martes, 28 de mayo de 2013

CAPÍTULO 74




Me senté en la cama como si fuera un indio, pero con cuidado de no moverlo mucho de la posición en la que estaba, y empecé a hablar de cosas sin sentido con Niall, como si él me escuchara; hasta que la puerta de la habitación se abrió desviando mi atención. Julie se acercó a la cama donde estaba sentada y me abrazó, dejando un par de suspiros en mi cuello.
-¿Qué ha dicho el médico?
-Traumatismo craneoencefálico. Se cayó por las escaleras. –Julie suspiró y se sentó a mi lado.
-Tan torpe como siempre, Niall.
-Ya se lo he dicho yo. –Sonreímos amargamente y ella agarró mi mano. –Julie, cambiemos de tema, cuéntanos a tu hermano y a mí que tal con mi primo.
-Qué vergüenza hablar de esto con mi hermano delante.
-Idiota. -Empezó a contarme como lo llevaba con mi primo y, por lo que decía, parecía que le iba todo bastante bien, vendría este fin de semana a Londres a vernos. Genial, había escogido una buena fecha para hacer una visita. A pesar de todo, estaba feliz por ella. De nuevo la puerta desvió mi atención de Julie y una chica rubia apareció en la habitación. La recordaba. Del día que rompí con Niall. Se me encogió el estómago al verla aparecer, pero la sensación despareció casi al instante. Ella se acercó a la cama, ignorando la presencia de Julie y mía y acarició con suavidad la cara de Niall.
-¿Sabéis algo nuevo? –Julie y yo negamos con rapidez al unísono y ella se apoyó en la pared. –Soy Cris. Cristine, pero me llaman Cris.
-Julie.
-Beca.
-Te recuerdo. Eres la que le tiró el chocolate caliente encima. –Me sonrojé asintiendo mientras Julie se controlaba la risa.
-Fue un ataque de rabia, perdón por la escena.
-Yo… No sabía que tenía novia. Lo siento mucho. –Negué con la cabeza y sonreí.
-No importa. –La miré a los ojos y los tenía hinchados y llorosos, a punto de estallar en lágrimas, mientras miraba con preocupación a Niall. Se le notaba que le gustaba bastante. Quizá ella sea la chica que él siempre ha buscado. –Cris, ¿qué pasó? Quiero decir… ¿cómo se cayó?
-Estábamos haciendo el tonto en el piso de arriba y él empezó a hacer el idiota en las escaleras, se resbaló y cayó. Cuando estaba en el suelo pensaba que estaba bromeando, pero cuando vi que no se movía. –Sollozó. –Llamé corriendo a una ambulancia y ya aquí el médico llamó a su hermana. Y hasta hoy. –Se sentó en el suelo, apoyando la cabeza en la pared y rompió a llorar.
-Tranquila, no le pasará nada. –Julie se acercó a ella y yo la seguí. Ambas nos sentamos a su lado y la consolamos como podíamos, aunque inconscientemente nos consolábamos a nosotras mismas.
-Beca. –Miré a la puerta y vi como Harry me miraba desde la puerta, intentando fingir una sonrisa. Me levanté del suelo y fui a abrazarlo. Yo lo estaba pasando mal, pero él también. Joder, su mejor amigo estaba en coma y yo aquí, llorando como una imbécil, haciendo como si sólo me importara a mí. Harry me estrechó en sus brazos y lo escuché sollozar a pocos centímetros de mi oído, haciendo que se me pusieran los pelos de punta. Nunca lo había visto tan mal y no quería verlo así mucho tiempo. Agarré su mano y lo saqué de la habitación, sentándome con él en el pasillo.
-¿Estás bien? –Apreté su mano y él sólo agachó la cabeza para volver a dejar caer un par de lágrimas por su rostro. Me destrozaba verlo llorar. Lo abracé, apretándolo con fuerza, y él hacía lo mismo conmigo. Poco a poco se fue tranquilizando, hasta que dejó de llorar y lo único que hacía era acunarme con parsimonia en sus brazos.
Después de más de media hora en un silencio solamente roto por los suspiros de unos o de otros o por los pasos de alguna enfermera que recorría el pasillo acelerada, Julie salió de la habitación con Cris de la mano. Una enfermera se acercó para decirnos que la hora de visitas había terminado, pero que uno podía quedarse a pasar la noche con él. Julie fue la primera en ofrecerse y todos accedimos.
La vuelta a casa fue larga, Harry apretaba mi mano mientras que con la otra conducía. Nos mirábamos de vez en cuando y, cada vez que parábamos por alguna razón, me acercaba a él para besarle. Cuando por fin llegamos al piso de Harry me fui directa a la cama, mientras Harry entraba a ducharse. Estaba destrozada y sólo quería dormir, así que me desnudé, me puse una de sus camisetas y me metí en la cama cerrando los ojos.
-Beca…
-Hmm... –Me giré hacía Harry y vi su sonrisa en mitad de la oscuridad. Me recosté en la cama, aún con los ojos cerrados por el sueño.
-Gracias.
-¿Por?
-Por cambiarme, por ser como eres, por apoyarme. –Abrí los ojos poco a poco, centrándolos en los suyos. –Por quererme.
-Gracias a ti por todo eso. –Él me acercó aún más a su cuerpo y me besó con dulzura mientras yo enredaba mis dedos en sus rizos y él apretaba con fuerza mi cintura, haciendo que los centímetros que nos separaban se convirtieran en milímetros.

1 comentario:

  1. ¿COMO PUEDES ESCRIBIR ASI?VAS PARA ESCRITORA EHHHHH!!!!! JAJAJAJA SIGUIENTE QUE ME ENCANTA TU NOVELA

    ResponderEliminar