Beca
se levantó del suelo de un salto, agarrando mi mano y levantándome a mí con ella. Se quitó mi
camiseta, mostrándome una vez más su perfecta figura. Me mojé los labios,
poniendo media sonrisa pensando en las ganas que tenía de hacerlo con ella una
y otra vez.
-Harry,
despierta. –Ella chasqueó los dedos en mi cara y yo empecé a reír, alejándome
de mis fantasías.
-Perdón,
¿decías?
-Que
si quieres ir a cenar esta noche.
-Claro.
–Cogí mi ropa y empecé a vestirme bajo su atenta mirada. Cuando terminé de
arreglarme Beca estaba retocando su pelo en el espejo, me acerqué por detrás y
besé con delicadeza su cabeza. -¿A dónde vamos a ir?
-¿Esta
noche o ahora?
-Ahora.
-A
comer con los demás, los hemos echado de casa de mala manera.
-Ha
sido por razones de necesidad. –Ella se sonrojó mordiéndose el labio inferior y
yo sonreí. –Venga, avisemos a estos y vámonos a comer. –Agarré el teléfono y
escribí con rapidez un mensaje para Louis, que me contestó que llevaban más de
dos horas en la tienda que había bajo la casa de Beca. Reí, guardé el teléfono
en mi bolsillo y le tendí una mano. -¿Nos vamos?
-Vámonos.
–Ella aferró con fuerza mi mano, cogió algo de dinero y las llaves y, después
de que saliéramos de casa, cerró la puerta con un portazo.
Los
seis íbamos hablando por la calle, siendo el centro de todas las miradas. Beca,
Julie y Kara hablaban entre risas un par de metros por delante de nosotros.
Louis y Tom iban mirando a cada chica que pasaba y yo sólo miraba al frente,
centrándome en el movimiento de caderas de Beca al andar.
-Tío,
que se te van los ojos. –Louis me dio una colleja que hizo que Tom estallara en
risas.
-Tu
madre, cabrón. –Ambos reímos y las chicas nos miraron con cara extraña. -¿Ya
podemos comer? Tengo hambre.
-Sí,
pesado. –Beca entró en un restaurante y todos la seguimos con rapidez, las
mesas las ocupaban directivos de alguna empresa de alrededor y, entre toda ese
gente bien arreglada, nos sentamos nosotros, con vaqueros y deportivas. El
camarero se acercó con una sonrisa hablando en español, así que Beca fue la
encargada de organizarnos y pedir la comida para todos.
-Louis
tú lasaña. Chicas, vosotras dos pasta. Tom, a ti te he pedido pizza. Yo me he
pedido un calzone y a ti Harry, he dicho que envenenen tu comida.
-No
podrías vivir sin mí.
-Eso
es lo que tú te crees, idiota. –La miré poniendo cara de indignado y ella negó
con la cabeza divertida.
-Ya
no me quieres, Beca.
-¿Quién
ha dicho que alguna vez lo haya hecho?
-Eso
me ha dolido. –Toda la mesa estalló en una carcajada menos yo, que seguía
mirando fijamente a Beca con semblante serio.
-Mira
que eres tonto. –Me acercó a ella con un suave movimiento de brazos y depositó
un beso en mis labios.
-Qué
asco dais. –Tom puso cara de asco y Louis asintió con la cabeza dándole la
razón. Yo volví a acercarme a Beca y besé una vez más sus labios. -¡Iros a un
motel! –Y, una vez más, toda la mesa
estalló en risas.
La
verdad es que acabamos de comer antes de lo que me esperaba, no tardamos ni dos
horas en abandonar el restaurante y volver a casa de Beca. Tom y Louis se
sentaron el sofá y empezaron a jugar con sus móviles, mientras Kara y Julie se
sentaron en el suelo y pusieron una película romántica. Sí, de esas que son un
peñazo.
-¿Te
vienes a dormir conmigo? –Apoyé la cabeza en el hombro de Beca susurrándole al
oído.
-Me
quedo con ellas, que no tengo sueño. Descansa, luego te llamo para que te
duches. –Asentí y besó mi mejilla. Me tumbé en su cama, intentando descansar
del día que llevaba, me quité la camiseta y acabé durmiéndome.
Me
desperté al escuchar la risa de Beca detrás de mí y, abrí los ojos y me
desperecé en la cama, dándome la vuelta para mirarla. -¿Qué pasa? –Ella soltó
una carcajada y me levantó de la cama para acercarme al espejo que presidía la
habitación. -¿Pero qué cojones…?
Mi
espalda estaba completamente escrita, de arriba abajo, y se entendía a la
perfección un ‘He is mine, bitch’. La miré sonriendo y girando con gracia el
rotulador entre sus dedos. Yo me puse la camiseta y me acerqué a ella mostrando
una sonrisa que la dejó blanca.
-Harry,
cariño. Era broma. –Sonrió débilmente pero yo me abalancé contra ella,
tirándonos a los dos en la cama y arrebatándole el rotulador. –Vamos, para. Es
broma. Se te va a ir en un par de horas, por favor, Harry. –Le quité la
camiseta a regañadientes y abrí el rotulador acercando la punta a su barriga.
Empecé a escribir con delicadeza sobre su estómago mientras sentía como débiles
escalofríos recorrían su cuerpo.
-Terminado.
–Sonreí con superioridad y besé sus labios. Ella se levantó de un salto y se
acercó al espejo.
-‘She
is mine’. –Sonrío y se dio la vuelta para mirarme.
-Siempre,
pequeña. –Se abalanzó sobre mí y empezó a besarme mientras repetía el ‘siempre’
en mis labios.
OOOOOHHH AHSBVSHPQKSBDUWÑ QUE BONITOOO!!!! SIGUIENTE YA!!!!PD: UNA DE TUS MAFIOSAS(YA APENAS HABLAMOS :(((( )
ResponderEliminarASDFGHJKLÑASDFGHJKLÑASDFGHJKLÑASDFGHJLKÑSADFGHJLKÑASDFGHJKLÑASDFGHJLÑ Mis comentarios son muy repetitivos pero dame tu imaginación!! Amo tu fic! :)
ResponderEliminar:')
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