Bueno, como el domingo no subí, por compensar, subo hoy el del domingo. Nada, que espero que os guste y que comentéis <3
Me removí en la cama cuando escuché la alarma de mi móvil
sonar y abrí los ojos lentamente, centrando mi mirada en el póster de París que
tenía sobre la cama. Apenas duré unos segundos en esa posición cuando recordé
que o me movía y empezaba a arreglarme o llegaría tarde. Me escabullí como pude
del agarre de Zayn y me senté en el borde de la cama buscando a tientas mis sandalias.
Las manos de Zayn me apretaron contra su pecho y dejó un par
de besos en mi cuello.
-No te vayas. –Su tono de voz era como el de un niño pequeño
cuando no quiere que su madre lo deje solo. Una leve sonrisa apareció en mi
cara y me giré para besar su mejilla.
-No puedo faltar el primer día, Zayn. –Él suspiró, haciendo
que su cálido aliento se estrellase con mi nuca, causándome escalofríos.
-Si no te voy a poder tener por las mañanas, no quiero que
trabajes. –Reí levemente y me solté de su agarre levantándome de la cama y
quitándome con prisas el pijama. –Aunque si voy a tener estas vistas todas las
mañanas… -Me giré para ver como su cabeza se movía recorriendo todo mi cuerpo y
yo respondí enseñándole mi dedo corazón.
-Eres un cerdo, Malik.
-Y a ti te encanta, preciosa. –Cogí una de sus camisetas y
unos pantalones pitillos y me embutí en ellos como pude. -¿Va a estar otra vez
el tío ese de ayer? –Elevó la voz para que pudiera escucharlo desde el baño.
-¿El hijo del dueño? –Lo vi asentir a través del espejo y me
encogí de hombros terminando de hacerme la trenza. –Pues si es el hijo del
dueño supongo que estará allí. ¿Por qué?
-Porque no quiero que se te acerque. –Reí y me acerqué a
Zayn sentándome en sus rodillas.
-Que guapo estás cuando te pones celoso. –Besé su mejilla
haciendo que una sonrisa decorara su rostro.
-Y tú qué guapa estás cuando estás en la cama y no en el
trabajo. –Refunfuñó, enredando sus brazos en mi cintura y pegándome más a él.
-Vamos no seas cabezón, pásate a la hora del desayuno y
desayunamos juntos. –Sentí sus músculos tensares y soltó mi cintura, para
pasarse las manos por su oscuro pelo.
-No creo que pueda, nena; pero lo intento. –Asentí resignada
y me levanté de su regazo, alisando la camiseta.
-Nos vemos a la hora de comer. –Besé su mejilla y salí del
cuarto después de coger el móvil y las llaves.
-¡Eh, preciosa! –Me asomé a la puerta del salón y lo vi
cruzado de brazos en el marco de la puerta de nuestro cuarto.
-¿Qué?
-Te quiero. –Sonreí negando con la cabeza y me despedí con
la mano.
-¡Eh, Malik! –Me paré en la puerta de la casa para escuchar
un lejano ‘¿Qué?’ y sonreí. -¡Te quiero!
Salí de la tienda cuando el reloj acababa de marcar las doce
de la mañana.
"Vale, tienes tiempo para ducharte e irte a
Londres."
Aceleré el paso y llegué a casa a las doce y diez.
Entré con prisas a la ducha y cuando salí me encontré con
Zayn mirándome con cara de interrogación. Pasé a su lado dejando un beso en su
mejilla y corrí hasta el cuarto buscando algo que ponerme.
-¿Dónde vas? –Salté en el sitio intentando meterme los
vaqueros y refunfuñe cuando vi que no me subían.
-A comer con Lea, ¿te molesta? –Negó con la cabeza y sonrió
mientras yo seguía saltando en el sitio sin resultado alguno. -¡Joder! –Zayn se
acercó a mí con lentitud y puso una mano en la parte de atrás del pantalón,
subiéndolo en un segundo. -¡Gracias! –Cogí la primera camiseta que vi y recogí
todas mis cosas antes de dejar la casa. –Te cojo el coche.
-Pásalo bien. –Golpeó con delicadeza mi trasero haciéndome
reír y salí, cerrando la puerta con un
suave golpe.
"Céntrate, Jennifer."
Suspiré. Y entré en el coche, arrancándolo y alejándome con
rapidez de la casa.
