miércoles, 31 de julio de 2013

Capítulo 32

-Ya sabes dónde está todo, voy a darme una ducha, en cinco minutos bajo. –Asentí y miré como se quitaba la camiseta antes de subir las escaleras. Me mordí un labio y empecé a andar hasta la cocina. –Si quieres, -retrocedí cuando escuché de nuevo su voz en las escaleras –puedes ducharte conmigo, ya sabes, para ahorrar agua.
-No creo que al mundo le pase nada si no ahorramos agua. –Lo escuché reír y, cuando oí como cerraba la puerta de la habitación, entré en la cocina y, tras beber algo de agua, subí las escaleras hasta su cuarto. Como siempre la pistola sobre el escritorio. Sonreí rozándola con la yema de los dedos.
Volví a mirar a mí alrededor, observando el cuarto,  no había cambiado nada desde la última vez que estuve ahí; ni un póster en sus inmaculadas paredes, todos los libros perfectamente ordenados en las estanterías… Me acerqué al marco de la puerta y rocé el agujero que yo había hecho hace algo más de un mes con aquel disparo. Sonreí. Salí de su cuarto dirigiéndome al baño, pasando por la habitación de sus padres, cualquiera que la viera diría que viven personas normales, si supieran la verdad se acojonarían y no volverían aquí. Me quedé mirando la puerta del baño y me senté en la cama.
“Entra vamos, quieres entrar.” Sonreí, levantándome de la cama. Pero una nueva voz sonó en mi cabeza. “No, ¿eres idiota? Recuerda a esa pelirroja y a todas las tías con las que se habrá acostado desde entonces.” Una punzada en el estómago. “Seguro que se las tiraba en el baño, en esa ducha”. Otra punzada. “Y en la cama en la que vas a dormir hoy”.
Suspiré levantándome de allí y volví a su cuarto. Me tumbé en la cama enterrando mi cabeza en su almohada y dejé escapar un par de gritos. ¿Por qué la que siempre acaba sufriendo soy yo? ¿Tan mala he sido en la otra vida? Sentí como una mano se paseaba con parsimonia por mi espalda causándome escalofríos.
-¿Tienes hambre? –Gruñí una afirmación y escuché una pequeña risa. –Ven, te voy a preparar algo. –Me cogió en brazos bajándome a la cocina y me sentó en la encimera.
-Sabes, puedo andar sola. -Abrió la nevera sacando millones de frutas ignorándome por completo y empezó a buscar algo dentro del frigorífico.
-¿Dónde cojones habrá puesto mi madre las manzanas? –Miré a mi derecha y me reí cogiendo un par de manzanas.
-Zayn… -Se dio la vuelta y sonreí enseñándole la manzana. -¿Buscas esto?
-¿Quieres jugar, preciosa? –Reí y él se acercó a donde yo estaba, rodeándome con sus brazos.
-Suéltame, Malik. –Seguí riendo mientras esquivaba sus brazos impidiéndole alcanzar la fruta.
-Dámela. –Negué con la cabeza haciendo que nuestras narices se rozaran y dejó de moverse para clavar sus ojos en los míos. Un pequeño suspiro salió de su boca, acto seguido dio un paso atrás separándose de mí.
-¿Qué pasa?
-Nada. –Me arrebató la manzana de las manos y la cortó en trozos para después meterla en la batidora con el resto de las frutas. Añadió un poco de leche y la encendió, haciendo que la cocina entera se inundara por ese irritante sonido. Me quedé mirándolo desde la encimera, analizando cada uno de sus movimientos.
En un segundo parecía que todo había cambiado, no articulábamos ni una palabra, ni si quiera nos esforzábamos por empezar a hablar de algo. Volvíamos a “Zayn Malik y sus jodidos cambios de humor”. Cuando el irritante ruido de la batidora cesó, Zayn cogió un par de vasos y sirvió en ellos la mezcla que había hecho con la fruta. Me acercó una y volvió a dónde había estado minutos antes. Miré el “batido”, por llamarlo de alguna forma, y puse cara de asco.
-No creo que deba tomar esto.
-Bebe.
-Zayn, yo…
-Bebe. –Farfullé un par de insultos y empecé a beber con desgana. Estaba asqueroso; se mezclaban los sabores de las fresas con las manzanas y de la naranja. Era lo más repugnante que había probado nunca. Volví a poner cara de asco mientras veía como él se llenaba un segundo vaso y se lo bebía en medio segundo. ¿Cómo lo aguantaba?
Negué con la cabeza cuando vi como él levantó un vaso, ofreciéndome más. Se encogió de hombros, dejó los vasos en el fregadero y salió de la cocina. Escuché como encendía la televisión y ponía un programa de economía, que rápidamente fue cambiado a uno de deportes. Me quedé mirando la nevera, analizando cada detalle de la situación.
