domingo, 17 de marzo de 2013

CAPÍTULO 25


Abrí la puerta de mi habitación con un golpe seco y vi la figura de mi padre a pocos metros de mi primo. Los dos centraron la mirada en mí y bufé mientras me metía en medio.
-Will. Largo. –Escupí las palabras de mi boca y le lancé una mirada cortante para que saliera de mi cuarto. Él asintió y salió casi en el acto. –Papá. ¿Qué haces aquí?
-Todavía es el cumpleaños de tu madre. –Se acercó para abrazarme pero yo retrocedí dos pasos.
-Ni te acerques. Papá, esto no es una familia desde hace mucho tiempo. No puedes venir una vez al año a vernos y pretender ganarnos. –Cada vez alzaba más la voz. –Esta tarde es cuando tendrías que haber estado aquí, no a estas horas. Ahora no pintas nada aquí.
-No me hables de esa forma, niña.
-No me vengas ahora con tu faceta de padre. –Clavó la palma de su mano en mi mejilla y grité de dolor. Acto seguido cogió su maleta y salió de mi habitación. Cinco segundos después escuché como se cerraba la puerta de mi piso. Empecé a llorar. Me miré en el espejo de mi armario y sollocé viendo la marca de la mano de mi padre en mi cara. Maldito sea. Miré hacia la puerta y vi a mi hermana mirándome asombrada. Corrió hacia mí y me abrazó con fuerza.
-¿Estás bien? ¿Ha sido papá?
-Sí, estoy bien enana. No pasa nada. ¿Has cenado? –Ella asintió. –Vale, pues a la cama ya. –Le di un beso en la mejilla y se fue a su cuarto. Yo puse mi móvil a cargar, deshice mi cama y me metí en ella entre sollozos. Lo único que me hizo sonreír mientras intentaba conciliar el sueño, fue aquel chico de ojos azules y pelo rubio que, en un par de días, me había conquistado.
El pitido del despertador se clavó en mi cabeza como un maldito martillo. Un día más. Suspiré desperezándome en la cama y salí de ella. Abrí mi armario intentando encontrar algo decente que ponerme, y acabé decidiéndome por unos pitillos y un polo básico rojo, me puse mis supras y lista. Un par de coletas. Me lavé los dientes, recogí mis cosas y salí de mi casa mientras me tomaba media galleta.
Julie me esperaba  a unos pocos metros de mi casa. La saludé con efusividad y empezamos a andar. En mitad del camino se nos unieron Josh y Tom, que enseguida empezaron a hacer bromas. Y en la puerta del colegio nos esperaban Niall y Chris con una sonrisa enorme.  Empezamos a andar hacia clase cuando alguien tiró de mi brazo separándome del grupo. Todos pararon casi en el acto cuando vieron a Harry sacudir sus rizos delante de mí.
-¿No nos esperáis? –Miré tras suya y vi a Kara sonriendo. Bufé.
-Estáis mejor solos. O al menos, es lo que dais a entender. –Él clavó sus ojos en mí. –Os habéis aislado, como si os diera miedo relacionaros. No mordemos, Harry. –Le guiñé un ojo y volví junto a Julie que se reía ante mi contestación. Entramos todos en clase, y Julie y yo ocupamos los sitios que había al lado de Josh y Tom. Kara y Harry entraron tras nosotros y se dirigieron hacia sus sitios mirándonos de reojo. Resoplé levantándome de mi sitio y yendo hacia ellos. Julie me agarró del brazo preguntándome que hacía.
-Prometí que seríamos amigos. –Dije casi en un susurro y me liberé de su agarre, acercándome a mi antigua mesa. Miré por encima de Harry y vi el corazón con su nombre que había trazado la semana anterior. Suspiré y carraspeé un par de veces para que notaran mi presencia. –Chicos, habíamos pensado, que quizá os apeteciera sentaros allí con nosotros.
-¿Ahora sí queréis?
-Vengo de buenas, Harry. No estoy para tus idioteces. –Kara tiró de su brazo y él se levantó seguido de ella.
-Está bien. –Asentí y me fui a mi sitio seguida de la pareja. Julie puso los ojos en blanco y Josh, Tom y Niall se miraron poco convencidos. Yo les sonreí y ellos asintieron devolviéndome la sonrisa. Cuando Harry y Kara se habían sentado, Julie tomó la palabra, mirándome fijamente con una sonrisa.
-Bien chicos, mis fuentes me han dicho que este viernes cumple años una persona. –Oh, mierda. Clavé mi mirada en los ojos de Julie que seguía sonriendo. Negué con la cabeza disimuladamente pidiendo que no lo dijera pero fue un esfuerzo en vano. –Sí, la española cumple 18 este viernes. ¿Haremos una fiesta, no? –Todos asintieron al unísono y yo los miré cabreada. Maldita Julie.
-En mi casa. A las 8. –Niall tomó la palabra y centré la vista en él. Sonreía y me provocó una sonrisa a mí. Todos se pusieron de acuerdo para llevar bebidas,  comida y, sobre todo, regalos.
