Agité mi cabeza un par de
veces intentando que todos los recuerdos se fueran de ahí y centré la atención
en mi libro de historia. Repasé hasta que la alarma del móvil me avisó de que
eran las nueve. Cerré todo y supliqué que el examen me saliera bien. Me fui a
la cocina para preparar un par de hamburguesas mientras mi hermana leía un
libro en el salón. Escuché como la puerta del piso se abría y saludé a mi primo
desde la cocina.
-¿Qué pasa? ¿Qué te vas a
acoplar en mi casa todos los días?
-Tendría que ser un honor
para ti que cenara aquí. –Reí con fuerza y puse otra hamburguesa en la sartén.
Cuando acabé lleve los tres platos al salón y me senté en un sillón dejando a
mi hermana y a Will el sofá para ellos solos. Encendí la televisión para
despejarme un poco. Había sido un día terriblemente horrible. Y, si Lucas estaba
en Londres, probablemente lo que quedaba de semana también lo sería. Miré de
reojo a mi hermana que había dejado de leer para centrar su atención en mí.
-¿Qué te pasa? –Mi primo
también desvió la mirada hasta mi posición y dejó de comer esperando mi
respuesta.
-¿A mí?
-Llevas moviendo el pie
desde que te has sentado, te pasa algo. –Se sentó como un indio en el sofá y me
sonrió. Pude ver un reflejo de sonrisa en el rostro de Will.
-Vas para psicóloga. –Sonreí,
intentando cambiar de tema, pero ella negó con la cabeza. Resoplé. –Vale.
Lucas, está en Londres. –Vicky empezó a toser cuando escuchó la noticia, yo la
miraba divertida en el sofá.
-¿Qué se supone que hace aquí?
-Según él, celebrar mi
decimo octavo cumpleaños. –Ella suspiró y se encogió de hombros.
-¿No te llevas bien con él?
–Mi primo había dejado su plato en la mesa y ahora estaba totalmente interesado
en la conversación.
-Es su ex, ¿cómo se va a
llevar bien con él? –Mi hermana negó con la cabeza y volvió a mirarme. -¿Cuándo
lo has visto?
-Esta mañana ha venido al
colegio.
-¿Cómo sabe dónde estabas? –Me
encogí de hombros.
-En eso… -Mi primo retomó
la palabra. –Creo que ahí tengo yo la culpa. Me lo encontré esta mañana y, como
lo había visto un par de veces contigo en España, empecé a hablar con él. Me
preguntó que donde estabas y le dije cual era tu colegio. –Will bajó la mirada
arrepentido y yo le lancé un cojín.
-Will. No importa, tú no
conocías la historia. Sólo le conocías a él. No te preocupes.
-Bueno, Beca. Seguro que no
molesta más. El viernes volverá a ir, seguro. Pero no le hagas ni caso. –Hice
caso a mi hermana y me tumbé aún más en el sillón. Mi hermana se levantó sobre
las diez y media y se despidió de Will y de mí antes de irse a su cuarto a
escuchar algo de música. Mi primo se acercó a mí para abrazarme. Estaba
arrepentido, bastante. Yo sólo sonreí y le devolví el abrazo.
-Tranquilo, Will. No pasa
nada. Eso sí, me debes una. Más te vale que tu regalo de cumpleaños sea bonito…
y caro. –Los dos reímos y yo volví a abrazarle.
-Beca, una pregunta. –Sabía
con seguridad lo que me iba a decir porque había bajado la mirada hasta sus
pies y se había sonrojado. Julie. -¿Has hablado con Julie?
-Claro que he hablado
imbécil, está en mi clase.
-Quiero decir… ya sabes,
sobre…
-Sobre ti. –Él asintió,
contento de que hubiera terminado la frase por él. Reí. –Sí, me ha preguntado
que si tú preguntaste ayer por ella.
-Le intereso. Bueno, le
gusto.
-Y a ti ella. Oh vamos, no
seas idiota y llámala mañana para merendar juntos.
-Con una condición. –Asentí
indicándole que continuara y él fijó sus ojos en mí, poniéndose serio por un
segundo. –Tú vienes con Niall. –Resoplé aceptando y él levantó las manos en
señal de victoria. Idiota. –Bueno enana, me voy. –Me besó la frente y salió del
apartamento mientras yo recogía un poco el salón.
Cuando estaba a punto de
irme a la cama el timbre de la puerta me asustó. Maldije a quién llamara a esas
horas, miré por el video portero y abrí al segundo toque, después de ver su
figura. Supuse que mi hermana estaría ya durmiendo y no quería despertarla, así
que corrí a la puerta para abrirla.
-¿Qué demonios…?
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