miércoles, 1 de mayo de 2013

CAPÍTULO 61


Mi padre tosió intentando no ahogarse después de lo que acababa de decir. Yo lo miraba recta, seria, sin mostrar rasgos de que echaría de menos aquella ciudad de mis sueños. Tras un par de minutos en silencio, él retomó la palabra.
-¿Cuándo… cuándo quieres irte?
-Mañana mismo, busca el billete para por la tarde, hoy me despediré de mis amigos y mañana hablaré con el director. Vicky se queda con los abuelos aquí, le vendrá genial desenvolverse ella sola. Yo me vuelvo a nuestro piso.
-Parece que ya lo tenías planeado. –Negué con la cabeza.
-Todo acaba de surgir. Voy a llamar a unos amigos para comer con ellos y darles la noticia. –Mi padre asintió y se marchó de la cocina para dejarme hablar con tranquilidad y empezar a buscar el avión que me llevaría de vuelta a España. A la primera que llamé fue a Julie que me respondió casi en el acto. -¿Comemos hoy?
-¡Claro! En media hora donde siempre. –Colgué y realicé la misma operación con Kara, con Louis y con Harry, que aceptaron con la misma facilidad que Julie.
Me costó más convencer a Chris, Josh y Tom, que tenían planeado ir a casa de Niall y no sabían qué hacer, pero finalmente accedieron. Me quedé un rato con el móvil en la mano, planteándome si llamar al rubio o no llamarlo. Acabé descartando la idea y no le avisé de nada.
-Papá, me voy. En un rato vuelvo. –Cogí dinero y el móvil y me marché al restaurante donde habíamos quedado. Fui la primera en llegar así que me senté en el suelo y respiré hondo. Les iba a echar de menos, sentía cómo mis ganas de llorar aumentaban, pero las contuve con un fuerte suspiro. Julie y Louis fueron los primeros en llegar y ambos se sentaron conmigo y empezaron a hablar de algún tema al que no prestaba atención. Luego Josh, Tom y Chris. Más tarde Kara y, el último en aparecer, fue Harry. Nos sentamos en una mesa alejada de la entrada, donde podíamos hablar con tranquilidad.
No sabía en qué momento soltar la bomba así que decidí hacerlo cuando acabáramos de comer. Nos pasamos la comida haciendo bromas, contándonos historias desconocidas de nuestra infancia y yo intentaba de todas las maneras, encontrar las palabras adecuadas. Acabamos de comer en una hora y media y, antes de que pidieran el postre, me levanté de mi asiento decidida a lanzar la bomba.
-Chicos, escuchadme un segundo. –Todas las miradas se posaron en mí y sonrieron. Respiré hondo y empecé a hablar. –Bien, han pasado una serie de cosas últimamente que me han hecho pensar mucho. Lo último que ha ocurrido ha sido encontrarme a una chica desnuda en casa de Niall. –Todos abrieron la boca y empezaron a hablar. –Callaos, no quería hablar de eso. Bueno, después de todo lo que me ha ocurrido he tomado una decisión. –Miré a cada uno a la cara, seguían con una sonrisa fija. Imborrable. Yo intenté sonreír también, pero me fue imposible, así que decidí soltarlo antes de empezar a llorar. –Chicos, me vuelvo a España. –Me senté en la silla de nuevo y las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas. Miré la mesa y todos estaban callados, mirando sus platos vacios, todos menos Harry, que cuando di la noticia se había levantado y se había largado del restaurante.
Louis levantó la vista para encontrarse con la mía y se levantó de un salto para abrazarme. Yo le abracé con fuerza mientras me acariciaba el pelo. Las siguientes en acercarse fueron Kara y Julie, que dejaron escapar un par de lágrimas en mi hombro. Y después Josh, Tom y Chris, que me abrazaron entre los tres y me dijeron que me iban a echar de menos. Yo me sequé las lágrimas y, tras pagar y despedirme de mis amigos, empecé a andar hacia mi casa. Cuando apenas llevaba unos diez metros andados, levanté la mirada y me encontré con la silueta de Harry a pocos metros, así que empecé a correr y lo agarré del brazo, para encontrarme con sus verdes ojos llorosos.
Él centró su mirada en la mía también y secó un par de lágrimas fijas en mis mejillas, acaricié su mano y lo abracé con fuerza mientras el correspondía mi abrazo con la misma fuerza, apretándome contra su pecho.
-Te quiero, Beca. –Besó mis labios con suavidad. –No lo hagas, no me dejes aquí solo, no te vayas. –Volvió a dejar un beso en mis labios y se separó apenas unos centímetros.
-Harry, tengo que hacerlo, lo siento. Te llamaré para contarte todo, cada día.
-No me vale escuchar tu voz a través de un teléfono, ¿cuándo te vas? –Tragué saliva. Sabía que no le iba a gustar que le dijera que mañana, así que miré al suelo y respiré hondo.
-Mañana por la tarde. –Miró mis ojos y pude ver como los suyos se cristalizaron, tenía ganas de llorar, unas ganas enormes, así que me abracé a su cintura y me desahogué mientras él acariciaba mi pelo.
-Podemos… ¿podemos ir a un lugar privado? –Asentí y empezamos a andar hacia su casa. Llegamos media hora más tarde, después de haber pasado todo el camino llorando mientras él me consolaba abrazándome. -¿Quieres beber algo?
-No, no. Tranquilo. –Se sentó a mi lado en el sofá y me besó la frente. –Te voy… te voy a echar de menos.
-Yo mucho más, lo sabes. –Me acurruqué en sus piernas y volví a llorar. –No llores pequeña, no llores. Voy a estar aquí siempre para ti. –Me levanté y centré la mirada en los ojos de Harry, esforzándome por poner una sonrisa. Él acarició mi pelo y besó mis labios con dulzura.

1 comentario:

  1. Me has hecho llorar, pero te lo perdono porque te quiero <33.- Cris

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