sábado, 4 de mayo de 2013

CAPÍTULO 64



Llegué a mi casa y escuché como la música de Adele sonaba al fondo del pasillo. Me acerqué al cuarto de mi hermana y la saludé con una sonrisa. Ella bajó la música y se sentó en la cama con intención de hablar conmigo.
-Deberías ir a ver a papá y mamá. Los chicos te echan de menos. –Me recosté en la puerta mientras la miraba sin prestar atención a lo que estaba diciendo.  –Harry, hazme caso.
-Gemma, paso. –Salí de su cuarto y me encerré en el mío, con el móvil pegado a mi estómago.
Las horas pasaban lentas, aburridas, y sin recibir señales de vida de Beca; me desesperaba, esperando una llamada que se estaba haciendo de rogar. Al final decidí marcar el móvil de Louis por si sabía algo de ella. Di un par de tonos y, cuando por fin lo cogió, la respuesta fue la que esperaba. No sabía nada de ella, estaba igual que yo. Resoplé, dándole las gracias, por nada, y llamé a Julie. La misma respuesta, a diferencia de que ella se pasó un buen rato diciéndome lo mal que había tratado a su hermano.
¿Qué querías Julie? ¿Qué le abrazara y le diera las gracias? Claro, “gracias Niall, has hecho que la única chica de la que me he enamorado esté a miles de kilómetros de mí y, probablemente, esté llorando por ti”. Maldito gilipollas. Y muy poco le he hecho para lo mucho que se merece. Colgué tras escuchar el sermón de Julie y probé esta vez con Kara, aunque esta ni si quiera me cogió el teléfono.
Mi último recurso era llamar a su casa y esperar a que Vicky me diera buenas noticias. Un toque, dos, tres, hasta que por fin me lo cogió una voz desconocida para mí.
-Hola, buenas noches, ¿está Vicky?
-Sí, ¿quién es?
-Un compañero de Beca.
-Claro, un segundo. –Escuché como la mujer llamaba a Vicky y esta contestaba a regañadientes.
-¿Harry?
-Hola Vicky. ¿Cómo estás?
-No demasiado bien, teniendo en cuenta que mi hermana se ha ido a España hace unas cuantas horas, no preguntes idioteces, Harry. –Sonreí, era tan borde como su hermana, y el acento español se le notaba a bastantes leguas.
-Ya, tienes razón. ¿Sabes algo de ella?
-¿Estás hasta las trancas no?
-¿Cómo?
-Perdón, una expresión española. Quiero decir que estás muy enamorado, ¿no?
-Bastante. –Me tumbé en la cama y la escuché suspirar en el auricular.
-Ella también te quería, pero tenía que irse. Si se quedaba aquí no iba a estar bien.
-Lo entiendo, lo que no entiendo es porque todo tan precipitado.
-Tendría que haberse ido antes o después, si no hubiera tomado esa decisión la habrías perdido a final de este mes.
-¿Cómo?
-A final de mes vuelvo a España con mi padre. No creo que volvamos a Londres y, por tanto, ella tampoco lo hará. –Todo a mí alrededor se volvió negro, se derrumbó el mundo a mis pies, no podía ser cierto lo que estaba diciendo.
No, me negaba a aceptarlo. Maldita sea, no. ¿Todo esto quería decir que no volvería a  ver sus ojos marrones, su arruga de la nariz a la hora de reírse? ¿No volvería a ver como se toca el pelo en clase porque no se entera de lo que explica el profesor, ni volvería a ver su forma de mover los brazos en la pista de baile para llamar la atención de sus amigas? Me despedí de Vicky y colgué el teléfono, estrellándolo contra la pared.
Salí de mi casa cerrando la puerta con un fuerte portazo y arranqué la moto perdiéndome por las calles de Londres, las lágrimas nublaban mi visión. Quién lo imaginaría, Harry Styles, llorando por una chica. Resoplé y le di más gas a la moto acelerándola al máximo. Veinte minutos después llegué al lugar de destino. Aparqué la moto y me bajé de un salto.
Andaba por el estrecho camino buscando por todos lados lo que me interesaba. Cuando por fin llegué, me senté en el suelo y miré al frente.
-Señora, sé que es una gilipollez estar aquí ahora mismo y, ni siquiera creo en Dios, pero quizá usted pueda ayudarme a recuperar a su hija. –Oh genial, parecía un gilipollas hablándole a la tumba de su madre. Miré al cielo y recordé la vez que la acompañé y me la presentó.
“Mira mamá este es Harry. No estoy loca.” En ese momento sí que lo pensé, pero era su madre y para ella era muy importante estar ahí y presentármela. Así que ¿qué podía hacer? Pues nada, sonreí y me presenté formalmente. Reí en voz baja ante aquel recuerdo.
O cuando me pidió que me fuera a esperarla en la moto para decirle a su madre que qué hacía con Niall y conmigo, que le gustamos los dos. ¿Y yo que hice? Me escondí detrás de un árbol para escucharlo todo. Esos pequeños detalles eran los que me volvían loco. A mi mente vino todo aquel día, como después del cementerio me pidió que no dijera nada de lo que acababa de ocurrir, que hiciéramos como si nada, que siguiéramos como simples amigos. Amigos que estaban locos el uno por el otro, muy normal la cosa. Miré el reloj de mi muñeca. Las ocho menos veinte. Me maldije una y mil veces por haber roto el móvil en mi habitación, ahora quería hablar con ella y no tenía como hacerlo.
Suspiré y me levanté del suelo, despidiéndome de la tumba con una leve sonrisa. Volví a montarme en la moto y volví a recorrerme la autovía de vuelta a mi casa. 

Primer día sin Beca y ya era todo una verdadera mierda.

4 comentarios:

  1. Ahdbsksowpwiev siguiiente<3 Me encantaaa ajxnskao PD: Una de las mafiosas

    ResponderEliminar
  2. Porfavor siguela, me a puesto muy triste lo que ha echo Niall.. estaba escuchando "Kiss Me" de Ed Sheeran mientras leeía, no he podido evitar llorar, llorar muuuucho jajaajaj es preciosa tu novela

    ResponderEliminar
  3. Noo porq hatenido que pasar eso? No puede ser :( seguro q lo q pasa es q esto es lo que sueña harry ¿verdad? Sino me muero enserio :'( he llorado mucho g(

    ResponderEliminar