-Feliz
cumpleaños, preciosa. –Niall me abrazó, besando mi mejilla y un temblor
recorrió mi espina dorsal. Se hizo a un lado para dejarme pasar y saludó a mi
primo con un apretón de manos. Yo entré en la casa y saludé a Josh que estaba sirviéndose
algo de beber.
-Hola Josh.
-Felicidades,
Beca. ¿Quieres algo?
-Ron con
Coca-Cola, por favor. –Él asintió y me sirvió un vaso con lo que le había
pedido.
-A ver lo que
bebes. –Will pasó a mi lado sonriéndome y yo le hice burla dando un sorbo a mi
vaso.
-¡Beca! ¡Felicidades! –Kara se abalanzó
sobre mí y yo la abracé con la misma fuerza. –Ahora viene Harry, es que está
con tu regalo. –La miré sorprendida y reímos.
-Felicidades, enana. –Chris me
abrazó y yo le correspondí el abrazo con una sonrisa.
-Eh, que soy la más mayor de por
aquí.
-Sin contarnos a Niall y a mí ¿no?
–Ambos soltamos una carcajada. De pronto alguien me tapó los ojos y yo sonreí
palpando la pulsera de su muñeca derecha.
-Hola Julie.
-¡Feliz cumpleaños! Otra vez. –Rió.
Me despedí de Chris y empezamos a pasearnos por la casa para ver a los
invitados.
Había gente de clase que no
conocía de mucho, sólo de haber mantenido un par de palabras con ellos y, entre
toda la gente, pude ver al chico que me había invitado a jugar al fútbol el día
de antes. Me sonrojé cuando vi como su mirada se posaba en mí y me dedicaba una
sonrisa.
-Bueno, y ahora la cumpleañera, va
a abrir los regalos, ¿no? –Resoplé cuando me di cuenta de que me había
convertido en el centro de atención y me senté en la mesa donde todos estaban
sentados. A mi lado estaba Will dándome la mano bajo la mesa. Sólo él sabía lo
mucho que odiaba ser el centro de atención.
Abrí uno por uno todos los
regalos. El de Julie fue una pulsera compañera a la que ella llevaba; Josh y
Tom me habían comprado una camiseta del Chelsea, Chris una colonia que parecía
bastante cara. Niall me regaló un precioso colgante de plata. Hubo varios CDs y
un par de DVDs. El último regalo fue uno que llevaba el nombre de Harry y Kara
en la tarjeta. Sonreí centrando la mirada en ellos.
Cuando lo
desenvolví, descubrí un precioso cuadro de la torre Eiffel. Fijé la mirada en
Harry que sonreía y yo sabía perfectamente que había sido él quien había
elegido el poster. Susurré un ‘gracias’ y el asintió.
-Bueno, y ahora…
¡que empiece la fiesta! –Dejé el cuadro apoyado en la pared y me levanté de la
silla para encender el aparato de música que había en el suelo del jardín.
Todos empezaron a bailar como locos y yo reía al ver a Julie intentando pasar
entre la gente sin derramar su bebida.
-¿Bailamos? –Me di
la vuelta para encontrarme con los ojos azules de Louis y reí.
-Soy mejor jugando
al fútbol, créeme. –Louis acompañó mi risa.
-Entonces me lo
tienes que demostrar.
-¿Me estás
proponiendo una cita? –Reí.
-Sí, con 20 personas
más. Una cita íntima. –Puse los ojos en blanco y él soltó una carcajada.
Estuvimos hablando durante un rato más. Nos llevábamos bastante bien, teníamos
gustos muy parecidos. Sabía que acabaríamos siendo grandes amigos. –Creo que
nos vigilan.
-¿Cómo?
-Niall. No te quita
la vista de encima y, bueno, a mí tampoco.
-Será que le gustas,
Louis. –Reímos con fuerza. – ¡Sí! Siempre me ha hecho ilusión tener un amigo
gay con el que ir de compras y, ahora voy a tener dos. Hacéis buena pareja. –Aplaudí
emocionada y él negaba con la cabeza, divertido.
-No seas tontaina. –Le
saqué la lengua y él se acercó a mi oído haciéndome cosquillas. –A mí me gusta
más una tía, que a un tonto un lápiz. –Puse mi mano en la boca sorprendida y
empecé a reír.
-Disculpa. –Niall se
metió en la conversación para dejar un dulce beso en mis labios, apartándome por
completo de la conversación con Louis.
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