EPÍLOGO

Corría como podía por las escaleras de la Iglesia. Maldito vestido y malditos tacones. Me paré en la puerta y respiré hondo. Si entraba por la puerta principal lo arruinaría todo. Resoplé y volví a correr hasta la puerta trasera. Entré por ella, intentando que no me viera nadie, buscando la habitación donde estarían las demás. Joder, siempre llegando tarde a todos sitios, Beca. Cinco años y no cambias. Que digo cinco, veintitrés años. Resoplé y por fin llegué a la pequeña habitación. Llamé un par de veces a la puerta y una radiante Cris me abrió con una sonrisa.

-Llego tarde, lo sé.                                                        

-Como siempre. –Julie me sonrió, ajustándose su vestido frente al espejo. Miré a Kara y a Cris, y las tres mirábamos a Julie sonriendo como idiotas. –Vamos, no tenemos todo el día. –Reí acercándome a Julie y le arreglé un par de mechones que se habían salido del moño.

-Pasadme el velo. –Kara me alcanzó el velo y yo se lo coloqué con paciencia a Julie. –Estás preciosa. Es normal que mi primo se enamorara de semejante belleza.

-Gracias, Beca. –Sequé un par de lágrimas que se habían derramado por sus mejillas y sonreí abrazándola con cuidado.

-Tranquila, no llores, no querrás arruinar todo el maquillaje ¿no? –Ella negó sonriendo y yo asentí. –Estás lista.

-¿Vamos saliendo nosotras? –Julie asintió a Kara y Cris que salieron de la habitación, no sin antes dejar un beso en cada mejilla de Julie. Respiré hondo y hablé antes de que salieran de la habitación.

-¡Esperad! –Ambas se giraron mirándome con intriga. –Tengo que deciros una cosa. –Sonreí y levanté mi mano, dejando ver el pequeño anillo que presidía mi dedo. –Estoy comprometida.

-¿¡Qué!? ¿Desde cuándo? ¿Cuándo pensabas contárnoslo?  -Reí ante el interés de Cris.

-No quería quitarle protagonismo a la princesa. –Señalé a Julie con la cabeza y ella me dio un puñetazo en el hombro. –Au.

-Eso es lo primero que tendrías que haber dicho nada más entrar, idiota. ¿Desde cuándo?

-Apenas dos semanas. –Todas aplaudieron de felicidad y corrieron a abrazarme. –Bueno, ahora largaos. Mi primo va a empezar a pensar que Julie se ha dado a la fuga. –Las tres rieron y Kara y Cris salieron de la habitación.

-Me alegro mucho por ti, pequeña.

-Gracias, pero dejemos mi boda y centrémonos en la tuya. ¿Lo llevas todo? ¿Algo azul? –Levantó uno de sus guantes y me enseñó una pulsera azul. -¿Algo nuevo? –Señaló la tiara. -¿Algo viejo? –Señaló el velo. -¿Algo prestado? –Julie se paró mirándome a los ojos y negó con la cabeza.

-Nada.

-Toma. –Me quité el colgante que llevaba y se lo puse. –Algo prestado. Ahora sí que estás lista. –La agarré del brazo y salí de la pequeña habitación con ella. La música empezó a sonar y todos se pusieron en pie y se giraron para verla. Will sonreía como un maldito imbécil en el altar y yo sonreí al verlo así. Comenzamos a andar y la dejé en el altar, ella le dio la mano a Will que me sonrió y yo le devolví la sonrisa sentándome en mi sitio en el primer banco de la Iglesia. Estábamos todos. Louis, Chris, Josh, Tom, Kara, Cris, Niall, la pequeña Rebeca que ya tenía cinco años, Harry y yo. Y, enfrente de nosotros, Will y Julie dándose el sí, quiero. Habíamos conseguido cumplir la promesa que nos hicimos cinco años antes.

Bueno y, hasta aquí la novela. Se acabó. Han sido cinco meses subiendo capítulos lo más rápido que podía para no dejaros con mucha intriga. Y ahora, se acabó.
Pero no preocuparos, porque pronto (el lunes como muy tarde) empezaré a subir otra. Se basará en Zayn, Harry y Liam y, bueno, no sé que más deciros... que miles de gracias por el apoyo y nada más. Espero que os haya gustado.