sábado, 11 de mayo de 2013

CAPÍTULO 65.


Bueno, después de una semana sin escribir absolutamente nada, aquí traigo nuevo capítulo, espero que os guste y, no os preocupéis si es corto, prometo hacer el siguiente algo más largo.



Mi casa era un verdadero caos, el salón estaba completamente patas arriba, con las latas de coca-cola y los platos de la comida sobre la mesa, bufé. Gemma no había tenido tiempo en toda la tarde para limpiarlo, claro, sería más importante tocarse las narices.
Mi hermana estaba encerrada en su cuarto, sin dirigirme la palabra, y, la verdad es que, después de ver como estaba la casa, no me apetecía mucho hablar, porque sabía que acabaríamos discutiendo de nuevo, y no tenía ganas de entrar en una pelea con alguien tan cabezota como ella.
En el suelo de mi cuarto seguía la carcasa de mi móvil, al igual que la pantalla. Suspiré, sabiendo que no tendría solución. Ya me compraría un móvil nuevo mañana. Me resigné y encendí el ordenador, esperando encontrar alguna buena noticia.
Twitter. Me recorrí las novedades, buscando algo que me alegrara el día, pero no vi nada. Suspiré y decidí dejarlo abierto mientras me iba a preparar la cena. Una pizza congelada, una cena saludable.
Volví a mi cuarto y centré la atención de nuevo en el ordenador.
“¿Cómo puedes echar de menos a una persona a la que has visto hace unas horas?”
Suspiré y decidí escribir un nuevo tweet. Necesitaba que supiera que tenerla tan lejos me mataba.
“Vuelve, sólo pido eso.”
Que simple Harry. Bufé, esperando una respuesta, un tweet que me dijera que lo había leído, algo, una simple gilipollez. Pero nada.
El reloj del horno me distrajo y me levanté a por mi cena. Encendí la televisión cuando acabé de cenar, me tumbé en la cama y alejé mis pensamientos de Beca, a sabiendas de que hoy volvería a ser la protagonista de mis sueños y que mañana sólo pensaría en ella. Como hoy. Después de unos veinte minutos mirando la televisión sin prestar atención, cerré los ojos y me dormí.
-Harry, despierta, llegas tarde a clase.
-Voy, Gemma.
-Tienes un móvil nuevo en el salón, la próxima vez no seas tan bestia. –Ella revolvió mi pelo y rió. –Nos  vemos luego. –Escuché como cerraba la puerta de mi cuarto y me estiré en mi cama, suspirando con fuerza. Alisé las sábanas con la mano y fui al baño a lavarme la cara. Otra noche sin dormir.
“Joder Harry, esto no puede seguir así, era una chica. Una chica. ¿Qué narices tenía de especial?”
La sonrisa que se dibujó en mi cara cuando pensé en ella me dio la respuesta. Resoplé, su hermana tenía razón, estaba jodidamente enamorado de ella.
Cogí el móvil nuevo, la tarjeta de memoria y lo metí todo en la mochila que me coloqué en el hombro y salí de mi casa con prisa, intentando no llegar tarde a clase.
Todos hablaban y reían alrededor de mi mesa, Louis fue el primero en notar mi presencia y me abrazó con fuerza. Julie hizo lo mismo y Kara besó mi mejilla con dulzura. Me sentía mal por ella, estaba saliendo con ella pero ni si quiera estaba enamorado de ella. Sonreí y me uní a la conversación.
-¿Qué os parece entonces si hacemos eso?
-¿Hacer el qué? –Todos me miraron y me sonrieron. Me explicaron con detalles el plan que traían entre manos y yo me quedé pensando ante la atenta mirada de todos. –Vale, hagámoslo. –Todos rieron con fuerza y Tom y Josh chocaron sus manos, mientras Julie y Kara se abrazaban efusivamente.
-Harry, ¿podemos hablar? –Kara me sonrió apartándome del grupo y se sentó en una mesa en la otra esquina. Yo la miraba intrigado mientras ella enrollaba un mechón de su pelo en su dedo, después de unos segundos en completo silencio, ella carraspeó y finalmente se decidió a hablar. –Harry… he, he conocido a otra persona.
-Yo también he conocido a muchas personas, no es una novedad, Kara. –Ella negó con la cabeza y me sonrió.
-No me refería a eso, Harry.
-¿Y a qué te referías entonces?
 -Pues… -Su silencio delató que la noticia que iba a soltar no era buena. Me senté en la mesa, aún con la mirada fija en ella mientras ella resoplaba y retomaba la conversación. -¿Te acuerdas del chico que vimos a la salida del cine que preguntó por Beca? –Asentí. –Pues me lo encontré un par de días después y me invitó a tomar una copa  y… -Tragué saliva. No sabía cómo sentirme, una parte de mí estaba aliviada, pensando que al menos la ruptura, si es que lo podía llamar así, iba a ser sencilla. Pero, otra parte de mí, estaba cabreada, joder, mi novia me acababa de decir que me estaba poniendo los cuernos, quisiera o no, eso me jodía. Sonreí y la miré a los ojos.
-No, no, no quiero detalles. Tranquila. –La abracé y ella me miró sorprendida.
-¿No te molestas?
-Eh, no pasa nada. ¿Amigos? –Ella asintió y saltó a mis brazos mientras reía con fuerza.  –Venga, anda, volvamos con los demás, hay muchas cosas que planear. –Ella asintió y volvimos con el grupo, que seguían retocando algunos detalles sueltos que quedaban por aclarar.

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