Llegué a mi casa y escuché como la
música de Adele sonaba al fondo del pasillo. Me acerqué al cuarto de mi hermana
y la saludé con una sonrisa. Ella bajó la música y se sentó en la cama con
intención de hablar conmigo.
-Deberías ir a ver a papá y mamá.
Los chicos te echan de menos. –Me recosté en la puerta mientras la miraba sin
prestar atención a lo que estaba diciendo. –Harry, hazme caso.
-Gemma, paso. –Salí de su cuarto y
me encerré en el mío, con el móvil pegado a mi estómago.
Las horas pasaban lentas,
aburridas, y sin recibir señales de vida de Beca; me desesperaba, esperando una
llamada que se estaba haciendo de rogar. Al final decidí marcar el móvil de
Louis por si sabía algo de ella. Di un par de tonos y, cuando por fin lo cogió,
la respuesta fue la que esperaba. No sabía nada de ella, estaba igual que yo.
Resoplé, dándole las gracias, por nada, y llamé a Julie. La misma respuesta, a
diferencia de que ella se pasó un buen rato diciéndome lo mal que había tratado
a su hermano.
¿Qué querías Julie? ¿Qué le
abrazara y le diera las gracias? Claro, “gracias Niall, has hecho que la única
chica de la que me he enamorado esté a miles de kilómetros de mí y,
probablemente, esté llorando por ti”. Maldito gilipollas. Y muy poco le he
hecho para lo mucho que se merece. Colgué tras escuchar el sermón de Julie y
probé esta vez con Kara, aunque esta ni si quiera me cogió el teléfono.
Mi último recurso era llamar a su
casa y esperar a que Vicky me diera buenas noticias. Un toque, dos, tres, hasta
que por fin me lo cogió una voz desconocida para mí.
-Hola, buenas noches, ¿está Vicky?
-Sí, ¿quién es?
-Un compañero de Beca.
-Claro, un segundo. –Escuché como
la mujer llamaba a Vicky y esta contestaba a regañadientes.
-¿Harry?
-Hola Vicky. ¿Cómo estás?
-No demasiado bien, teniendo en
cuenta que mi hermana se ha ido a España hace unas cuantas horas, no preguntes
idioteces, Harry. –Sonreí, era tan borde como su hermana, y el acento español
se le notaba a bastantes leguas.
-Ya, tienes razón. ¿Sabes algo de
ella?
-¿Estás hasta las trancas no?
-¿Cómo?
-Perdón, una expresión española.
Quiero decir que estás muy enamorado, ¿no?
-Bastante. –Me tumbé en la cama y
la escuché suspirar en el auricular.
-Ella también te quería, pero
tenía que irse. Si se quedaba aquí no iba a estar bien.
-Lo entiendo, lo que no entiendo
es porque todo tan precipitado.
-Tendría que haberse ido antes o
después, si no hubiera tomado esa decisión la habrías perdido a final de este
mes.
-¿Cómo?
-A final de mes vuelvo a España
con mi padre. No creo que volvamos a Londres y, por tanto, ella tampoco lo hará.
–Todo a mí alrededor se volvió negro, se derrumbó el mundo a mis pies, no podía
ser cierto lo que estaba diciendo.
No, me negaba a aceptarlo. Maldita
sea, no. ¿Todo esto quería decir que no volvería a ver sus ojos marrones, su arruga de la nariz
a la hora de reírse? ¿No volvería a ver como se toca el pelo en clase porque no
se entera de lo que explica el profesor, ni volvería a ver su forma de mover
los brazos en la pista de baile para llamar la atención de sus amigas? Me
despedí de Vicky y colgué el teléfono, estrellándolo contra la pared.
Salí de mi casa cerrando la puerta
con un fuerte portazo y arranqué la moto perdiéndome por las calles de Londres,
las lágrimas nublaban mi visión. Quién lo imaginaría, Harry Styles, llorando
por una chica. Resoplé y le di más gas a la moto acelerándola al máximo. Veinte
minutos después llegué al lugar de destino. Aparqué la moto y me bajé de un
salto.
Andaba por el estrecho camino
buscando por todos lados lo que me interesaba. Cuando por fin llegué, me senté
en el suelo y miré al frente.
-Señora, sé que es una gilipollez
estar aquí ahora mismo y, ni siquiera creo en Dios, pero quizá usted pueda
ayudarme a recuperar a su hija. –Oh genial, parecía un gilipollas hablándole a
la tumba de su madre. Miré al cielo y recordé la vez que la acompañé y me la
presentó.
“Mira mamá este es Harry. No estoy
loca.” En ese momento sí que lo pensé, pero era su madre y para ella era muy
importante estar ahí y presentármela. Así que ¿qué podía hacer? Pues nada,
sonreí y me presenté formalmente. Reí en voz baja ante aquel recuerdo.
O cuando me pidió que me fuera a
esperarla en la moto para decirle a su madre que qué hacía con Niall y conmigo,
que le gustamos los dos. ¿Y yo que hice? Me escondí detrás de un árbol para
escucharlo todo. Esos pequeños detalles eran los que me volvían loco. A mi
mente vino todo aquel día, como después del cementerio me pidió que no dijera
nada de lo que acababa de ocurrir, que hiciéramos como si nada, que siguiéramos
como simples amigos. Amigos que estaban locos el uno por el otro, muy normal la
cosa. Miré el reloj de mi muñeca. Las ocho menos veinte. Me maldije una y mil
veces por haber roto el móvil en mi habitación, ahora quería hablar con ella y
no tenía como hacerlo.
Suspiré y me levanté del suelo, despidiéndome
de la tumba con una leve sonrisa. Volví a montarme en la moto y volví a
recorrerme la autovía de vuelta a mi casa.
Primer día sin Beca y ya era todo
una verdadera mierda.
Ahdbsksowpwiev siguiiente<3 Me encantaaa ajxnskao PD: Una de las mafiosas
ResponderEliminarPorfavor siguela, me a puesto muy triste lo que ha echo Niall.. estaba escuchando "Kiss Me" de Ed Sheeran mientras leeía, no he podido evitar llorar, llorar muuuucho jajaajaj es preciosa tu novela
ResponderEliminarLLORO
ResponderEliminarNoo porq hatenido que pasar eso? No puede ser :( seguro q lo q pasa es q esto es lo que sueña harry ¿verdad? Sino me muero enserio :'( he llorado mucho g(
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