¿Qué narices había pasado para que de un momento a otro Zayn hubiera empezado a actuar como un completo gilipollas? “Ten en cuenta que él siempre es gilipollas.” Gracias cerebro, ese tipo de información no era necesaria. Me bajé de la encimera y eché a andar en dirección a Zayn. Me puse delante de la pantalla, impidiéndole la visión y me crucé de brazos, esperando una explicación por su comportamiento pero, ¿de verdad esperaba obtener algo? Se quedó impasible, mirándome, sin mover un músculo de su cuerpo. Aunque yo tampoco iba a ceder, no pensaba apartarme de mi sitio hasta que él no me dijera nada.
Se levantó, cuando se dio cuenta de que no me iba a mover, y se acercó a mí con paso decidido; cada paso que él daba provocaba sacudidas en mi cuerpo. Aún tenía la mirada fija en él cuando, justo antes de estar completamente frente a mí, su cuerpo giró y se fue por el pasillo dándome la espalda. Subió las escaleras, sin dedicarme ni si quiera una mirada. ¿Qué cojones había pasado aquí? Me eché en el sofá, dejando caer todo mi peso sobre él. Subí las piernas pegándolas a mi pecho y escondí mi cabeza entre las rodillas. No sé cuándo había empezado a llorar, pero estaba segura de que ya llevaba un par de horas en ese sofá. Fue entonces cuando sentí unos brazos rodeando mi cintura y levantándome del sofá.
-Es hora de que vengas a la cama, preciosa. –Besó mi frente y yo apoyé la cabeza en su pecho, sus músculos se contraían a medida que íbamos subiendo las escaleras y él cada vez me achuchaba con más fuerza. Me dejó en la cama y yo le hice un pequeño a mi lado que él ocupó con una sonrisa. Zayn rodeó mi cintura con sus brazos atrayéndome a él.
-¿Qué ha pasado en la cocina? Quiero decir… ¿a qué ha venido que te hayas puesto así de repente? –Me giré para estar completamente en frente suya. Y él suspiró.
- Intento ver el lado positivo a esto de que no estés en mi vida pero, joder... no estás, eso no tiene nada de positivo. Entonces, cuando veo que te quiero tener y no te tengo… –Me estremecí cuando la yema de sus dedos recorrió con suavidad mis brazos desnudos. –Me cabrea que estés con Harry.
-Zayn. –Me moría de ganas de decirle que si estaba con él era más por obligación que porque de verdad nos queríamos, pero sus palabras me cortaron.
-No, espera. Quiero decir que me cabrea que estés con él cuando yo te haría mil veces más feliz; pero, igualmente, quiero que estés con él. Él te protege, te da la seguridad que a mi lado no podría asegurarte.
-Yo…
-¿Quieres callarte? Déjame terminar. –Ahogué una risa y él sonrió. –Aquella noche, mi padre me obligó a hacer lo mismo que tu padre quería hoy hacer contigo. Esa chica era la hija de una persona bastante influyente en el gobierno y, mi padre, quería a su familia dentro de esto para poder conseguir más ayudantes. –Tragué saliva.
-¿Era?
-Murió. Se fue de la lengua con sus amigas y la asesinó Michael, el padre de Des. –Ahogué un grito, enterrando mi cabeza en su pecho. –Por eso no quiero que pase lo mismo contigo, no me perdonaría que te pasara algo.
-Cállate Zayn. –Le apreté con fuerza y él besó mi pelo, mientras su mano acariciaba mi espalda con delicadeza.
-¿Lo quieres? –Su pregunta me pilló desprevenida y, cuando centré mi mirada en su rostro, vi como la sonrisa se había disipado convirtiendo su boca en una línea recta.
-¿Qué?
-Que si quieres a Harry. –Dudé un segundo antes de contestar a su pregunta y, cuando lo hice, ni si quiera tuve el valor de mirarlo a los ojos.
-Sí… -Colocó una mano en mi barbilla, levantando mi cabeza y frunció el ceño.
-¿Más que a mí?
-Nunca he dicho que te quiera. –Pude ver un destello de algo en sus ojos, pero no pude definir si era rabia, tristeza, decepción o una mezcla de todo junto. Sonreí y su rostro se relajó. Me estiré hasta llegar a su oído y dejé que las palabras salieran en un breve susurro de mi boca. –Que no lo diga no significa que no lo sienta. –Él rió en mi mejilla provocando mi risa también.
-¿Entonces? –Me quedé callada, tenía que decírselo, sí, tenía que hacerlo, pero antes de que pudiera contestar, él volvió a romper el silencio de la habitación. –Con eso lo has dicho todo; sí, lo quieres más que a mí.
No, no lo quiero más que a ti. No querría a nadie más que lo que te quiero a ti.
Su cuerpo giró, dándome la espalda y yo me resigné a seguir el contorno de su espalda con la yema de mis dedos, provocando que los suspiros salieran de forma entrecortada de su boca. Los minutos pasaban y yo cada vez tenía menos sueño aunque por lo que comprobé, Zayn había caído en los brazos de Morfeo hacía varios minutos.

