[Narra Beca]
Me estiré en la cama y sonreí
girándome para chocarme con la cara de Harry. Volví a cerrar los ojos, hasta
que me di cuenta de dónde estaba. Me caí de la cama por las prisas y Harry se
desperezó mirándome con cara extraña.
-¿Estás bien? –Negué con la
cabeza buscando entre las sábanas mi ropa interior. Cuando por fin la encontré
me la puse con rapidez ante la nerviosa mirada de Harry. –Beca. –Lo ignoré y
empecé a buscar mi camiseta. –Beca. ¡Beca! –Gritó tan fuerte que hizo que me
cayera de culo sobre el frío mármol. Él rió y se levantó de la cama poniéndose
los bóxers. –Tranquilízate, ¿quieres? –Me levanté acercándome a él con gesto
enfadado.
-¿Qué me tranquilice? ¡Maldita
sea, Harry! Lo hemos hecho.
-Buena deducción.
-Imbécil.
-Echaba de menos que me llamaras
así. –Suspiré y me senté en la cama apoyando mi cabeza en su hombro. Yo le
echaba de menos a él. Harry me abrazó y yo sonreí. -¿Estás mejor?
-Sí, supongo.
-Voy a preparar el desayuno,
ahora vengo. –Me besó la frente y se marchó a la cocina. Escuché la vibración
de mi móvil en el bolsillo de la chaqueta que colgaba en un borde de la cama.
Era Vicky. Respiré hondo y descolgué el teléfono.
-¿Si?
-¡Beca! ¿Dónde estás?
-Tranquila, estoy desayunando. Me
quedé dormida en un parque. –Miré la cama y suspiré. Sí, un parque.
-¿¡En un parque?! –La escuché
reír. –Vale, le diré a la abuela que estás con Julie, pero ven pronto.
-Sí, tranquila. –Colgué y me puse
una camiseta de Harry. Me acerqué a la cocina y vi a Harry preparar un par de
cafés. Me apoyé en el marco de la puerta y tosí. –Harry… -Él me miró sonriendo
pero, al ver mi semblante serio, la sonrisa se esfumó al instante. –No me gusta
el café. –Rompí a reír y él negó con la cabeza, divertido.
-¿Leche sola? –Me encogí de
hombros y me acerqué a él cogiendo una magdalena. Nos fuimos al salón y
desayunamos en silencio.
Nuestras miradas se cruzaban de
vez en cuando, y sentía mis mejillas cada vez más rosadas. Él simplemente
sonreía.
-Te queda bastante bien mi
camiseta.
-Yo… no encuentro mi ropa. –Él empezó
a reír y se levantó del sofá. Yo lo miraba intrigada hasta que desapareció por
el final del pasillo. Di un sorbo del vaso y él apareció casi al instante con
mi ropa. -¡Gracias, ricitos!
-No me llames así, idiota. –Le saqué
la lengua y él sonrió. Me cambié de ropa bajo su atenta mirada.
-Me voy ya, nos vemos el lunes. –Él
sonrió y me acompañó hasta la puerta. Antes de salir del apartamento me paré en
seco y me di la vuelta para clavar mi mirada en la suya. Él fingía una sonrisa,
al igual que hacía yo. Resoplé y le abracé con fuerza. Él envolvió mi cintura
con sus brazos y respiró con tranquilidad en mi oído.
-Todo está bien, ¿vale?
Tranquila.
-Harry, parecerá una locura, pero
¿me acompañarías al cementerio? –Vi el asombro en su cara pero aceptó sin
rechistar. Le mandé un mensaje a mi
hermana diciéndole a donde iba y bajé al garaje de Harry para coger la moto.
Empezamos a surcar las calles,
zigzagueando entre los coches. Agarraba con fuerza la cintura de Harry y él
acariciaba con suavidad mis manos con la mano libre. Tras 20 minutos de
trayecto aparcó la moto en un pequeño espacio y bajé de un salto. Harry puso el
seguro y me siguió por las calles del cementerio.
Paré delante de una pequeña
lápida que tenía una foto de mi madre en ella. Nunca sabré porque mi padre
decidió poner una foto de ella, a mí me parecía una horterada. Me acerqué a la
lápida e hice el ritual de siempre. Me senté como un indio y sonreí.
-Mira mamá, este es Harry. –Me giré
mirándole y me encogí de hombros. –No estoy loca.
