Bueno, lo primero, perdón por no subir ayer, pero tuve una tarde un poco rara y se me pasó subir; pero bueno, compensa porque el lunes subí dos capítulos. Así que, eso, lo siento. Aquí tenéis el capítulo 13, espero que os guste.
Fue una cena, ¿cómo decirlo?
Incómoda. Muy incómoda. Mi móvil no dejaba de vibrar a causa de los mensajes de
Harry y Zayn suspiraba cada vez que lo sentía vibrar.
-¿Vienes? –Dejé el último trozo de
pizza sobre la mesa y miré a Zayn que se había levantado de la mesa bajo la
atenta mirada de su madre. –Sólo hablaremos un rato en el jardín, ahora te
llevo a casa.
-Está bien. –Me levanté de la mesa
y seguí a Zayn por todo el salón, hasta llegar a un precioso jardín decorado
con antorchas y una pequeña piscina iluminada por un par de lámparas. Me senté
en el bordillo de la piscina y, a mi
lado, se sentó Zayn. Miré mi reflejo en el agua cristalina, vi un pequeño intento
de sonrisa en la cara de Zayn, pero se borró rápidamente.
Esperé a que él empezara la conversación,
pero no lo hacía. Simplemente jugaba con el agua de la piscina, mientras
mantenía la mirada fija en el fondo de esta.
-Bueno, ¿qué querías?
-Sé que no soy nadie para decirte lo
que tienes que hacer pero… ¿Harry? –Desvié mi mirada hasta cruzarme con la suya
y resopló. –Mereces algo mejor.
-No me has dejado terminar antes,
le dije que no. Pero… deja que me ría, Malik. ¿Algo mejor? ¿Cómo qué? ¿Tú?
–Solté una carcajada y me levanté del bordillo. –Llévame a mi casa. Ahora.
-Jenn, yo…
-Ahora. –Él se levantó suspirando y
volvimos a entrar en casa. Cogió las llaves de la moto y un par de cascos y,
tras despedirme de sus padres, salí a la calle mientras él iba al garaje a por
la moto. Era una de esas noches frías que había día sí, día también en Londres,
así que me abracé a mí misma y esperé a que saliera.
Escuché el rugir de la moto y a los
pocos segundos ya estaba enfrente de mí esperando a que me subiera, yo lo hice
con un leve movimiento y, tras colocarme el casco, aceleró y nos perdimos en la
oscuridad londinense. Cada vez que parábamos en un semáforo rojo me miraba por
el espejo retrovisor y yo apartaba la mirada con rapidez. Diez minutos después,
me estaba bajando de la moto enfrente de mi casa.
-Jenn. –Me di la vuelta enfadada y
lo miré directamente a los ojos.
-Ni
me hables, Malik.
-¿No estás con él?
-No.
-Así me gusta, Jenn. Que vigiles
tus compañías.
-¿Tú? ¿Tú eres gilipollas o quieres
llegar a serlo? Lárgate. –Levanté la mano con la intención de golpear su
mejilla pero lo único que hice fue lanzar un pequeño grito al cielo. Me senté
en la acera apoyando mi cabeza en la puerta de mi casa y él se bajó de la moto
para sentarse a mi lado. Sacó un cigarro de un paquete que tenía en el bolsillo
del pantalón y se lo puso en la boca, para encenderlo casi al segundo.
-Si apuntaras bien, serías una gran
tiradora. –Lo miré extrañada y reí al acordarme de la escena en su cuarto.
-Eso quiere decir…
-Eso quiere decir que serías una
gran tiradora, nada más. –Suspiré y le arrebaté el cigarro de la boca para dar
una calada. Se lo devolví mientras él me miraba asombrado y le dio una calada
más antes de tirarlo al suelo.
-Siento la escenita. –Zayn
simplemente sonrió y me rodeó con sus brazos.
-No importa, Jenn. Yo también lo
siento. –Sonreímos y me levanté de un salto de la acera.
-Nos vemos mañana, Malik. –Besó mi
frente, arrancó la moto y se perdió de nuevo entre las calles de Londres. Entré
en casa para encontrarme a mi padre preparando una maleta mientras mi madre
hacía algo de comer. Lo miré extrañada esperando una explicación, pero no hubo
nada.
-¡Jenn! –Mi madre me abrazó con una
sonrisa, dejándome sorda por el grito que había dado a tan poca distancia de mi
oído. –Vamos a pasar un par de días a solas.
-¿Cómo?
-Tu padre se va mañana por motivos
de trabajo a Deal. –Miré a mi padre casi en el acto y él asintió sonriendo.
Empecé a andar por el pasillo mientras mi madre seguía hablando. –No te preocupes, nosotras iremos el viernes a
pasar el fin de semana en la playa. –Oh genial. Y aguantar a los compañeros de
mi padre. Mierda. Me paré en seco y volví sobre mis pasos.
-¿El señor Malik también irá? –Mi
padre asintió y yo resoplé cabreada, volviendo a recorrer el pasillo. Tenía un
día para inventarme una excusa para no ir el fin de semana a la playa. Me
desnudé y me puse el pijama para revisar los mensajes que Harry me había estado
mandando toda la noche.
“Eh, pequeña ¿dónde estás?”
“Mañana paso de ir las tres
primeras horas, ¿vamos a desayunar?”
“Jenn. Contesta, hostia.”
Me quedé mirando el techo de la
habitación, pensando que decirle a Harry hasta que la canción de Adele me alejó
de mis pensamientos. Miré el móvil y vi como el nombre de Harry parpadeaba sin
parar en la pantalla. Me estaba agobiando de una manera impresionante.
Descolgué el teléfono y me salí al balcón, observando la oscuridad que caía en
la ciudad.
-¿Jenn?
-¿Qué quieres Harry? –Me senté en
el pequeño balancín, apoyando mi espalda en el respaldo.
-Que contestes a mis mensajes.
-No estaba disponible.
-¿Dónde estabas?
-No te interesa. Mañana voy a ir a
clase, tengo que entregar un trabajo, Harry.
-Claro, la niña buena no puede
saltarse las clases ni un día.
-Hasta mañana, Harry. –No me
apetecía discutir, y mucho menos después del día que había pasado. Resoplé y
puse el móvil a cargar antes de acostarme. Mañana era jueves. La verdad es que
se me había pasado la semana volando. Aplasté mi cara sobre la almohada y cerré
los ojos, durmiéndome a los pocos minutos.
Hola! Solo quiedo devirte que me encantan tus novelas , soy una nueva lectora de esta te lo diria por twitter pero no tengo el tuyo . Esta noveoa la.descubri un dia por asi y desde entonves no me arrepiento . Lo siento por la caligrafia
ResponderEliminarTwitter: @salwaaktoum