Cinco minutos más. Me revolví en
la cama ante el irritante pitido del despertador y tapé mi cabeza con las
sábanas.
-Beca, tenemos que ir a clase.
Despierta. –Era su voz ronca la que perforaba mi tímpano. Me incorporé y lo vi
sonriendo a pocos metros de mí. –Buenos días.
-¿No podemos saltarnos las clases
y quedarnos aquí, en la camita? –Puse carita de cachorrito y él sonrió.
-No hay nada que me apetezca más
que eso. –Le cogí de la camiseta acercándolo a mí y, cuando estaba a pocos centímetros,
un nuevo pitido hizo que Harry se desvaneciera.
Abrí los ojos de golpe y miré el
despertador. Todo había sido un sueño. Salí de mi cama con las mismas ganas que
siempre y, repetí, el mismo proceso de siempre. Llevaba una sonrisa dibujada en
la cara, pero no sabía por qué. Salí del edificio y anduve los pocos metros que
había hasta llegar a nuestro punto de encuentro. Me senté en el bordillo
esperando a Julie, que apareció con Josh, Tom y Chris al final de la calle. Me
levanté y los saludé uno a uno. Julie se había enterado de lo de Will por la
noche, cuando le mandé un mensaje diciéndoselo y se le notaba que estaba seria,
pero aún así, seguía con ese punto humorístico que siempre tenía
-¿Te duele mucho el labio? –Julie
rozó la herida y yo gruñí. –Sí, sí que te duele. Lo siento.
-No importa, venga, que vamos
tarde. –Llegamos a clase cuando el profesor ya estaba pasando lista. Niall me
sonrió y yo le correspondí con otra sonrisa. Pero mi mirada se desvió al sitio
que había junto a Kara. Era el segundo día que faltaba Harry.
Resoplé intentando prestar algo
de atención en clase, pero me fue casi imposible. Me pasé las seis horas
haciendo garabatos en un trozo de libreta y recibiendo miradas de odio por
parte de Rachel, a segunda hora decidí ignorarla, pero entonces ella atacó
haciendo que todas sus amigas me miraran con demasiada rabia contenida. ¿Yo?
Bueno, yo seguía dibujando cosas sin sentido en mi papel de libreta. Ni si
quiera había sido consciente de lo rápido que habían ido transcurriendo las
horas. Cuando por fin sonó el timbre, me levanté de mi sitio y salí al patio
acompañada de Tom y Julie. Mi hermana reía en la puerta con una amiga y un par
de chicos. Sonreí. Estaba ligando con ellos, sí. La llamé con el brazo y ella
se despidió de sus amigos mientras yo hacía lo mismo con los míos.
-¿Quiénes eran esos dos chicos?
–Golpeé mi brazo con el suyo y el rubor subió a sus mejillas.
-El rubio se llama Adam, el
moreno, David.
-¿Cuál de los dos es?
-David. –Se ruborizó aún más y yo
sonreí. Era bastante guapo. Mi abuela
nos recibió con una sonrisa enorme en la puerta de la casa, a la cual,
correspondimos con otra más. Comimos escuchando a mis abuelos contarnos como
habían pasado la mañana y, cuando acabamos, Vicky empezó a fregar los platos
mientras yo me tumbaba en el sofá y cerraba los ojos para descansar. Cuando
terminé de dormir, encendí la televisión para ponerme a ver algo interesante,
pero no había nada así que me decanté por ver vídeos en Youtube durante toda la
tarde hasta la hora de la cena, cuando mi hermana puso una película poco
interesante. Fui la primera en irse a la cama, y, de nuevo, soñé con Harry.
El resto de la semana fue una
maldita repetición del resto de los días hasta que llegó el viernes. Harry
había faltado a clase toda la semana y, empezaba a preocuparme, a diferencia de
mis amigos. Cuando salimos al recreo escuché los planes de Julie de ir al cine
el sábado y me apunté en el momento. Kara aceptó también y, aunque nos costó
más convencerlos, los chicos también. Acabamos decidiéndonos por una película
de acción que acababan de estrenar y que las críticas decían que era bastante
buena.
-Bien, chicos. ¿Qué os parece si
hago los grupos para los trabajos hoy? –La profesora de filosofía dejó sus
libros en la mesa y se cruzó de brazos sonriendo.
-¿No los podemos hacer nosotros? –La
voz salió de una de las chicas que ocupaban las mesas del centro de la clase y
la profesora lanzó una mirada cortante en su dirección.
-No. –Sacó una lista de su bolso
y miró a la clase. –Empiezo. La señorita
Kara Doyle irá junto a Louis Tomlinson, Nicole Clapton y Ellen Britt. Rebeca
López estará en un grupo integrado por Julie Wells, Josh Devine, April Tyler y Rachel
Jones. –Mi mirada se abrió de par en par y Rachel me miró con cara de asco.
-¿Hay alguna posibilidad de
cambiar de grupo? –La profesora miró a Rachel con una sonrisa irónica.
-Ninguna. –Ella se cruzó de
brazos resoplando mientras la profesora seguía diciendo los grupos de clase.
Sonó el timbre y todos salimos al
patio con una sonrisa en la cara, por fin viernes. Comimos con cierta rapidez
ya que mi hermana había quedado y me obligaba a ayudarla con la ropa. Al final,
acabó poniéndose una camisa blanca, unos vaqueros y unos botines marrones que
había heredado de mí.
Me dio un beso en la mejilla y salió
de mi casa a las cinco y media de la tarde. Sonreí placenteramente mientras me
tumbaba en el sofá viendo la tele. Al final, acabé durmiéndome mientras veía un
programa de cocina.
Abrí los ojos a las siete y media
de la tarde, justo cuando mi móvil resonaba a causa de un mensaje que acababa
de recibir.
“Beca,
¿sabes dónde está Harry? Estamos llamándole pero no lo coge y, su hermana, está
preocupada. Chris.”
“¿No está en su casa?
No sé nada de él, pero si me entero de algo os llamo.”
“No, no está allí. Gracias.
Es urgente.”
Me quedé parada mirando a la
ventana del salón, Harry tampoco había ido a clase hoy, ni ayer, ni antes de
ayer... Y así toda la semana. Decidí llamarlo para ver si a mí me contestaba.
Una vez. Dos veces. Tres veces.
“El
móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura, por favor, inténtelo de
nuevo más tarde.”
Resoplé, ¿dónde narices se habría
metido? De repente una fugaz idea recorrió mi cabeza. Escribí una nota a Vicky diciéndole
que volvería tarde, cogí el móvil y las llaves y salí de mi casa en dirección a
casa de Harry esperando que mi idea fuera cierta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario