Disfruté el partido como un bebé en una tienda de chuches. No me lo había pasado tan bien como ese día en mucho tiempo; salimos del estadio, aún escuchando los cánticos procedentes de los seguidores más radicales del equipo.
Los alrededores del campo estaban llenos de tiendas que vendían productos del Chelsea. Que si camisetas, que si bufandas, cuadros... aquello era el paraíso para cualquier fanático. Entonces recordé que Harry me había puesto algo en el campo y miré la camiseta azul que ahora llevaba puesta. Me paré frente a un escaparate y miré el numero que presidía mi espalda. El 9. Con en nombre de Torres impreso sobre este.
-¿No te habías dado cuenta de que llevabas la camiseta? -Harry apoyó su cabeza en mi hombro y yo negué sonriendo, provocándole una sonora carcajada.
-Estaba más ocupada viendo el partido. -Él me giró sobre mí misma, de tal forma que lo miraba directamente a los ojos mientras hablaba.
-Estás muy guapa con una camiseta de fútbol.
-Tú estás muy guapo sin camiseta alguna. -Mordí mi labio y Harry rió con fuerza, pegándome aún más contra él. Fue en ese instante cuando el bolsillo de Harry comenzó a vibrar y yo intenté de forma fallida ahogar una risa. -¿Ya estás contento Harry?
-Cállate cerda. Es el móvil. -Harry acompañó mi risa y descolgó el móvil. -¿Diga?
-¡¿Dónde cojones estáis?! -Escuché los gritos de Julie a través del auricular y me asusté. Había pasado algo grave, si no, Julie no estaría así.
-Tranquila, Julie, estabamos viendo el fútbol.
-Venid al hospital ya. -Y colgó. Empezamos a andar con prisa hasta el coche y Harry arrancó el coche derrapando por la calzada y acelerando para perderse en la autovía.
Llegamos al hospital después de media hora y Julie y Cris nos esperaban en la puerta. Cris me abrazó con fuerza, para después dejar un par de besos en las mejillas de Harry. Julie no se movió de su posición, ni se inmutó.
-¿A qué venía tanta prisa, Julie? -Harry la miró directamente a los ojos y pude ver como en la mirada de ella saltaba una chispa de rabia.
-¿En serio, Harry? Llevo aquí toda la puta mañana y ni si quiera os habéis dignado a llamar para saber como está. -Su mirada se posó en mí y se acercó cabreada. -Si tantísimo querías a mi hermano, ¿dónde cojones estabas, eh? Viendo un puto partido de fútbol. Te importa una mierda como esté Niall. -La miré cabreada. ¿En serio estaba diciéndome aquello?
-¿Y tú? Nunca te ha importado tu hermano, nunca. Sólo ahora, ¿porqué? Porque se va a morir y ves que te quedarás sola con su madre y tu padre y no puedes aguantarlo. Y sí, he ido al fútbol porque mi novio me ha invitado, siento que tu novio no esté aquí para llevarte. -Me tapé la boca con la mano, queriendo parar mis palabras, pero fue demasiado tarde y ella lo único que hizo fue mirarme asombrada y entrar al hospital sin mediar palabra. -Cris, ¿cómo está?
-Ha reaccionado cuando ha escuchado una canción y ahora están haciéndole una serie de pruebas para ver que pasará. -Asentí y entré en el hospital para sentarme a esperar en la sala de espera. Harry se quedó fuera, esperando a Josh y Louis que habían llamado diciendo que llegarían en un rato. Cris se fue a su casa a cambiarse.
Suspiré y me acerqué a Julie, que estaba sentada en el pasillo, con el móvil en la mano, mirándolo sin interés.
-Julie, perdona lo de antes. -Ella levantó la vista hasta mí y suspiró. Tenía los ojos llorosos. Me había pasado bastante diciéndole todo aquello. -Ha sido un momento de rabia, perdóname Julie.
-Lo siento yo también. Estaba cabreada y, creo que también celosa. Yo también quiero una relación como la de Styles y tú. -Sonreí y la abracé con fuerza.
-La tendrás y más con el imbécil de mi primo. -Ella rió y me correspondió el abrazo. Alguien tosió a nuestra espalda y nos separamos para observar a una enfermera que nos miraba sonriendo.
-¿Familiares del señor Horan? -Ambas asentimos con rapidez y ella nos abrió la puerta de la habitación. -Pueden pasar a verlo. Acaba de despertar. -Julie y yo nos abrazamos con lágrimas en los ojos. Entramos en la habitación y Julie se lanzó a los brazos de Niall que empezó a reírse como un loco ante la efusividad de su hermana.
-Tranquila Julie. Sueltame. Me ahogo. -Julie empezó a reír y se separó de él limpiándose un par de lágrimas que estaban en sus mejillas. Entonces, la mirada de Niall se posó en mí y yo sonreí. -Beca... -Corrí a abrazarle, ahogándole, igual que había hecho Julie un segundo antes.
-Menudo susto me has dado, rubito.
-No esperaba que vinieras.
-No me iba a quedar en mi casa sabiendo que podría no volver a verte. -Niall besó mi frente y me apretó con fuerza contra su pecho.
-Te he echado de menos, Beca. -Niall volvió a mirar a su hermana. -Julie, ¿puedes salirte un segundo? Tengo que hablar con Beca en privado. -Julie asintió y salió de la habitación cerrando la puerta a sus espaldas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario