sábado, 30 de marzo de 2013

CAPÍTULO 37



-Feliz cumpleaños, preciosa. –Niall me abrazó, besando mi mejilla y un temblor recorrió mi espina dorsal. Se hizo a un lado para dejarme pasar y saludó a mi primo con un apretón de manos. Yo entré en la casa y saludé a Josh que estaba sirviéndose algo de beber.
-Hola Josh.
-Felicidades, Beca. ¿Quieres algo?
-Ron con Coca-Cola, por favor. –Él asintió y me sirvió un vaso con lo que le había pedido.
-A ver lo que bebes. –Will pasó a mi lado sonriéndome y yo le hice burla dando un sorbo a mi vaso.
-¡Beca! ¡Felicidades! –Kara se abalanzó sobre mí y yo la abracé con la misma fuerza. –Ahora viene Harry, es que está con tu regalo. –La miré sorprendida y reímos.
-Felicidades, enana. –Chris me abrazó y yo le correspondí el abrazo con una sonrisa.
-Eh, que soy la más mayor de por aquí.
-Sin contarnos a Niall y a mí ¿no? –Ambos soltamos una carcajada. De pronto alguien me tapó los ojos y yo sonreí palpando la pulsera de su muñeca derecha.
-Hola Julie.
-¡Feliz cumpleaños! Otra vez. –Rió. Me despedí de Chris y empezamos a pasearnos por la casa para ver a los invitados.
Había gente de clase que no conocía de mucho, sólo de haber mantenido un par de palabras con ellos y, entre toda la gente, pude ver al chico que me había invitado a jugar al fútbol el día de antes. Me sonrojé cuando vi como su mirada se posaba en mí y me dedicaba una sonrisa.
-Bueno, y ahora la cumpleañera, va a abrir los regalos, ¿no? –Resoplé cuando me di cuenta de que me había convertido en el centro de atención y me senté en la mesa donde todos estaban sentados. A mi lado estaba Will dándome la mano bajo la mesa. Sólo él sabía lo mucho que odiaba ser el centro de atención.
Abrí uno por uno todos los regalos. El de Julie fue una pulsera compañera a la que ella llevaba; Josh y Tom me habían comprado una camiseta del Chelsea, Chris una colonia que parecía bastante cara. Niall me regaló un precioso colgante de plata. Hubo varios CDs y un par de DVDs. El último regalo fue uno que llevaba el nombre de Harry y Kara en la tarjeta. Sonreí centrando la mirada en ellos.
Cuando lo desenvolví, descubrí un precioso cuadro de la torre Eiffel. Fijé la mirada en Harry que sonreía y yo sabía perfectamente que había sido él quien había elegido el poster. Susurré un ‘gracias’ y el asintió.
-Bueno, y ahora… ¡que empiece la fiesta! –Dejé el cuadro apoyado en la pared y me levanté de la silla para encender el aparato de música que había en el suelo del jardín. Todos empezaron a bailar como locos y yo reía al ver a Julie intentando pasar entre la gente sin derramar su bebida.
-¿Bailamos? –Me di la vuelta para encontrarme con los ojos azules de Louis y reí.
-Soy mejor jugando al fútbol, créeme. –Louis acompañó mi risa.
-Entonces me lo tienes que demostrar.
-¿Me estás proponiendo una cita? –Reí.
-Sí, con 20 personas más. Una cita íntima. –Puse los ojos en blanco y él soltó una carcajada. Estuvimos hablando durante un rato más. Nos llevábamos bastante bien, teníamos gustos muy parecidos. Sabía que acabaríamos siendo grandes amigos. –Creo que nos vigilan.
-¿Cómo?
-Niall. No te quita la vista de encima y, bueno, a mí tampoco.
-Será que le gustas, Louis. –Reímos con fuerza. – ¡Sí! Siempre me ha hecho ilusión tener un amigo gay con el que ir de compras y, ahora voy a tener dos. Hacéis buena pareja. –Aplaudí emocionada y él negaba con la cabeza, divertido.
-No seas tontaina. –Le saqué la lengua y él se acercó a mi oído haciéndome cosquillas. –A mí me gusta más una tía, que a un tonto un lápiz. –Puse mi mano en la boca sorprendida y empecé a reír.
-Disculpa. –Niall se metió en la conversación para dejar un dulce beso en mis labios, apartándome por completo de la conversación con Louis.

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