-Bien chicos, como ya
sabéis la profesora está embarazada y no vendrá en los próximos meses, así que
estas semanas os podéis ir antes, sólo hasta que encontremos un sustituto. –El director
salió de clase y todos recogimos los libros con agilidad y salimos al patio. Me
senté en un escalón de las escaleras de la entrada y Julie me acompañó.
-No te creas, el nuestro es
perfecto. –Josh se sentó al lado de Julie y señaló a Tom que estaba a pocos
metros de nosotros.
-Hola Beca. –Levanté la
mirada hasta posarla en los ojos de Will y sonreí mientras me levantaba para
abrazarle. –Hola Julie. –Ella repitió mi acción y mi primo la envolvió en un
dulce abrazo.
-¿A qué has venido?
-¿Recuerdas el trato de
ayer? –Golpeé mi frente y me eché a reír. –Julie, ¿quieres venir esta tarde a
merendar?
-¿Yo? ¡Claro!
-Te toca, prima. –Will me
guiñó un ojo y yo busqué con la mirada a Niall que estaba al otro lado del
patio jugando con algunos más de clase al fútbol.
-Vale, vale, ya voy Will. –Me
levanté y empecé a andar hacia donde ellos estaban. Rachel y sus amigas se
encontraban en una de las porterías viendo el partido y aplaudían con cada cosa
que hacía uno de los chicos más deportistas que había visto. Niall desvió la
vista hacia dónde yo estaba y, con un gesto a sus amigos, salió un momento del
partido.
-¿Pasa algo?
-No, no. ¿Quieres venir
esta tarde a merendar con Will y Julie? –Él sonrió y asintió. –Vale, a las
cinco en mi portal.
-Allí estaré. –Me besó la
frente y volvió al partido. Mientras yo volvía con mis amigos.
-¡Eh Beca! ¿Quieres jugar? –Un
chico del equipo contrario al de Niall me lanzó el balón que yo paré
tranquilamente con la puntera de mis zapatillas.
-¡Otro día que vaya mejor
vestida! –Le devolví el balón y él rió despidiéndose con la mano. Había visto a
ese chico en clase, en las primeras filas, siempre hablando con Rachel y su
séquito, pero parecía simpático. Creo recordar que se llamaba Louis o algo así,
la próxima vez me enteraré mejor. Reí en voz baja y me acerqué a mi primo, que
le hacía cosquillas a Julie en el brazo, y a los demás que hablaban sobre temas
poco interesantes.
-¿Y bien?
-A las cinco en el portal. –Julie
y Will sonrieron y yo me apoyé en las escaleras, intentando que los pocos rayos
de sol que había hoy por Londres incidieran sobre mi blanca piel. El timbre nos
indicó que ya era la hora de salida oficial y nos levantamos de las escaleras
antes de que nos aplastaran.
Cuando por fin salió mi
hermana nos fuimos los tres hacia mi piso para comer. Un dulce olor a lasaña
envolvía el salón y yo me senté corriendo a la mesa esperando mi comida
favorita.
-Cariño, ¿qué tal tu examen de
Historia?
-Genial, abuelo. –Sonreí metiéndome
un trozo de lasaña en la boca e intentando que no se me callera. Toda la mesa
reía al ver mi cara. Yo les acompañé la risa procurando no ahogarme. Cuando
todos habían terminado de comer yo me serví un plato más de lasaña.
-Rebeca, te vas a poner mala. Ya
llevas tres platos.
-Abuela, es que está muy rica. –Ella
sonrió y retiró los otros platos de la mesa dejando sólo el mío.
-Bueno, nosotros nos vamos ya,
hasta mañana cielos.
-Abuela, espera. ¿Podéis vigilar
a Vicky esta tarde? Es que Will y yo salimos a merendar. –Mi abuelo sonrió a la
espalda de mi abuela y asintió.
-Claro que sí cariño. –Los abracé
a los dos y volví a la mesa a terminar mi tercer plato de lasaña. Cuando por
fin terminé limpié los platos y me senté en el sofá a descansar con Will y
Vicky. Aunque descansar poco con ellos dos; cuando no se estaban gastando
bromas, se estaban peleando. Bufé y me acabé decidiendo por ir a prepararme
para salir.
Vale, piensa Beca, no puedes ir
muy arreglada, pero tampoco puedes ir echa un asco. Saqué los botines que me
había dicho Vicky que me pusiera por la mañana. Y una camisa veraniega que
tenía guardada. Mi chaqueta de cuero y lista.
“Bien, ropa lista, ahora, ¿qué
narices hago con mi pelo?” Me puse una coleta alta frente al espejo, pero no me
gustaba nada como quedaba. “¿Una trenza al lado?” Resoplé, desechando la idea
cuando lo probé mirando mi reflejo.
-Sólo vas a merendar. Y el pelo
lo tienes precioso suelo. –La voz suave de mi hermana envolvió mi habitación.
Sonreí, soltando la trenza y dejando caer mi pelo por la espalda. –Venga se te
va a hacer tarde. Will ya está listo. –Asentí y besé la frente de mi hermana
antes de reunirme con mi primo en el salón.
-Porque eres mi prima, eh Beca.
-Vámonos ya, pedazo de subnormal.
–Salí de mi casa escoltada por Will y bajé las escaleras en apenas unos
segundos. Hacía una temperatura perfecta en la ciudad, ni frío, ni calor. Vi
aparecer a Julie por el principio de mi calle y sonreí. Iba preciosa. Había
cambiado sus gafas de pasta por lentillas, llevaba unos pantalones largos y una
camiseta con un par de frases escritas en inglés. Se había recogido el pelo en
un par de trenzas que caían por sus hombros. Cuando llegó a mi altura sonrió y
me abrazó con fuerza para después dar un par de besos a Will. Alguien me tapó
los ojos antes de que pudiera girarme y sonreí.
-Nunca te han dicho que las princesas
no pueden llegar antes que el príncipe. –Me giré abrazando a Niall.
-Siento decirte que no creo en
príncipes. –Él me miró con incredulidad y yo negué con la cabeza. –Pero bueno,
por ti, haré una excepción. –Niall rió satisfecho y me agarró la mano esperando
que mi primo decidiera un sitio dónde ir.
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