Me tumbé en la cama y desbloqueé mi móvil para encontrarme
con un mensaje que acababa de recibir. Lo abrí con prisas, resoplando al leer
el contenido de este.
"Primer trabajo, primer fallo. ¿Quieres seguir
manteniendo a Zayn fuera de esto? Pues empieza a trabajar como es debido.
Mañana a las diez en el parque que hay frente a la tienda de decoración."
Bloqueé el móvil cuando sentí como las manos de Zayn
apretaban mi estómago, pegando mi espalda a su pecho. Una débil sonrisa
apareció en mi cara y dejé el teléfono sobre la mesita de noche al mismo tiempo
que el besaba mi hombro con parsimonia.
-¿Estás bien, nena? –Me giré y asentí con una sonrisa. Besó
mi frente y me pegó tanto como pudo a él, haciendo que su cálido aliento se
estrellara contra mi cabeza. –Descansa anda.
-Sí, será lo mejor.
-Aquí tiene, señor. A su mujer le encantará el regalo. –Le
tendí la bolsa al hombre y se marchó agradeciéndome la ayuda. Puse las manos en
el mostrador, apoyando en ellas todo mi peso y suspiré bajando la mirada.
-Una noche larga, ¿no, morena? –Levanté la mirada con
rapidez para encontrarme con la cara de Louis a pocos centímetros de la mía. Di
un paso hacia atrás separándome de él y aparté un par de mechones de mi cara
colocándolos detrás de mi oreja.
-Bastante larga. –Él rio con ganas y se apoyó en el
mostrador, enseñándome una de sus particulares sonrisas.
-¿Quieres que vayamos a desayunar? Invito yo.
-No, muchas gracias. –Miré el reloj de mi muñeca y forcé una
sonrisa. –He quedado ya para desayunar.
-¿Con tu novio? –Fruncí el ceño y asentí no muy convencida.
Él asintió también y entró dentro del almacén sin decir una palabra más.
Suspiré y salí con prisas de la tienda.
Entré en el pequeño parque, que ocupaba mayormente todo el
centro del pueblo, y observé la figura de un hombre apoyado en un banco
fumándose un cigarro. Gruñí y me acerqué a él con parsimonia, intentando
retrasar lo inevitable. Tosí un par de veces cuando estuve delante de él y me
crucé de brazos cuando vi una minúscula sonrisa aparecer en su rostro.
-¿Qué quieres, Josh? –Lanzó su cigarro a unos cuantos
centímetros de nuestra posición y me escrutó con la mirada lentamente.
-Sólo te ordené un trabajo. Un solo trabajo. –Su voz
aumentaba por segundos. –Y sencillo. Si no hay dinero, le pegas un tiro. ¿¡Y tú
que cojones haces?! –Las palabras salían en forma de gritos, haciendo que
retrocediera asustada por su reacción. –¡A ti sólo se te ocurre armar una pelea
y huir del puto local!
-Lo primero es que no me grites. –Volví a recuperar mi
posición original. –Lo segundo es que yo no tuve la culpa de la pelea. Se
metieron en medio de la conversación cuatro tíos que no pintaban nada y ellos lo
empezaron todo. –Cerré mis manos en dos puños, demostrando el enfado que tenía en
mi cuerpo.
-Veo que tengo que darte entonces cosas más sencillas que
hacer. A no ser que quieras largarte y entonces llamaré de nuevo a…
-No. No me des cosas más fáciles ni llames de nuevo a nadie.
Lo haré bien la próxima vez. –Bajé la mirada hasta las puntas de mis deportivas
y un ligero suspiro salió de mi boca.
-Está bien, ya hablaremos para lo próximo que te mande. –Me giré
con la intención de irme, hasta que sentí la mano de mi padre agarrarme el
brazo. –No vayas tan deprisa, ¿desayunas con tu padre?
-Ni de coña. –Me solté de su agarre. –Tengo que volver al
trabajo. –Y me giré para irme, mientras escuchaba a mi padre alejarse por el
lado contrario.
Entré en la tienda con la misma desgana que con la que me
fui, y encontrándola tan vacía como estaba minutos antes. Pase detrás del
mostrador y me senté en la silla mientras esperaba que las horas pasaran rápido
y pudiera salir de ahí.
-Hola de nuevo, morena.
-Tengo nombre, ¿sabes? –Rodé los ojos y miré por encima de
mi hombro a Louis sonriendo desde la puerta del almacén.
-Que quedaría de puta madre con mi apellido al final.
-Déjame que lo dude. –Fingí una sonrisa y él negó con la
cabeza. -¿Qué haces ahí metido todo el día? Podrías salir aquí y ayudar.
-Sí, como tenemos tantos clientes. –Reí ante su respuesta
causando una sonrisa en su rostro. –Ven, te voy a enseñar lo que hago. –Lo miré
por un segundo, dudando. –No te preocupes, prometo portarme bien.
-Vamos. –Entré en el almacén siguiéndolo de cerca. Aquello
sólo era un largo pasillo, sin una pizca de luz en ningún sitio.
-Cuidado con la cabez…
-¡Auch! –Acaricié el sitio donde me había golpeado mientras
escuchaba su risa acercándose cada vez más. -¡No te rías, gilipollas!
-¡Eh, tranquila, fiera! Yo te había avisado.
