domingo, 31 de marzo de 2013

CAPÍTULO 40



Los rayos de sol me despertaron y, después de un rato dando vueltas en el estrecho saco, decidí levantarme. Sábado a las… un momento ¿qué hora es? Miré mi móvil que estaba sobre la mesilla y el reloj daba las diez y media. Me dirigí al cuarto de baño más cercano y me miré en el espejo. Resoplé mirando mis ojeras y me eché un poco de agua para conseguir despejarme del todo.
Me puse la ropa de repuesto y guardé el pijama en la mochila junto con la ropa de fiesta del día anterior. Y me senté en el sofá pensando que hacer mientras repasaba Twitter en mi móvil. Podía quedarme viendo un rato la televisión hasta que alguien se levantara o podría irme a mi casa y desayunar. Escuché a alguien bajar las escaleras y sonreí cuando vi a Tom mirarme sorprendido en la puerta del salón. Llevaba sólo la parte de abajo del pijama a pesar de estar a una temperatura de unos 10 grados. Me hice a un lado dejándole que se sentara y me hizo compañía, no sin antes encender la televisión.
-¿Qué tal tu primer día con 18 años? –Sonreí y me encogí de hombros.
-Como todos los días de mi vida. Por ahora, aburrido. –Bostecé y Tom soltó una carcajada.
-Pues eso no puede ser. –Reímos intentando no hacer mucho ruido para no despertar a los demás.
Estuvimos hablando de temas sin importancia mientras la gente se iba levantando y despidiéndose de nosotros para volver a sus casas. Al final, del grupo, sólo estábamos despiertos Tom y yo.
-Creo que va siendo hora de que se despierten.
-Y si es con cubos de agua mejor. –Lo miré sorprendida y negué con la cabeza.
-Dejémoslo en pistolas de agua. –Él asintió. Salió al jardín y regresó con dos pistolas de agua totalmente cargadas.
-A por ellos. –Guiñé un ojo y subimos las escaleras dispuestos a realizar con éxito nuestra misión.
Abrí la puerta del cuarto de los chicos y aguanté la risa acercándome a las camas donde dormían tranquilamente Will, Niall y Harry. En la habitación de al lado escuché a Josh quejarse y a Chris insultar a Tom después de haberlos empapado. Mi turno. Cargué la pistola y apunté a la cama de Niall primero
-¡Arriba bastardos! –Empecé a dispararles mientras reía y ellos se despertaban empapados mirándome asombrados. -¡Es hora de levantarse, chicos! –Seguí disparando mojando aún más a Will y Niall que seguían metidos en la cama. -¡Hasta luego! –Cuando por fin se levantaron corrí escaleras abajo encontrándome con los demás en el salón y estallando en risas.
Los tres bajaron al salón con los pijamas totalmente empapados y no pudimos aguantar más la risa. Ellos simplemente me miraban enfadados y yo los saludé con una sonrisa. Me quedé en el salón hablando con las chicas mientras los chicos iban a la cocina a preparar algo para desayunar. Y, en mitad de la conversación, sentí como alguien me cogía de la cintura levantando mis pies del suelo. Me giré para encontrarme a Niall sonriendo pícaramente.
-Te toca mojarte, cariño.
-No. No. No. Por favor, fue idea de Tom, tírale a él. –Niall negó con la cabeza. –Por favor, yo… yo te quiero. –Niall frenó en seco a pocos metros de la piscina y besó mis labios. Yo sonreí victoriosa, pero no conseguí deshacer el agarre de Niall. –Niall, ya puedes soltarme.
-Yo también te quiero, preciosa. –Y cuando quise contestar, ambos estábamos sumergidos en el fondo de la piscina. Salimos a la superficie y empezamos a reírnos mientras yo trataba de hundir a Niall de nuevo. Pero, al final, acabábamos los dos en el fondo y volvíamos a salir a la superficie a reír y, alguna vez que otra, a besarnos.
-El desayuno. –Harry apareció en la puerta del patio y nos miró con gesto serio para entrar en el salón casi al instante. Niall y yo nos miramos y me encogí de hombros saliendo de la piscina seguida de Niall.
Acabamos de desayunar y cada uno nos fuimos a nuestras respectivas casas. Will y yo andábamos cargados hasta a arriba por los regalos que había recibido la noche anterior. Cuando llegamos a mi casa Will dejó todo en mi cuarto y se marchó a su casa a ducharse, yo hice lo mismo y, cuando salí, mi hermana ya estaba en el salón esperando que le contara todo. Así que me senté a su lado y empecé a contarle con detalle todo lo que había pasado la noche anterior, incluyendo la pequeña pelea con Lucas.
-Bueno, él se irá pronto, no se va a quedar aquí toda la vida. –Yo asentí y miré a la puerta viendo a mi primo entrar con una enorme sonrisa.
-Prima, aún no te di mi regalo. Pero ya era hora. –Sacó un par de tickets y yo lo miré extrañada. –Mañana harás una ruta a caballo por Manchester. Con quien tú quieras ir. Tranquila, ya sé que no estás pensando exactamente en mí. Ve a decírselo a Niall. –Reí en voz alta y abracé a mi primo con fuerza.
-Gracias. –Cogí la chaqueta y salí corriendo de mi edificio en dirección a casa de Niall. Cuando llegué allí la puerta estaba abierta así que entré cerrándola a mis espaldas. Llegué al jardín y vi a Julie tumbada en una de las hamacas mirando a Niall mientras sonreía. Juraría que se había ido al mismo tiempo que nosotros. Resoplé inclinándome un poco más en la pared intentando escuchar algo de la conversación que mantenían.

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