viernes, 29 de marzo de 2013

CAPÍTULO 33



Me separé lo suficiente como para mirarle a los ojos y crucé mis manos alrededor de su cuello mientras él me cogía por la cintura. Él sonreía y yo le correspondí con otra sonrisa. Podía estar así horas siempre que fuera él a quién  estuviera abrazando.
-A dormir, Niall. –Fue un susurro imperceptible, pero él negó con la cabeza.
-El sofá es muy incómodo.
-Haberte acordado de traer las llaves. -Él me acercó aún más hasta el punto que nuestras narices se rozaron. –Vamos, es tarde.
-Idiota.
-Sí, pero te encanto. –Le saqué la lengua separándome de él y abrí el armario para coger un par de mantas que darle.
-Más de lo que crees. –Los dos sonreímos. Niall se acercó a mí, me besó la frente con ternura y, acto seguido, cogió las mantas y se fue al salón.
Yo me eché en mi cama y escondí la cabeza entre las sábanas. ¿Qué narices se supone que me pasa? Las palabras de mi primo volvieron a resonar en mi cabeza. “Nunca es tarde para enamorarse”. Pero… ¿de verdad estaba enamorada de Niall? Es cierto que teníamos una conexión, que lo que él me provocaba no lo había sentido en mi vida. Es verdad que cuando él está cerca me tiemblan las piernas. Resoplé con fuerza y saqué la cabeza de las sábanas encontrándome con los ojos de Niall. Ahogué un grito y él rió en voz baja.
-¿Qué quieres ahora, idiota? –Él se tumbó a mi lado fijando la mirada en el techo. –No, ni de coña. Fuera. Al sofá.
-Parezco un perro que se ha portado mal.
-Es que eres un perro que se ha portado mal. –Él se incorporó poniendo una sonrisa pícara y se tiró encima de mí, agarrándome las manos por encima de la cabeza.
-No quieras que me porte mal contigo. –Él besó mi nariz y se levantó de la cama cogiendo una de mis almohadas. Me incorporé y él volvió al salón con la almohada a la espalda. Volví a taparme y cerré los ojos intentando dormir un poco.
-¡Despierta! ¡Despierta! ¡Despierta! –La voz irritante de Vicky me sacó de mi profundo sueño.
-¿Qué hora es?
-Las 7 y media. Pero la pregunta es, ¿qué hace Niall en el sofá desayunando? –Me desperecé y me levanté de mi cama.
-Ayer no tenía llaves y tuvo que dormir aquí. No hay más. –Entré en el cuarto de baño para lavarme los dientes y arreglarme la cara y, cuando salí, Vicky ya me había sacado el conjunto para clase. Pantalones cortos, medias, botines, y una camisa. La miré disgustada. –Voy a clase, no a un pase de modelos.
-Póntelo. –Negué con la cabeza y cambié la camisa por una camiseta ancha que tenía y los botines por unas converse. –Haya tú.
-Hasta luego, Vicky. –Cogí mis cosas y salí al salón donde Niall ya me estaba esperando. Sonreí y le seguí hasta la puerta del piso. Empezamos a andar hacia el instituto sin mediar palabra. Suspiré un par de veces hasta que vi el pelo negro de Julie en el sitio de siempre. La saludé con la mano, pero ella estaba demasiado ocupada mirando como mi mano derecha estaba agarrada a la izquierda de Niall. Yo ni si quiera me había dado cuenta del detalle, reí en voz baja y Julie empezó a aplaudir emocionada.
-¡Ya sabía yo que vosotros dos acababais juntos!
-Julie. –Niall la miró como diciéndole que se callara y yo los miré a los dos divertida.
-¿Qué sabes tú que yo no sepa, Julie?
-Nada, no sabe nada. –Los tres empezamos a reír a carcajadas antes de entrar en clase. Kara estaba sentada en su sitio habitual, pero Harry no ocupaba el asiento contiguo, por lo que deduje que aún seguiría en el hospital. Yo me senté al lado de Josh y Julie y Niall delante de nosotros. Tom llegó un par de minutos después y se sentó en la banca de detrás de Josh.
-Bien chicos. Que empiece el examen. –El profesor empezó a repartir los folios de examen y yo sacudía el bolígrafo, nerviosa. Respiré profundamente antes de empezar a escribir y miré las preguntas del examen. Me las sabía a la perfección, así que sólo tenía que plasmarlas en el papel.
El timbre nos avisó de que el examen había terminado. Entregué los folios al profesor y volví a mi sitio al mismo tiempo que Kara. Ella sonreía, pero podía ver perfectamente que estaba preocupada. Yo me senté donde tendría que ir Harry y la abracé.
-Eh, tranquila. Harry está bien. –Ella me miró sorprendida y me devolvió el abrazo.
-Cuando ayer lo vi, lleno de tubos. Nunca lo he pasado tan mal. –Está claro que nunca has visto como muere una persona a la que quieres. Forcé una sonrisa.
-Tranquila, él está bien.
-Beca. Sé que él aún te quiere… -Su voz se quebró antes de terminar la frase.
-Eh, a ti te quiere mucho más. Me lo dijo ayer. –Sequé un par de lágrimas que se habían escapado de sus ojos y ella me sonrió amargamente.
Está bien. Era mentira, él nunca me había dicho eso, pero supongo que él pensaba así y una mentira piadosa para alegrar a tu amiga no tiene ninguna importancia, ¿no?

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