viernes, 29 de marzo de 2013

CAPITULO 34


-Bien chicos, como ya sabéis la profesora está embarazada y no vendrá en los próximos meses, así que estas semanas os podéis ir antes, sólo hasta que encontremos un sustituto. –El director salió de clase y todos recogimos los libros con agilidad y salimos al patio. Me senté en un escalón de las escaleras de la entrada y Julie me acompañó.
-¿Nerviosa por mañana? –Asentí y ella sonrió. –Sólo te diré que mi regalo será el mejor de todos.
-No te creas, el nuestro es perfecto. –Josh se sentó al lado de Julie y señaló a Tom que estaba a pocos metros de nosotros.
-Hola Beca. –Levanté la mirada hasta posarla en los ojos de Will y sonreí mientras me levantaba para abrazarle. –Hola Julie. –Ella repitió mi acción y mi primo la envolvió en un dulce abrazo.
-¿A qué has venido?
-¿Recuerdas el trato de ayer? –Golpeé mi frente y me eché a reír. –Julie, ¿quieres venir esta tarde a merendar?
-¿Yo? ¡Claro!
-Te toca, prima. –Will me guiñó un ojo y yo busqué con la mirada a Niall que estaba al otro lado del patio jugando con algunos más de clase al fútbol.
-Vale, vale, ya voy Will. –Me levanté y empecé a andar hacia donde ellos estaban. Rachel y sus amigas se encontraban en una de las porterías viendo el partido y aplaudían con cada cosa que hacía uno de los chicos más deportistas que había visto. Niall desvió la vista hacia dónde yo estaba y, con un gesto a sus amigos, salió un momento del partido.
-¿Pasa algo?
-No, no. ¿Quieres venir esta tarde a merendar con Will y Julie? –Él sonrió y asintió. –Vale, a las cinco en mi portal.
-Allí estaré. –Me besó la frente y volvió al partido. Mientras yo volvía con mis amigos.
-¡Eh Beca! ¿Quieres jugar? –Un chico del equipo contrario al de Niall me lanzó el balón que yo paré tranquilamente con la puntera de mis zapatillas.
-¡Otro día que vaya mejor vestida! –Le devolví el balón y él rió despidiéndose con la mano. Había visto a ese chico en clase, en las primeras filas, siempre hablando con Rachel y su séquito, pero parecía simpático. Creo recordar que se llamaba Louis o algo así, la próxima vez me enteraré mejor. Reí en voz baja y me acerqué a mi primo, que le hacía cosquillas a Julie en el brazo, y a los demás que hablaban sobre temas poco interesantes.
-¿Y bien?
-A las cinco en el portal. –Julie y Will sonrieron y yo me apoyé en las escaleras, intentando que los pocos rayos de sol que había hoy por Londres incidieran sobre mi blanca piel. El timbre nos indicó que ya era la hora de salida oficial y nos levantamos de las escaleras antes de que nos aplastaran.
Cuando por fin salió mi hermana nos fuimos los tres hacia mi piso para comer. Un dulce olor a lasaña envolvía el salón y yo me senté corriendo a la mesa esperando mi comida favorita.
-Cariño, ¿qué tal tu examen de Historia?
-Genial, abuelo. –Sonreí metiéndome un trozo de lasaña en la boca e intentando que no se me callera. Toda la mesa reía al ver mi cara. Yo les acompañé la risa procurando no ahogarme. Cuando todos habían terminado de comer yo me serví un plato más de lasaña.
-Rebeca, te vas a poner mala. Ya llevas tres platos.
-Abuela, es que está muy rica. –Ella sonrió y retiró los otros platos de la mesa dejando sólo el mío.
-Bueno, nosotros nos vamos ya, hasta mañana cielos.
-Abuela, espera. ¿Podéis vigilar a Vicky esta tarde? Es que Will y yo salimos a merendar. –Mi abuelo sonrió a la espalda de mi abuela y asintió.
-Claro que sí cariño. –Los abracé a los dos y volví a la mesa a terminar mi tercer plato de lasaña. Cuando por fin terminé limpié los platos y me senté en el sofá a descansar con Will y Vicky. Aunque descansar poco con ellos dos; cuando no se estaban gastando bromas, se estaban peleando. Bufé y me acabé decidiendo por ir a prepararme para salir.
Vale, piensa Beca, no puedes ir muy arreglada, pero tampoco puedes ir echa un asco. Saqué los botines que me había dicho Vicky que me pusiera por la mañana. Y una camisa veraniega que tenía guardada. Mi chaqueta de cuero y lista.
“Bien, ropa lista, ahora, ¿qué narices hago con mi pelo?” Me puse una coleta alta frente al espejo, pero no me gustaba nada como quedaba. “¿Una trenza al lado?” Resoplé, desechando la idea cuando lo probé mirando mi reflejo.
-Sólo vas a merendar. Y el pelo lo tienes precioso suelo. –La voz suave de mi hermana envolvió mi habitación. Sonreí, soltando la trenza y dejando caer mi pelo por la espalda. –Venga se te va a hacer tarde. Will ya está listo. –Asentí y besé la frente de mi hermana antes de reunirme con mi primo en el salón.
-Porque eres mi prima, eh Beca.
-Vámonos ya, pedazo de subnormal. –Salí de mi casa escoltada por Will y bajé las escaleras en apenas unos segundos. Hacía una temperatura perfecta en la ciudad, ni frío, ni calor. Vi aparecer a Julie por el principio de mi calle y sonreí. Iba preciosa. Había cambiado sus gafas de pasta por lentillas, llevaba unos pantalones largos y una camiseta con un par de frases escritas en inglés. Se había recogido el pelo en un par de trenzas que caían por sus hombros. Cuando llegó a mi altura sonrió y me abrazó con fuerza para después dar un par de besos a Will. Alguien me tapó los ojos antes de que pudiera girarme y sonreí.
-Nunca te han dicho que las princesas no pueden llegar antes que el príncipe. –Me giré abrazando a Niall.
-Siento decirte que no creo en príncipes. –Él me miró con incredulidad y yo negué con la cabeza. –Pero bueno, por ti, haré una excepción. –Niall rió satisfecho y me agarró la mano esperando que mi primo decidiera un sitio dónde ir.

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