-Demasiado tarde, Louis. –Me recompuse del golpe y volví a
seguirlo hasta llegar a una habitación. Tenía de todo, una televisión, un
sillón incluso un maldito frigorífico.
-Bienvenida. –Reí y me senté en el sofá. –Te daré algo para
ese golpe. –A los pocos segundos me dio una bolsa de hielo.
-Gracias. –Se encogió de hombros y se sentó conmigo en el
sofá, al mismo tiempo que encendía la televisión. –Así que aquí te escondes
cuando yo estoy trabajando.
-Más o menos. –Reímos,
sin prestarle nada de atención a lo que decían en el programa que Louis había
puesto. –Pero desde hoy prometo ayudarte.
-Tengo la sensación de que eso no se cumplirá. –Reí,
separando de mi frente el hielo ya casi derretido.
-Eh, te lo he prometido ¿no? –Lo miré asintiendo y media
sonrisa apareció en su cara. –Pues entonces quédate tranquila, porque lo
cumpliré.
-Me fiaré de ti. –Volvimos a reír, y así estuvimos durante
horas, hablando, riendo, contándonos cualquier estupidez que se nos ocurriera.
-¿Te puedo preguntar una cosa, Jenn? –Levanté la mirada de
la bolsa de patatas que tenía entre mis piernas hasta centrarla en él y asentí,
esperando que él continuara. -¿Quién era el tío de anoche y porque estabas a
punto de meterte en una pelea con sus matones? –Me congelé en el sofá, bajando
de nuevo la mirada, buscando algo creíble que decirle.
-Eran amigos de mi padre. No iba a meterme en ninguna pelea,
puede que pareciera eso, pero no era así. Sólo se acercaron a saludar. –Me tembló
el labio al pronunciar la última frase y bufé intentando disimular la mentira.
-Claro, y yo en realidad soy pelirrojo. –Lo miré enarcando
una ceja y sonreí.
-Te quedaría bien. –Él me miró sorprendido y yo reí, causando
también su risa apenas unos segundos después.
-¡Zayn! –Lo abracé con fuerza cuando salí por la puerta del almacén
y él me apretó con fuerza. -¿Llevas mucho tiempo aquí?
-Sólo un par de minutos.
-Lo siento. Estaba abajo con Louis. –Me miró interrogante y yo sonreí. –El hijo del dueño. –Asintió poco convencido y agarró mi mano con fuerza.
-Lo siento. Estaba abajo con Louis. –Me miró interrogante y yo sonreí. –El hijo del dueño. –Asintió poco convencido y agarró mi mano con fuerza.
-¿Vamos? –Asentí y salimos de la tienda con demasiada prisa
para mi gusto. –Tengo que decirte una cosa.
-¿Qué pasa?
-He visto el coche de tu padre esta mañana. –Me tensé,
parando en el acto y centrando mi mirada en él. –Aparcado junto al parque que
hay en frente de la tienda.
“Mierda. Mierda. Mierda. Y mil veces mierda. Me ha pillado.”
-No sé qué cojones hacía ahí, pero quiero que vayas con mucho
cuidado de ahora en adelante, por favor. –Una parte de mí se tranquilizó al ver
que Zayn no había descubierto nada, pero otra se alertó. Si Zayn sabía que mi
padre estaba en el pueblo iba a estar atento de sus movimientos, lo que significa que podía descubrirme en
cualquier segundo.
-S-Sí. –Balbuceé, intentando que las palabras que salieran
de mi boca tuvieran algún sentido pero fue imposible, así que me mordí el labio
y sollocé.
-Eh, preciosa. Yo voy a estar ahí para protegerte; no te va
a hacer nada, confía en mí.
“Si tú supieras, Zayn…”
¡Holi, holi! Lo primero decir que perdón por no subir ayer, pero no tuve nada de tiempo ni para escribir ni para nada. Lo segundo decir que el capítulo es mierda, pero es que al final se me ha ido la inspiración y no sabía como acabarlo así que, también lo siento por eso. También deciros que paséis unas felices fiestas y que os regalen muchas cosas. Sólo eso, ¡comentad! un beso y feliz Navidad. <33
Pobre Zayn que inocente es este muchacho. Pues nada este capítulo me ha dejado en ascuas para saber que va a pasar con el asunto de Josh, que si un día de estos quieres me puedes meter en la fic y yo le pego dos tiros ya sabes, con amor y cariño, creo que ya te lo comenté pero por si acaso te lo recuerdo. Y nada, que te veo en el próximo capítulo. BESIS! FELIZ NAVIDAD! :))
ResponderEliminarAlgún día te meteré, así en plan incógnito, le pegas dos tiros y te vas. JAJAJAJAJA
EliminarAaaaaah mientras q estaba leyendo me enfado cuenta de q Louis era el hijo del dueño y luego ya lo he leído soy muy lista lo sE JAAJAJA
ResponderEliminarel capítulo esta muy bien me ha gustado esa parte en la q Jenn y Louis se conocen jaak :)
Pero ya sabes te prohibo separar a ZENNY Jajaaja
Y FELIZ NAVIDAD A TI TAMBIÉN GUAPA :3333 (L)
Eres mazo lista, sí JAJAJAJA Jo, es que si me prohibes separarlos pues no los separaré entonces :) JAJAJAJAJA <3
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