Sonreí de la forma más
forzada que podía y salí de la habitación dejándome caer en una de las sillas
que había en el pasillo. Josh se sentó a mi lado y me dio un pequeño vaso de
café. Sonreí en señal de agradecimiento y di un sorbo.
-¿Te vas a quedar a dormir?
–Niall se agachó hasta ponerse a mi altura y poder mirarme directamente a los
ojos. Me encogí de hombros.
-¿Qué han dicho los
médicos?
-Qué está bien, por eso se
ha ido la familia, él mismo nos ha dicho que no hace falta que estemos aquí. –Asentí
y me levanté de la silla dejando el café en una papelera cercana. Cuando
salimos a la calle se empezaba a notar aún más el frío de la noche. Metí las
manos dentro de los bolsillos de la sudadera mientras Niall iba a pedir un
taxi.
-Creo que sería mejor
llamar y que nos mandaran uno. –Escuchaba el traqueteo de mis dientes a causa
del frío.
-Entra en el hospital, no
quiero que mueras de hipotermia, yo voy a llamar un taxi. –Entré en el hospital
de nuevo y me quedé tras las puertas observando como Niall se movía de un lado
a otro mientras hablaba por teléfono.
Al cabo de unos cinco
minutos me avisó con la mano y salí corriendo a la vez que un taxi paraba a
pocos metros de la entrada del hospital. Niall dio la dirección de mi casa y
nos sentamos en la parte de atrás. Suspiré apoyando la cabeza en su hombro
mientras él me agarraba la mano. No estaba pendiente de nada, ni si quiera me
di cuenta de que estábamos en mi casa hasta que Niall no se movió para pagar al
taxista.
-¿Quieres subir? –Niall sonrió
asintiendo y yo abrí la puerta del edificio dejando que él pasara primero,
repitiendo la acción con la puerta de mi piso. –Siéntate, ¿quieres algo para
entrar en calor?
-Sí, pero para eso tienes
que estar tú aquí cerca. –Aguanté la risa y le saqué la lengua mientras me iba
a la cocina a por un vaso de leche.
-Imbécil.
-Sí, pero te encanto. –La
figura de Niall apareció en el marco de la puerta asustándome.
-No te lo creas tanto,
rubito. –Él puso los ojos en blanco y se acercó a donde yo estaba. -¿Quieres?
-No, de verdad. –Sonreí llevando
el vaso de leche al salón mientras era escoltada por Niall.
-Me intimidas, ¿sabes? –Él rió
con fuerza y yo le di un puñetazo en el hombro. –Cállate, mi hermana está
durmiendo.
-Perdón, perdón. –Di un
trago del vaso y miré a Niall que había cerrado la boca en una línea recta. –Beca,
tenemos que hablar.
-Nunca viene nada bueno
después de esa frase. ¿Qué pasa?
-Es que… -de repente una
sonrisa fugaz apareció en su rostro. –No tengo llaves de mi casa. Iba a
quedarme a dormir en casa de Josh, pero como vine contigo… ¿puedo dormir
contigo? –Me tapé la boca para ahogar una sonora carcajada.
-Sí, puedes. –Él sonrió
agradecido y yo me levanté para irme a mi habitación. Cuando llegué sentí el
aliento de Niall en la nuca. Sonreí. –Puedes dormir en el sofá.
-Eso no tiene gracia.
-¿Cuándo habíamos acortado tanto la distancia entre nosotros? Él sonreía y yo
podía escuchar perfectamente mi respiración nerviosa.
-Niall. Al sofá.
-Un beso de buenas noches
al menos ¿no? –Negué con la cabeza manteniendo la mirada fija en la suya. Pero
él colocó una mano en mi cintura acercándome aún más a él. –Buenas noches,
princesa. –Y posó sus labios en los míos antes de que pudiera rechazarlo de
nuevo.
ME ENCANTA *---*
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