Puse las gafas de sol sobre mi cabeza y entré en el
restaurante, centrando la mirada en la última mesa colocada junto al gran
ventanal. Avancé a paso firme, y me senté sin ni si quiera dedicarles una
mirada a los dos hombres que acompañaban a mi padre. Cogí una carta que había
en la mesa cercana y empecé a ojearla.
-Hola cariño.
-No me llames así, ni se te ocurra. –Levanté la mirada de la
carta y él sólo sonrió.
-¿Que desea, señorita?
-Una coca cola y una ensalada, por favor. –Le sonreí al joven
camarero entregándole la carta y, cuando estuvo a bastante distancia de la
mesa, comencé a hablar. -¿Tienen que estar tus dos perritos aquí? Esto es una
conversación privada.
-Jenn, ahora soy del gobierno, tengo que venir protegido.
-Ah sí, olvidaba que mataste a tu rival dos semanas antes de
las elecciones. –Sonreí con suficiencia, mirando a la gente pasar a través de
la ventana y de reojo pude ver como su boca se convertía en una línea recta.
-Jennifer. Te recuerdo que soy tu padre, controla tus formas
de hablarme.
-Y yo te recuerdo que tengo dieciocho años y que hace unos
meses quisiste secuestrarme, así que tú para mí no eres más que un asqueroso
asesino. –Lo miré directamente a los ojos mientras hablaba, y gruñí entre
dientes.
-Aquí tiene su comida, señorita. –Asentí asintiendo y el
joven dejó el plato de la ensalada delante de mí.
-Mira Josh, dejémonos de tonterías y vamos a hablar
seriamente. –Me crucé de brazos y me recosté sobre el asiento.
-Tú dirás, hija. –Un escalofrío atravesó mi espina dorsal
cuando la palabra ‘hija’ salió de su boca. Fruncí el ceño y resoplé, apartando
un par de mechones que se habían caído sobre mi cara.
-Quiero a Zayn fuera de esto. Ya. –Cogí un poco de ensalada
y comí con prisas esperando su contestación.
-Lo siento pero es mi mejor hombre, no voy a dejar que salga
de esto.
-Lo quiero fuera. Ya. O juro que no vivirás para contarlo. –Solté
el tenedor de golpe y lo miré con rabia frunciendo el ceño. Vi una pequeña
sonrisa aparecer en su rostro y refunfuñé cabreada.
-Jenn, no es no.
-¡Josh, sí o sí lo vas a sacar de ahí! –Levanté la voz
convirtiéndome en el centro de atención de todo el restaurante. Me giré mirando
a los demás clientes y grité cabreada. –Y vosotros meteros en vuestros putos
asuntos. –Todo el mundo volvió a sus conversaciones y yo respiré hondo tratando
de controlar mi enfado.
-Vale.
-¿Cómo?
-Que sí. Que lo saco fuera. –Sonreí de medio lado y me
recosté en la silla, centrando la mirada en la ventana. –Con una condición, por
supuesto. –Mierda. ¿Cómo no lo esperaba?
-Habla.
-Tú entras por él. –Me congelé mirando fijamente a mi padre
y, por el gesto serio de su cara, sabía que estaba hablando muy en serio.
Me quedé callada unos cuantos minutos, analizando lo que
acababa de escuchar por parte de mi padre.
"Yo por Zayn."
“Cómo se entere…”
“Pero no se va a enterar”. Un largo suspiro salió de mi
boca, dispuesta a dar una contestación. Miré a mi plato y asentí, para después
mirar a mi padre antes de hablar.
-Vale. –Sus ojos se abrieron de par en par, obviamente sorprendido
ante mi respuesta. –Y ahora llama a Zayn delante de mí para decirle que esta
fuera. Llama.
BITCH! COMO SE TE OCURRE HACER ESO TE MATO! EL DÍA QUE TE CONOZCA TE MATO! (Aunque se que no podré matarte, en el fondo soy un alma inocente y cándida) SUBE PRONTO! porque se que al pobre Zayn le va a dar un patatús si se entera, desde luego en que líos se meten ambos, por salvar al contrario... El amor... que bonito es jajajajaja. ily bby ♥
ResponderEliminarViviré con miedo el día que nos conozcamos porque no sabré si me querrás matar o no.. JAJAJAJAJA gracias por comentar cielo <33
EliminarEeeeh hellous Belén como se te ocurre meter a Jenn en esto? Ah si por amor :3
ResponderEliminar*a Zayn Malik no le gusta esto*
Bueno pues no vemos el viernes preciosa :)
Es que por amor se hace de todo, no? :) Gracias por comentar bby <3
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