Necesitaba correr detrás de él. Decirle que era mentira, que
estaba loca por él desde que vi sus ojos azules, pero no podía. Ahora estaba
con Harry, él me hacía feliz, me complementaba. No necesitaba a nadie más.
Suspiré. Ya no podía seguir concentrándome en el estudio. Así que recogí mi
cuarto y me salí al balcón a leer. En los bloques vecinos se iban encendiendo
cada vez más luces y la temperatura iba bajando por momentos.
Sentí como alguien me ponía una manta por encima y, acto
seguido, mi hermana se sentaba a mi lado en nuestro pequeño balancín. No dije palabra,
pero ella lo entendía todo. Así que lo único que hizo fue abrazarme con fuerza.
Eso era justo lo que necesitaba. Una canción de Maroon 5 me sobresaltó y saqué
el móvil de mi sudadera.
-¿Estás ocupada, pequeña? –Escuché su dulce voz al otro lado
del auricular e instantáneamente sonreí.
-No, estaba con mi hermana.
¿Pasa algo?
-Sólo quería saber si podíamos hablar. En persona me refiero.
–Esto me olía muy mal. Suspiré resignada y me levanté del balancín.
-¿Dónde quedamos?
-En la puerta del instituto. Yo ya estoy aquí. –Asentí y
colgué el teléfono. Miré a mi hermana y negué con la cabeza. Me arreglé el pelo
como pude y salí de mi casa con cierta rapidez.
En menos de cinco minutos estaba en la esquina de mi
colegio. Su figura estaba débilmente iluminada por una farola, estaba apoyado
sobre las rejas de la puerta y tenía la mirada fija en el suelo. Suspiré y
aceleré el paso. Cuando escuchó mis pisadas levantó la vista y me sonrió.
-¿Qué tenías que decirme? –Estaba nerviosa, demasiado, y era
perceptible por mi alterada respiración. No podía mantener la mirada fija en
él. Esa llamada, esas ganas de hablar en persona en mitad de la noche. Mi sexto
sentido decía que todo iba mal. Y yo lo único que quería hacer era llorar.
-Beca, yo… -Fue en ese momento en el que le vi dudar en el
que supe que tenía que contarle todo lo que había pasado con Niall desde el
principio.
-Espera Harry. Antes tengo que decirte yo una cosa. –Y las
palabras empezaron a salir a trompicones de mi boca. Se mezclaban entre algunos
suspiros, pero le conté todo. Desde la electricidad que me provocaba con un
simple roce, hasta la conversación que
habíamos tenido hacía un par de horas. Cuando acabé me atreví a mirarle a la
cara, mientras él me miraba serio. Su boca se cerraba en una perfecta línea
recta. Bajé de nuevo la vista hasta mis converse y resoplé. Él me levantó la
cara y suspiró.
-Beca, hoy ha venido una amiga de mi hermano. No sé cómo ha
pasado, pero… hemos estado hablando, haciendo bromas y al final la he
besado. No sé porqué lo he hecho, pero
tenía la necesidad de hacerlo. ¿Qué te parece si nos damos un tiempo para…?
-Para aclarar ideas. –Él asintió y yo respiré hondo,
parpadeando un par de veces para evitar derramar lágrimas.
-Te quiero, Beca.
-Te quiero, Harry. –Besé su mejilla y me fui por el mismo
camino que había recorrido hacía un par de minutos, dejando que todas las
lágrimas acumuladas se derramaran por mis mejillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario