Mi padre tosió intentando no
ahogarse después de lo que acababa de decir. Yo lo miraba recta, seria, sin
mostrar rasgos de que echaría de menos aquella ciudad de mis sueños. Tras un
par de minutos en silencio, él retomó la palabra.
-¿Cuándo… cuándo quieres irte?
-Mañana mismo, busca el billete
para por la tarde, hoy me despediré de mis amigos y mañana hablaré con el
director. Vicky se queda con los abuelos aquí, le vendrá genial desenvolverse
ella sola. Yo me vuelvo a nuestro piso.
-Parece que ya lo tenías
planeado. –Negué con la cabeza.
-Todo acaba de surgir. Voy a
llamar a unos amigos para comer con ellos y darles la noticia. –Mi padre
asintió y se marchó de la cocina para dejarme hablar con tranquilidad y empezar
a buscar el avión que me llevaría de vuelta a España. A la primera que llamé
fue a Julie que me respondió casi en el acto. -¿Comemos hoy?
-¡Claro! En media hora donde
siempre. –Colgué y realicé la misma operación con Kara, con Louis y con Harry,
que aceptaron con la misma facilidad que Julie.
Me costó más convencer a Chris,
Josh y Tom, que tenían planeado ir a casa de Niall y no sabían qué hacer, pero
finalmente accedieron. Me quedé un rato con el móvil en la mano, planteándome si
llamar al rubio o no llamarlo. Acabé descartando la idea y no le avisé de nada.
-Papá, me voy. En un rato vuelvo.
–Cogí dinero y el móvil y me marché al restaurante donde habíamos quedado. Fui
la primera en llegar así que me senté en el suelo y respiré hondo. Les iba a
echar de menos, sentía cómo mis ganas de llorar aumentaban, pero las contuve
con un fuerte suspiro. Julie y Louis fueron los primeros en llegar y ambos se
sentaron conmigo y empezaron a hablar de algún tema al que no prestaba
atención. Luego Josh, Tom y Chris. Más tarde Kara y, el último en aparecer, fue
Harry. Nos sentamos en una mesa alejada de la entrada, donde podíamos hablar
con tranquilidad.
No sabía en qué momento soltar la
bomba así que decidí hacerlo cuando acabáramos de comer. Nos pasamos la comida
haciendo bromas, contándonos historias desconocidas de nuestra infancia y yo
intentaba de todas las maneras, encontrar las palabras adecuadas. Acabamos de
comer en una hora y media y, antes de que pidieran el postre, me levanté de mi
asiento decidida a lanzar la bomba.
-Chicos, escuchadme un segundo. –Todas
las miradas se posaron en mí y sonrieron. Respiré hondo y empecé a hablar. –Bien,
han pasado una serie de cosas últimamente que me han hecho pensar mucho. Lo
último que ha ocurrido ha sido encontrarme a una chica desnuda en casa de
Niall. –Todos abrieron la boca y empezaron a hablar. –Callaos, no quería hablar
de eso. Bueno, después de todo lo que me ha ocurrido he tomado una decisión. –Miré
a cada uno a la cara, seguían con una sonrisa fija. Imborrable. Yo intenté
sonreír también, pero me fue imposible, así que decidí soltarlo antes de empezar
a llorar. –Chicos, me vuelvo a España. –Me senté en la silla de nuevo y las
lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas. Miré la mesa y todos estaban
callados, mirando sus platos vacios, todos menos Harry, que cuando di la
noticia se había levantado y se había largado del restaurante.
Louis levantó la vista para
encontrarse con la mía y se levantó de un salto para abrazarme. Yo le abracé
con fuerza mientras me acariciaba el pelo. Las siguientes en acercarse fueron
Kara y Julie, que dejaron escapar un par de lágrimas en mi hombro. Y después
Josh, Tom y Chris, que me abrazaron entre los tres y me dijeron que me iban a
echar de menos. Yo me sequé las lágrimas y, tras pagar y despedirme de mis
amigos, empecé a andar hacia mi casa. Cuando apenas llevaba unos diez metros
andados, levanté la mirada y me encontré con la silueta de Harry a pocos
metros, así que empecé a correr y lo agarré del brazo, para encontrarme con sus
verdes ojos llorosos.
Él centró su mirada en la mía
también y secó un par de lágrimas fijas en mis mejillas, acaricié su mano y lo
abracé con fuerza mientras el correspondía mi abrazo con la misma fuerza,
apretándome contra su pecho.
-Te quiero, Beca. –Besó mis
labios con suavidad. –No lo hagas, no me dejes aquí solo, no te vayas. –Volvió a
dejar un beso en mis labios y se separó apenas unos centímetros.
-Harry, tengo que hacerlo, lo
siento. Te llamaré para contarte todo, cada día.
-No me vale escuchar tu voz a
través de un teléfono, ¿cuándo te vas? –Tragué saliva. Sabía que no le iba a
gustar que le dijera que mañana, así que miré al suelo y respiré hondo.
-Mañana por la tarde. –Miró mis
ojos y pude ver como los suyos se cristalizaron, tenía ganas de llorar, unas
ganas enormes, así que me abracé a su cintura y me desahogué mientras él
acariciaba mi pelo.
-Podemos… ¿podemos ir a un lugar
privado? –Asentí y empezamos a andar hacia su casa. Llegamos media hora más
tarde, después de haber pasado todo el camino llorando mientras él me consolaba
abrazándome. -¿Quieres beber algo?
-No, no. Tranquilo. –Se sentó a
mi lado en el sofá y me besó la frente. –Te voy… te voy a echar de menos.
-Yo mucho más, lo sabes. –Me acurruqué
en sus piernas y volví a llorar. –No llores pequeña, no llores. Voy a estar
aquí siempre para ti. –Me levanté y centré la mirada en los ojos de Harry,
esforzándome por poner una sonrisa. Él acarició mi pelo y besó mis labios con
dulzura.
Me has hecho llorar, pero te lo perdono porque te quiero <33.- Cris
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