiento.
-Pues en tres meses estarás recorriendo las calles
españolas. –Salté en sus brazos, haciendo que los dos nos tumbáramos en la
arena y comencé a besar toda su cara mientras él reía con ganas.
-¡Eres el mejor! Definitivamente, lo eres.
-Es sólo un viaje, Jenn.
-¡No! Lo es todo. Eres… -Sonreí, separándome unos cuantos
centímetros de él. –Te quiero.
-Yo más, preciosa. –Besó mi nariz y se levantó de un salto,
haciendo que yo me levantara con él. –Volvamos anda, es tarde. Y llama a Lea
para lo de mañana.
-¿A qué hora iremos?
-Por la tarde. –Asentí y empecé a andar siguiéndolo en
dirección a la casa.
-¡Buenos días, Malik! –Golpeé su cara con mi almohada,
haciéndole gruñir cabreado. Se sentó, pegando la espalda a la pared y me miró
con los ojos entrecerrados.
-¿Dónde vas?
-A comprar algo para
el desayuno, Malik, ¿quieres algo?
-A ti, ahora. –En un rápido movimiento se acercó a mí y besó
mi cuello, dejando leves mordiscos en algunos puntos clave, provocando así que
débiles gemidos salieran de mi garganta. Escuché una pequeña risa en mi oído y
bufé intentando separarme de él. –Aburrida.
-Salido. Te compraré donuts y así tendrás un agujerito que
comerte.
-¡Jennifer! –Empezamos a reír como dos críos y me tumbé en
la cama tratando de recuperar la respiración. Él se tumbó a mi lado y rodeó mi
cadera con su brazo. –Este año deberías estar en la universidad y no podrás ir,
por... –Otra vez las malditas universidades. Gruñí mostrando mi incomodidad con
el tema.
-Olvídalo Zayn. No hay problema, buscaré algún trabajo por
aquí.
-¿Cuantas becas te han mandado? Dímelo. –Desvié la mirada
hasta el cajón de la mesita de noche donde tenía guardadas todas las cartas y
suspiré pesadamente.
-Cuatro. Oxford, Cambridge, Liverpool y Manchester.
-Acepta alguna.
-No. Deja el tema de una maldita vez, Malik. Ahora, me voy a
por la comida. –Besé su frente y me levanté de la cama escuchándolo murmurar
algunas palabras. La brisa fresca meció mi pelo cuando pisé la calle y una
sonrisa apareció en mi cara.
Miré sobre mi hombro viendo como un coche negro paraba a
pocos metros de mi posición. ¿Por qué tenía la sensación de que esto iba a
acabar mal? Entré en la tienda, aun con la mirada fija en el coche y, cuando
salí, comencé a andar más rápido que de costumbre. A los pocos segundos,
escuché como el coche arrancaba y avanzaba hasta ponerse a mi lado y frenarse,
haciéndome parar a mí también. La ventanilla se bajó, mostrándome a un hombre
de unos treinta y pocos, con media sonrisa en su rostro.
-Perdona que te moleste, ¿me podrías decir por donde se sale
a la autovía de nuevo, por favor? –Reí interiormente. “Es un simple turista,
Jennifer, y tú planteándote pegarle una patada si era alguien de la mafia”.
Asentí.
-Sólo tiene que seguir recto y, al final de la calle, girar
a la derecha en el desvío. –Él asintió en forma de contestación y se alejó
conduciendo con cierta rapidez.
Retomé el camino a la casa con cierta calma, dejando mi mente
en blanco, recordando cómo era todo hacía escasos meses. Entonces un pequeño
recuerdo vino a mi cabeza, haciéndome parar en seco. Volvía a estar en Irlanda,
rodeada por los hombres de mi padre. Mis ojos se centraron en uno en concreto.
-Mierda… -Comencé a andar ahora con mucha más prisa que al
principio y, cuando llegué a la casa, me apoyé en la puerta intentando
recuperar el aliento mientras veía como Zayn se acercaba a mí con media
sonrisa.
-¿Qué pasa preciosa, te has pensado mejor lo de tenerte a ti
de desayuno? –Una risa salió de su garganta y dio un paso más, recortando toda
la distancia entre nosotros. Me quitó las bolsas de comida de las manos,
dejándolas en el suelo y agarró mi cintura con delicadeza.
-Creo que Josh nos ha descubierto.
ASDFGHJÑKLASDFGHJKLÑASDFGHJKLÑASDFGHJÑALKSDFGHJKLÑ. COMO HACES ESO... UN DÍA TE VOY A MATAR Y TE LO DIGO MUY ENSERIO. ¬¬ ERES MALA GENTE. A parte de mis amenazas solo decirte que este cap ha sido genial pero me da la sensación de que la felicidad no va a durar mucho ;( bueno te veo en el siguiente cap amore meu!
ResponderEliminarNOOOOO, YO QUIERO VIVIIIIIIR JAJAJAJJAJA Muchas gracias por lo del cap genial y por comentar, cielo :) Espero leerte en el próximo <3
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