miércoles, 27 de marzo de 2013

CAPÍTULO 30


Agité mi cabeza un par de veces intentando que todos los recuerdos se fueran de ahí y centré la atención en mi libro de historia. Repasé hasta que la alarma del móvil me avisó de que eran las nueve. Cerré todo y supliqué que el examen me saliera bien. Me fui a la cocina para preparar un par de hamburguesas mientras mi hermana leía un libro en el salón. Escuché como la puerta del piso se abría y saludé a mi primo desde la cocina.
-¿Qué pasa? ¿Qué te vas a acoplar en mi casa todos los días?
-Tendría que ser un honor para ti que cenara aquí. –Reí con fuerza y puse otra hamburguesa en la sartén. Cuando acabé lleve los tres platos al salón y me senté en un sillón dejando a mi hermana y a Will el sofá para ellos solos. Encendí la televisión para despejarme un poco. Había sido un día terriblemente horrible. Y, si Lucas estaba en Londres, probablemente lo que quedaba de semana también lo sería. Miré de reojo a mi hermana que había dejado de leer para centrar su atención en mí.
-¿Qué te pasa? –Mi primo también desvió la mirada hasta mi posición y dejó de comer esperando mi respuesta.
-¿A mí?
-Llevas moviendo el pie desde que te has sentado, te pasa algo. –Se sentó como un indio en el sofá y me sonrió. Pude ver un reflejo de sonrisa en el rostro de Will.
-Vas para psicóloga. –Sonreí, intentando cambiar de tema, pero ella negó con la cabeza. Resoplé. –Vale. Lucas, está en Londres. –Vicky empezó a toser cuando escuchó la noticia, yo la miraba divertida en el sofá.
-¿Qué se supone que hace aquí?
-Según él, celebrar mi decimo octavo cumpleaños. –Ella suspiró y se encogió de hombros.
-¿No te llevas bien con él? –Mi primo había dejado su plato en la mesa y ahora estaba totalmente interesado en la conversación.
-Es su ex, ¿cómo se va a llevar bien con él? –Mi hermana negó con la cabeza y volvió a mirarme. -¿Cuándo lo has visto?
-Esta mañana ha venido al colegio.
-¿Cómo sabe dónde estabas? –Me encogí de hombros.
-En eso… -Mi primo retomó la palabra. –Creo que ahí tengo yo la culpa. Me lo encontré esta mañana y, como lo había visto un par de veces contigo en España, empecé a hablar con él. Me preguntó que donde estabas y le dije cual era tu colegio. –Will bajó la mirada arrepentido y yo le lancé un cojín.
-Will. No importa, tú no conocías la historia. Sólo le conocías a él. No te preocupes.
-Bueno, Beca. Seguro que no molesta más. El viernes volverá a ir, seguro. Pero no le hagas ni caso. –Hice caso a mi hermana y me tumbé aún más en el sillón. Mi hermana se levantó sobre las diez y media y se despidió de Will y de mí antes de irse a su cuarto a escuchar algo de música. Mi primo se acercó a mí para abrazarme. Estaba arrepentido, bastante. Yo sólo sonreí y le devolví el abrazo.
-Tranquilo, Will. No pasa nada. Eso sí, me debes una. Más te vale que tu regalo de cumpleaños sea bonito… y caro. –Los dos reímos y yo volví a abrazarle.
-Beca, una pregunta. –Sabía con seguridad lo que me iba a decir porque había bajado la mirada hasta sus pies y se había sonrojado. Julie. -¿Has hablado con Julie?
-Claro que he hablado imbécil, está en mi clase.
-Quiero decir… ya sabes, sobre…
-Sobre ti. –Él asintió, contento de que hubiera terminado la frase por él. Reí. –Sí, me ha preguntado que si tú preguntaste ayer por ella.
-Le intereso. Bueno, le gusto.
-Y a ti ella. Oh vamos, no seas idiota y llámala mañana para merendar juntos.
-Con una condición. –Asentí indicándole que continuara y él fijó sus ojos en mí, poniéndose serio por un segundo. –Tú vienes con Niall. –Resoplé aceptando y él levantó las manos en señal de victoria. Idiota. –Bueno enana, me voy. –Me besó la frente y salió del apartamento mientras yo recogía un poco el salón.
Cuando estaba a punto de irme a la cama el timbre de la puerta me asustó. Maldije a quién llamara a esas horas, miré por el video portero y abrí al segundo toque, después de ver su figura. Supuse que mi hermana estaría ya durmiendo y no quería despertarla, así que corrí a la puerta  para abrirla.
-¿Qué demonios…?

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