martes, 26 de marzo de 2013

CAPÍTULO 27



Las horas después del recreo fueron lo más parecido a una sala de tortura, y el tiempo no estaba a mi favor. Nunca tres horas se habían parecido tanto a tres años. Gracias al cielo, el profesor de matemáticas no había venido y nos dejaron salir una hora antes. Recogí mi mesa en un abrir y cerrar de ojos y salí al patio junto a Julie.
No habíamos hablado en todo el día de lo que había pasado la tarde anterior y sabía perfectamente que ella se moría por hablar de eso, así que me apoyé en la verja y le sonreí esperando que iniciara la conversación que había esperado toda la mañana.
-Beca, quizá te parezca extraño esto pero… ¿te dijo algo de mí tu primo cuando me fui? –Yo la miré confundida, haciendo como si no supiera de que hablaba. –Ya sabes…
-Déjame que piense, Juls –me acaricié la barbilla, como si realmente estuviera recordando algo de la tarde anterior. –No recuerdo nada.
-Bueno, lo suponía.
-Ah, sí, espera. –La sonrisa se hizo presente en su rostro y sonreí yo también. –Me preguntó si tenías novio. Pero es un detalle sin importancia.
-¿Sin importancia? Maldita seas españolita. –Julie me apretó contra la verja y yo me quejé de dolor. A lo lejos pude ver como Harry y Tom se acercaban sonriendo hasta nuestro lado.
-Las violaciones las hacéis fuera del colegio. –Harry se cruzó de brazos a pocos metros de nosotras sonriendo mientras observaba la escena.
-Vamos ricitos, todos sabemos que te gustaría ser yo en estos momentos. –Julie sonrió mientras se alejaba de mí y me permitía volver a respirar. Casi en el acto yo le lanzaba una mirada cortante a Julie que entendió a la perfección. -¿Queríais algo?
-Nada, nada. ¿Nerviosa para tu fiesta de cumpleaños, Beca? Sólo quedan un par de días.
-Me pone más nerviosa el examen de mañana. –Resoplé mirando hacia la puerta del colegio. ¿Cuánto quedaba para que saliera Vicky? Harry me miró esperando otra contestación. -¿Qué esperas que te diga? ¿Qué me pones nerviosa tú? No, Harry, yo no soy de decir mentiras. –Julie y Tom rieron mientras Harry se sacudía los rizos y volvía a posar sus ojos en los míos.
-Lo que tú digas. –Pude ver perfectamente el reflejo de una sonrisa en la cara de Harry.
-Ricitos, no te pases, que tienes a Kara suspirando por tus huesos. –Julie agitó uno de los rizos de Harry y éste le lanzó una mirada asesina.
-Cuidado Julie, no vayas a tocar los rizos del señorito, que se despeina.
-Sabes que a ti te dejo tocarlos, Beca. Siempre que estés en mi cama y con menos ropa. –Levanté mi mano para estrellarla en su cara pero él interceptó mi movimiento y agarró mi muñeca con delicadeza.
-Gilipollas. –Levanté mi dedo corazón y él me guiñó un ojo.
-Hasta mañana, Julie, a ti Beca, te veré en mis sueños.
-Pues mantén la mano alejada de tu entrepierna después de esos sueños. –Julie y yo estallamos en una sonora risa cuando acabé la frase y las dos chocamos las palmas de nuestras manos en señal de victoria.
-No entiendo como hace dos semanas podías estar saliendo con ese completo imbécil.
-Era joven y alocada. No sabía lo que hacía. –Subí mis brazos señalando al cielo y suspiré. -¿Porqué me pusiste a tal idiota en mi camino, señor?  –Julie reía divertida ante mi dramatización, aunque su risa se cortó apenas un segundo después.
-Oh, santo cielo. –Yo seguí con la mirada su punto de vista y me sorprendí aún más que ella. ¿Qué coño…? –Dime que ese es un chico nuevo en el colegio, y que viene a nuestra clase y que, oh madre mía.
-No. No viene a nuestra clase. Y no, no es nuevo en la escuela. –Julie me miraba esperando una explicación pero lo único que hice fue avanzar hasta él. Cuando apenas estábamos a dos metros me detuve delante de él y fijó su mirada en mis ojos. Una sonrisa salió de su cara.
-¿Qué crees que estás haciendo aquí?

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