jueves, 13 de junio de 2013

CAPÍTULO 84

*Narra Cris*

Martes. Por fin mi ansiado martes.
Me levanté de un salto de la cama y me fui corriendo al baño a asearme. Cuando terminé empecé a elegir el modelito adecuado para la cena de esta noche, no podía ser ni muy arreglado, pero tampoco un completo desastre. Me decanté por unos pitillos negros, y una camiseta blanca básica. Me miré en el espejo y acomodé mi pelo hacia el lado derecho. Asentí. Me gustaba como iba. El reloj acababa de marcar las doce cuando empecé a comer mi ensalada. Ya había avisado a mis padres de que ese día no dormiría en casa. Cogí mis llaves, las de la casa de Niall, mi móvil y salí de mi edificio con una sonrisa en la cara.
Conecté mi reproductor en cuanto pisé la boca de metro y me desconecté del mundo, la casa de Niall y la mía no estaban muy lejos, pero coger el metro cada día era un incordio. Necesitaba un coche ya. Las notas de una canción de Adele resonaron en mi auricular justo cuando una voz femenina retumbó con más fuerza y, me di cuenta de que, la próxima estación, era la mía. Hacía un día como otros tantos en Londres, así que cerré mi chaqueta vaquera y empecé a andar hasta casa de Niall.
Abrí la puerta de la casa y dejé el bolso sobre el sofá. Me recogí el pelo en una coleta alta y entré en la cocina poniéndome el delantal. Empecé a preparar una buena y abundante cena para dos. Sólo para él y para mí. El móvil no dejaba de sonar a causa de los mensajes que Niall me estaba enviando al WhatsApp y yo simplemente reí cuando los leí.
"¡¡Hoy me dan el alta!!" "Cris, ¿estás ahí?" "¿Vas a venir a recogerme?" "¡Cristina contesta que estás en línea!"
Miré el reloj de la cocina y sonreí. Las cuatro menos cuarto. Miré la pantalla de mi BlackBerry y empecé a escribir.
"Cariño, lo siento, estoy enferma, creo que es un resfriado. Hoy no nos veremos, te quiero".
Enviar. Reí y removí la pasta que ya estaba casi hecha. Puse la mesa en medio segundo y corrí a la cocina para poner la pasta en un par de platos. Los empapé en salsa boloñesa y, antes de llevarlos a la mesa, respondí el móvil que vibraba en mi bolsillo. El nombre de Beca parpadeaba en la pantalla y contesté con una sonrisa.
-¡Hola Beca!
-¿Cris? ¿Estás bien? Me ha llamado Niall preocupado diciendo que estabas enferma.
-Tranquila, es solo una sorpresa que le quiero dar. No te preocupes. -La escuché reír al otro lado de la línea y me hizo reír a mí también.
-Vale, vale. Le diré que estás con fiebre.
-¡Gracias! -Colgué el teléfono y corrí a poner los platos cuando escuché el coche aparcar frente a la casa. -Mierda. Mierda. Mierda. -La puerta se abrió y yo sonreí, mirando a la entrada. Niall entró, dejando las llaves en la mesita del salón y resopló. Se le notaba molesto, supuse que sería por no haberle ido a recoger. Levantó la mirada para fijarla en mis ojos. Y sonrió acercándose a mí.
-Bienvenido a casa. -Sonreí tímidamente y él rió abrazándome y dejando un beso en mis labios.
-¿Cenamos? -Asentí y me senté en la mesa, a su lado. Durante toda la cena me estuvo contando quienes habían sido sus últimas visitas en el hospital, Josh, Chris y Beca con Julie. Sonreí escuchándolo atentamente.
Tenía un brillo en los ojos que hacía que su azul fuera aún más brillante. Empecé a recoger la mesa mientras él se sentaba en el sofá y Niall agarró mi cintura, poniéndome encima de él.
-Deja eso. Ya recogeremos mañana. -Besó una y mil veces mi boca y yo sonreía entre beso y beso. Metió su mano dentro de mi camiseta haciendo que mis músculos se tensaran. Besaba mi cuello con tranquilidad, mientras yo pasaba mi mano por su espalda. De un momento a otro, ambos estábamos sin camiseta y, al segundo siguiente, los pantalones habían desaparecido en algún rincón de la habitación.
Rápidamente, Niall me cogió en brazos y yo me agarré a él por la cintura con mis piernas sintiendo el bulto de su entrepierna crecer en mi vientre. Ahogué una risa y volví a besarlo, ahora ya tumbados en la cama. Resopló en mi pelo y acarició mis muslos provocándome escalofríos, subió un poco más la mano, metiendo un par de dedos dentro de mis bragas y cerré los ojos dejándome llevar. Niall besaba mis labios con lentitud, dejándome con ganas de más. Entonces agarró mi cintura, y me penetró con fuerza, haciéndome gritar con más fuerza aún. Miré su cara apenas unos segundos y lo vi sonreír, disfrutando el momento, igual que estaba haciendo yo. La intensidad de sus movimientos subió mientras mis gemidos aumentaban. Me agarré a las sábanas y él empezó a gemir en mi oído.
Terminamos al mismo tiempo y se tumbó a mi lado, acariciando mi pelo y besándolo mientras me hacía sonreír.
-No sé cómo no te encontré antes, pequeña. -Me abracé a su pecho y él revolvió mi pelo apretándome contra él.
-Te quiero.
-Yo más, princesa.

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