¡Sorpresa! Sí, sé que es viernes y que dije que no subiría capítulos pero voy a hacer una excepción por hoy y he decidido subir uno. No os acostumbréis mucho. Ale, disfrutad del capítulo.
El olor de su colonia envolvió mi
habitación y el colchón de mi cama se hundió por su peso cuando se sentó en él.
Sentí como apartaba los mechones de mi cara y me estremecí con su tacto frío
sobre mi piel.
-Jenn, ¿estás despierta? –Menudas
preguntas hace este también, ¿es tonto o algo? A lo mejor piensa que si estoy dormida
le contestaré. Resoplé en mi mente, pero no me inmuté. –En fin, mejor decírtelo
ahora que no te enteras. No me gusta disculparme, es más nunca lo hago. Pero…
lo siento, Jenn. No quería decir nada que te doliera, lo siento de verdad. –Me
retorcí en mi cama, dándome la vuelta, intentando que no me viera la cara y no
se diera cuenta de las lágrimas que acababan de brotar de mis ojos. –Sólo era
eso. Perdóname, preciosa. –Se levantó del colchón, besó mi pelo y se marchó
cerrando la puerta tras él con un leve crujido. Me senté en mi cama dejando
escapar un pequeño suspiro.
Maldito sea él y su jodida doble
personalidad. En un segundo puede estar siendo un cabrón contigo y al siguiente
quieres comértelo a besos. Imbécil. Imbécil. Y mil veces imbécil. Volví a
tumbarme en la cama y decidí cerrar los ojos. Definitivamente, no iría a clase
al día siguiente, no después del dolor de cabeza que me había provocado.
Apagué el despertador cuando me
alejó del profundo sueño en el que estaba sumida y volví a cerrar los ojos; a
los pocos minutos entró mi madre que me arropó con cuidado y, tras despedirse
de mí, cerró la puerta de la casa y se fue al trabajo. Yo me revolví en la
cama, intentando volver a conciliar el sueño, hasta que lo conseguí media hora
más tarde.
Cuando abrí los ojos de nuevo eran
las once y diez y mi móvil vibraba en la mesita. Lo desbloqueé y abrí todos los
mensajes que me habían mandado mis amigos.
“¿Qué te ha pasado? ¿Estás
bien?” Respondí a Espe con un simple, todo bien, un día de relax. Ella me
contestó con una risa.
“No te vas a escaquear de hablar
conmigo, ¿cenamos?” Cenar, con Harry.
Suspiré y le dije que tendría que preguntarles a mis padres.
“Jenn, llámame cuando puedas.”
Zayn… Ni si quiera respondí el mensaje, me levanté de la cama y me recogí el
pelo en un moño, me puse unos pantalones cortos, una camiseta de tirantes, cogí
un libro y salí al jardín a leer. Esto me recordaba tanto a las mañanas de
verano, sin madrugar ni ir al colegio. Resoplé, bueno, sólo me quedaban nueve
meses más de clases, eso si no me quedaba ninguna. Puse los ojos en blanco y
seguí leyendo.
Las una y media y mis tripas
empezaron a rugir. Guardé el libro y empecé a prepararme algo de comida antes
de que llegara mi madre. Me decanté por una ensalada de pasta, así que puse la
pasta a hervir mientras ponía algo de música para animar un poco la mañana.
Cuando por fin terminé de
prepararme la comida paré la música para encender la televisión y ver el final
de alguna serie que nunca había visto. Por lo que pude ver, iba de asesinatos y
un amor imposible entre la chica de la comisaria y el chico, supuesto asesino.
¿Pero qué mierda era eso? Bufé apagando la tele y terminé de comer en silencio.
Cuando terminé de comer eran las dos y cuarto y me tumbé en el sofá a mirar el
techo, no tenía nada que hacer.
Bueno, en realidad me quedé
pensando que le diría a mis padres para poder salir esta noche con Harry,
aunque la verdad es que me lo deben, por la cenita que me dieron anoche. Cogí
el móvil y le mandé un mensaje a mi madre, pidiéndole que me dejara ir esta
noche a cenar con él. Cómo no, su respuesta fue un sí. Mi madre adoraba a Harry,
es más, creo que ya pensaba en boda o algo así.
Negué con la cabeza divertida. Le mandé un mensaje a Harry confirmando
la cena de esa noche y quedamos a las seis en mi casa. El reloj de mi salón
acababa de marcar las tres así que aún tenía tiempo para dormir un rato, aunque
al parecer al universo no le apetecía verme descansar. El timbre de la puerta
me hizo reaccionar y me levanté con lentitud para abrir la puerta. Miré por la
mirilla y lo único que vi fue la sonrisa de Zayn y como se apoyaba en la puerta
esperando que le abriera. Abrí la puerta con semblante serio y él me saludó con
un leve movimiento de barbilla.
-¿Qué haces aquí?
-Cuando te dicen que llames a una
persona es por algo, ¿sabes? –Entró en mi casa y se apoyó en la pared, con la
mirada fija en mí. Pude ver una leve sonrisa en su cara.