Josh y Tom me preguntaron si quería algo en especial. Julie parecía convencida de lo que me iba a regalar, Kara y Harry se pusieron a hablar de algo que, seguramente, no iba con mi fiesta de cumpleaños y Niall centró su mirada en un cuaderno sobre el que garabateaba alguna tontería. El día pasó lento y aburrido. No veía la hora para volver a casa. Al menos, a última hora no vino la profesora y estuvimos hablando. Volvíamos a ser un grupo. Harry y Kara volvían a ser los de siempre, con sus bromas, sus idioteces y, de vez en cuando, algún que otro gesto demasiado cariñoso para mi estómago.
Cuando por fin sonó el timbre recogí mis cosas con rapidez y salí de clase con mis amigos. Mi hermana se había vuelto a casa a la hora del recreo, por lo que me tocaba volver sola a casa. Me despedí de todos en la puerta del colegio y empecé a andar con la mirada fija en el suelo, hasta que a los pocos metros vi como una supras blancas se ponían junto a las mías. Levanté la mirada y le vi sonreír. Sonreí yo también. Nuestras manos se rozaban mientras andábamos, dejando que la electricidad fluyera por mi cuerpo.
-Ese día os podíais quedar todos a dormir en mi casa. Mis padres no van a volver hasta dentro de un mes.
-¿En serio? ¿No somos muchos? –Él negó divertido con la cabeza.
-¿Vendrá tu primo también? –Asentí con efusividad, contenta por pasar mi cumpleaños con mi primo. Seguimos hablando de temas de la fiesta hasta que llegamos a la puerta de mi casa. Le abracé con fuerza y él me correspondió el abrazo.
-Hasta mañana, Niall.
-Hasta mañana. –Empezó a andar en dirección a su casa y yo entré en mi edificio cuando le vi doblar la esquina. Subí a mi piso y entré en casa, dejando la mochila en la puerta. Mi primo y mis abuelos comían tranquilamente en el salón sin articular palabra. Los miré a todos sonriendo y fui al cuarto de mi hermana para ver como estaba.
La encontré leyendo en su cama, tapada hasta arriba y sonreí. Ella levantó la vista de su libro y me saludó con la mano para, acto seguido, retomar su lectura. Reí y me fui a mi cuarto a cambiarme la ropa por algo más cómodo, un jersey de los más anchos que tuviera y un pantalón de chándal, guardé mis supras en el armario y me fui al salón para comer. Mis abuelos recogían sus cosas mientras yo me sentaba con mi plato de pasta al lado de Will que me abrazó por la cintura.
Cuando acabé de comer llevé mi plato a la cocina y lo metí en el lavavajillas. Mi abuelo me miraba sonriente delante del frigorífico, yo lo miré extrañada y se acercó a pocos metros de mí.
-Cada día, te pareces más a tu madre. –Sonreí. –Estaría tan orgullosa de verte. Nosotros lo estamos, cariño. –Abracé a mi abuelo con fuerza dejando caer un par de lágrimas por mi cara.
-Gracias abuelo. –Me separé de él mientras me despeinaba y reí mientras me iba al salón.
-Hasta mañana, Rebeca. –Me despedí con la mano de mis abuelos y me tumbé en el sofá con Will. Fijé la mirada en el techo dejando la mente en blanco por un momento. Will me acariciaba el pelo con una sonrisa y yo estaba realmente agusto así, el timbre de mi casa me alejó de la tranquilidad y resoplé levantándome para ir a abrir la puerta. Julie entró en mi casa abrazándome con una sonrisa y yo me reí.
-¿Qué haces aquí?
-Me aburría en casa y pensé en hacerte una… -Julie enmudeció de repente cuando mi primo se levantó del sofá para saludarla.
-Hola, soy Will, el primo de Beca. –Miré a Julie que seguía completamente muda y solté una carcajada.
-¡Julie!
-¿Qué? Oh, perdón. Soy Julie, encantada. –Ambos se estrecharon la mano y Will se sacudió un poco el pelo. Estaba nervioso. Igual que ella. Sonreí. –Pues, yo sólo traía bebidas para dos. –Julie sacó un par de vasos de chocolate caliente de una bolsa y se encogió de hombros.
-No te preocupes. Will y yo compartimos. –Los tres reímos y nos sentamos en el sofá. Will no le quitaba la vista a Julie, ni ella de él y yo los miraba con una sonrisa desde la otra esquina del sofá.

3 comentarios:

  1. Me encanta tu novela!! Tienes que seguirla :3 Aaaah yo si quiero que metas a Zayn, Liam y Louis :) Besitooos<3

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    1. Awwwwwwwwww, gracias <3 Y gracias por la opinión. Besos <3

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    2. No tienes que darlas (: , sube pronto el capiii :D

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