miércoles, 27 de febrero de 2013

CAPÍTULO 16


Necesitaba correr detrás de él. Decirle que era mentira, que estaba loca por él desde que vi sus ojos azules, pero no podía. Ahora estaba con Harry, él me hacía feliz, me complementaba. No necesitaba a nadie más. Suspiré. Ya no podía seguir concentrándome en el estudio. Así que recogí mi cuarto y me salí al balcón a leer. En los bloques vecinos se iban encendiendo cada vez más luces y la temperatura iba bajando por momentos.
Sentí como alguien me ponía una manta por encima y, acto seguido, mi hermana se sentaba a mi lado en nuestro pequeño balancín. No dije palabra, pero ella lo entendía todo. Así que lo único que hizo fue abrazarme con fuerza. Eso era justo lo que necesitaba. Una canción de Maroon 5 me sobresaltó y saqué el móvil de mi sudadera.
-¿Estás ocupada, pequeña? –Escuché su dulce voz al otro lado del auricular e instantáneamente sonreí.
-No, estaba con mi hermana.  ¿Pasa algo?
-Sólo quería saber si podíamos hablar. En persona me refiero. –Esto me olía muy mal. Suspiré resignada y me levanté del balancín.
-¿Dónde quedamos?
-En la puerta del instituto. Yo ya estoy aquí. –Asentí y colgué el teléfono. Miré a mi hermana y negué con la cabeza. Me arreglé el pelo como pude y salí de mi casa con cierta rapidez.
En menos de cinco minutos estaba en la esquina de mi colegio. Su figura estaba débilmente iluminada por una farola, estaba apoyado sobre las rejas de la puerta y tenía la mirada fija en el suelo. Suspiré y aceleré el paso. Cuando escuchó mis pisadas levantó la vista y me sonrió.
-¿Qué tenías que decirme? –Estaba nerviosa, demasiado, y era perceptible por mi alterada respiración. No podía mantener la mirada fija en él. Esa llamada, esas ganas de hablar en persona en mitad de la noche. Mi sexto sentido decía que todo iba mal. Y yo lo único que quería hacer era llorar.
-Beca, yo… -Fue en ese momento en el que le vi dudar en el que supe que tenía que contarle todo lo que había pasado con Niall desde el principio.
-Espera Harry. Antes tengo que decirte yo una cosa. –Y las palabras empezaron a salir a trompicones de mi boca. Se mezclaban entre algunos suspiros, pero le conté todo. Desde la electricidad que me provocaba con un simple roce, hasta  la conversación que habíamos tenido hacía un par de horas. Cuando acabé me atreví a mirarle a la cara, mientras él me miraba serio. Su boca se cerraba en una perfecta línea recta. Bajé de nuevo la vista hasta mis converse y resoplé. Él me levantó la cara y suspiró.
-Beca, hoy ha venido una amiga de mi hermano. No sé cómo ha pasado, pero… hemos estado hablando, haciendo bromas y al final la he besado.  No sé porqué lo he hecho, pero tenía la necesidad de hacerlo. ¿Qué te parece si nos damos un tiempo para…?
-Para aclarar ideas. –Él asintió y yo respiré hondo, parpadeando un par de veces para evitar derramar lágrimas.
-Te quiero, Beca.
-Te quiero, Harry. –Besé su mejilla y me fui por el mismo camino que había recorrido hacía un par de minutos, dejando que todas las lágrimas acumuladas se derramaran por mis mejillas.

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