-Dijiste que te llamara si podía y
la verdad es que no he podido.
-Claro, has estado muy ocupada
haciendo nada.
-Más que tú seguro. –Él dio un paso
hasta colocarse a pocos centímetros de mí y yo respiré hondo. – ¿Qué quieres?
-Saber que planes tienes para esta
noche.
-Tengo una cena.
-¿Conmigo?
-Eso es lo que a ti te gustaría. Y
ahora largo, tengo que arreglarme. –Su semblante había cambiado y ahora era
serio, no movía ni un músculo y yo me estremecí al verlo así.
-¿Con quién vas?
-No te interesa y ahora, por favor,
lárgate. –Le señalé la puerta pero él anduvo en dirección contraria y se sentó
en el sofá mirándome de arriba abajo. -¿Qué haces? Vete. Fuera.
-Dímelo y me voy. –Lo miré a los
ojos y suspiré.
-Harry. –Se levantó de un salto y
cerró las manos en puños. Podía ver la rabia en su cara.
-No me gusta ese tío.
-Ya, pero –respiré hondo siendo
consciente de lo que iba a decir. –Es de mi mundo, padres ricos e influyentes y
él es un niño pijo que lo tiene todo, como yo. –Tragué saliva. –Vivimos en el mismo
mundo. –Lo miré fijamente a los ojos, dejando que toda mi rabia le traspasara,
mientras él me miraba asombrado. Farfulló un par de insultos y salió por la
puerta dando un portazo. Agradecí que se fuera tan rápido. Estoy segura de que
se llega a quedar ahí medio segundo más y me hubiera derrumbado. Me asomé a la
ventana y pude observar como arrancaba la moto y, antes de acelerar y
marcharse, miraba apenas un instante hacía donde yo estaba.
Cerré la ventana y me fui a mi
cuarto para empezar a arreglarme. Me metí en la ducha a las cuatro y media para
poder lavarme el pelo y, cuando acabé de secármelo, ya eran las cinco y media.
Empecé a vestirme. Unos vaqueros, una camisa blanca y unas sandalias. Salí de
mi casa dejando una nota a mis padres en el salón y me encontré con Harry a
pocos metros de mi casa. Me abrazó y agarró mi mano guiándome por las calles
hasta llegar a un precioso restaurante. Subimos a la terraza de este desde la
cual teníamos vistas privilegiadas al London Eye.
-Últimamente tienes muy buena
relación con Zayn ¿no? –Levanté la mirada de la carta para fijarla en la suya y
me encogí de hombros.
-Sólo hicimos un trabajo de
ciencias juntos, nada más. –Él asintió sin apartar la mirada de mí y dio un
trago de su cerveza. -¿Me has traído al restaurante más lujoso de Londres para
hablarme de Malik?
-No es el más lujoso. –Ahogué una
risa. –Ese lo dejo para nuestra segunda cita.
-Ajá. –Asentí poco convencida y
seguí observando la carta. Una segunda cita, ¿cómo pareja? Sentí como mis
nauseas aumentaron y yo las disimulé con la mejor sonrisa fingida que pude
poner.
-Jenn, en realidad, quería hablar
de lo de ayer. –Iba a comenzar a hablar cuando una camarera se acercó a nuestra mesa para tomar nota del pedido.
Ambos nos miramos y sonreímos, pidiendo casi a la vez un plato de lasaña.
Cuando la chica se fue, Harry retomó la conversación. –Bien, Jenn. Entonces,
¿qué? ¿Quieres ser mi novia? –Me paré a valorar todas las opciones. Puede que
todo saliera bien, que estuviéramos juntos, siendo como hasta ahora pero como
pareja formal. Pero podría salir mal, acabar odiándonos y perder a mi mejor
amigo. Harry jugueteaba con la funda de su móvil mientras a mí me iba a salir
humo de la cabeza de tanto pensar. Resoplé cuando sentí vibrar mi móvil en el
bolsillo de mis vaqueros.
-Un segundo. –Me levanté de la mesa
con una sonrisa y me fui al baño para responder con tranquilidad a la llamada.
-¿Qué pasa Zoe?
-¿Dónde estás, tía? Llevo como
veinte minutos llamando a tu casa y no lo coge nadie.
-Estoy cenando fuera con Harry.
-Pues avisa, me tenías preocupada.
-Okey mamá. –Ella rió con fuerza
desde su teléfono.
-Cuando llegues a tu casa llámame
al móvil. –Acepté y ella se despidió de mí, dejándome de nuevo a solas con mis
pensamientos.
ASDFGHJKLÑASDFGHJÑLKASDFGHJÑLK COMO LO DEJAS ASÍ!!!?!?!?!?!?! SI O NO ESA ES LA CUESTIÓN AJJAJAJAJAJA No me hagas mucho caso estoy un poco loca :)) Me encanta la fic esta genial enserio muy asdfghjñlasdfghjklñ :D
ResponderEliminarCOMO LO PUEDES DEJAE ASI?!?!?! AHDJSOAPAJDÑ MUCHAS GRACIAS POT SUBIR CIELO <3<3<3<3
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