10 comentarios:

  1. MAÑANA DOBLE CAPIIIII PORFA PORFAAAAA ZAYN PROTEGIENDO A JENN AHDBSJSKPSPWBSHSIS QUE PERFECCION DE CAPITULO <3 PD:PORFAVIR DOBLE CAPITULO CREO QUE NOS HARIAS MUY FELICES A TODAS xddd

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  2. Ya se que le pasa a Zayn que es BIPOLAR JAJAJ bueno lo único que quiere es proteger a Jenn y harry ? Estará celoso jajaj
    SI DOBLÉ CAPÍTULO COMO RECOMPENSACION DE DEJARNOS CON ESTA INTRIGA Y HACERNOS SUFRIR DE ESTA MANERA QUE TE DIVIERTE TANTO JAJAAJ :) muak :3

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    1. Sí, me da a mí que Zayn es bipolar o algo JAJAJAJA Me voy a pensar lo de subir dos capítulos :)

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  3. Siiiiii, doble capitulo porfaaaaaas <3

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  4. ASDFGHJKLÑASDFGHJKLÑASDFGHJKLASDFGHJKLÑASDFGHJLÑKASDFGHJKLÑADSGHJLKÑASDGHJKLÑ Como puede ser tan perfecta la fic? Niña tu la imaginacion/inspiración de donde la sacas? A mi explicamelo. Lo de los dos capitulos sería muyyyyyyyyyyyyyyyy feliz, pero se que cuesta escribir así que si la inspiración llama a tus puertas ya sabes :D

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    1. Jo, muchas gracias <3 Pues no sé, simplemente me pongo música y a escribir JAJAJAJAJA
      Lo voy a intentar, si me salen buenos los subo, si no pues como siempre, sólo uno. <33

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  5. Pero no tienes capítulos ya hechos? Jaja

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    1. JAJAJA sí y no, tengo como los bocetos escritos, y de ahí ya saco el capítulo.

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