-No creo que lo estés. –Él se
sentó a mi lado y me agarró la mano. –Hola señora, encantado. –Dejé escapar un
par de lágrimas. –Eh, tranquila. Ella no querría verte así. –Me abrazó y yo me
refugié en su pecho, encontrando la tranquilidad en el sonido de su corazón.
-¿Quieres que te espere fuera? –Asentí limpiándome las lágrimas. Él se levantó,
le sonrió a la tumba de mi madre como una cordial despedida y se marchó por
donde habíamos llegado minutos antes.
-¿Qué narices hago? ¡Maldita sea!
¿Por qué no me puede gustar uno solo? No los dos. Mamá, ¿qué hago? –Resoplé.
“Oh sí genial, Rebeca. Que
normal. Hablas con una tumba esperando que te de la solución a tus malditos
problemas amorosos. Claro, que esperas ¿qué salga tu madre y te diga que con Harry
estás mejor que con Niall, o que Niall te ha hecho sentir como hace mucho no te
sentías? Claro, espera, ahora te manda Dios también a Cupido y le preguntas a
él.”
“Te quieres callar, imbécil.
Quizá hablando con mi madre encuentre una jodida solución.”
“Ah, ¿quieres una solución? ¿La
quieres? Corre a la maldita puerta del cementerio y besa con todas tus fuerzas
a Harry.”
“Claro. Todo muy lógico. ¿Y qué
coño hago con Niall?”
“Ah, ¿hablas del que te dejó
llorar sola en un baño, del que te echó en cara que no le contaras que mamá
está muerta y del que te dejó tirada en un bar para bailar con Rachel? ¿Hablas
de él?”
“No, hablo del que vino a mi casa
en mitad de la noche sólo para verme, del que me ha hecho reír tantas veces,
del que me organizó una fiesta de cumpleaños y del que, después de una
discusión, me dijo que quería besarme.”
“Si al final vas a hacer lo que
te da la gana, ¿por qué narices me preguntas que hacer? Eres insufrible.”
Resoplé levantándome del suelo,
me despedí de mi madre y empecé a andar en dirección a la puerta principal del
cementerio donde me esperaba Harry apoyado en la moto. Sonrió cuando me vio
llegar y se subió a su moto. Acto seguido yo repetí la acción.
Tras veinte minutos de carretera
y cinco minutos más entre las calles de Londres, Harry paró la moto frente a mi
casa. Me bajé de un salto, dejando el casco en el manillar de la moto. Suspiré
y miré a los ojos verdes de Harry, sabía que estaba sonriendo porque se le
marcaban los hoyuelos a pesar del casco. Intenté sonreír y lo único que me salió
fue un sollozo imperceptible.
-Harry, nada de lo de anoche
ocurrió, ¿vale? Sólo somos amigos. –Pude ver como la sonrisa de su cara
desaparecía y yo seguí hablando sin mirarle a los ojos. Sabía que si lo hacía
rompería a llorar y no podía permitírmelo. –Un desliz, un error, llámalo como
quieras, pero no debimos hacerlo. Intenta olvidarlo, como voy a hacer yo.
Recordándolo solo nos haremos daño mutuamente. Yo… Anoche no existió, ¿vale? –Resoplé
y subí las escaleras de mi casa mientras escuchaba chirriar los neumáticos de
la moto contra el asfalto. Cerré la puerta y me apoyé contra ella respirando
profundamente.
Sabía que acababa de cambiar todo entre nosotros.
Aqui la comentadora X.
ResponderEliminarAMOH A VER. QUE LA XIQUILLA HAGA TRIOS TODAS LA NOCHES Y PUNTO. NENAAAA QUE SON NIALL Y HARRY CHIQUILLAAAAAAAAA!ocno Pues que eso. Aaaaah y quiero que Louis y ella se vayan por ahi de fiesta, ni se lien ni nada, simplemente se lo pasen cojonudamente bien. Y ya esta.
UN BESO DE NUUUTRIAAAAA <3
Con X de Xoped. JAJAJAJAJAJAJAJAno
aaaaaay pobre harry. ...
ResponderEliminary pobre niall joderrr asdfgkgbrb es que me gustan los dos tanto!!
Ahxbslalwbeñ Como escribes,mafiosaaaaa abxnslals JAJAJAJAJAJA SIGUIENTE<3 PD: Una de tus mafiosas
ResponderEliminar