jueves, 13 de junio de 2013

CAPÍTULO 86


Los chicos se lo tomaron igual de bien que mi hermana. Sorprendentemente bien. Julie se pasó como cuarenta minutos diciéndome que se alegraba por mí y Kara por poco me arranca un brazo de tanto saltar de emoción. Ni que me fuera a casar o algo. Ahora tocaba decírselo a Gemma. Acompañé a Vicky hasta mi casa y recogí toda la ropa que había en mi armario. Llené un par de maletas y otro par de bolsas. Y aún quedaban cosas mías en mi habitación, pero iría otro día a por ellas.
Llegamos al piso y recogimos la habitación, aunque después de haberla recogido. Harry empezó a hacer la comida mientras yo recogía un poco mi ropa y la iba colocando en el armario. Me acerqué a la cocina y vi como Harry aliñaba una ensalada. Lo abracé por detrás y besé su espalda.
-¿Así que, el niño me ha salido chef?
-El mejor de todo Londres.            
-Mejor, porque yo soy la mejor de toda Inglaterra. –Él soltó una carcajada. –No te rías, algún día te lo demostraré.
-Ahora que vives conmigo, me lo puedes demostrar cuando quieras. –Asentí con la cabeza, haciendo que mi nariz chocara con su espalda.
-¿Cuándo se lo dirás a tu hermana? No quiero ser una molestia y, a lo mejor ella no quiere.
-Se lo diré cuando venga. Y no eres una molestia, deja de decir tonterías y vete al salón. –Se dio la vuelta y me sonrió. –La comida está lista.
Recogimos la mesa después de haber comido y empezamos a ver lo que ponían. Series, programas, noticias. En resumen, nada interesante. La puerta crujió y Harry se tensó al escuchar los tacones de Gemma avanzar por el pasillo. Tenía miedo de decírselo a su hermana. Acaricié la palma de su mano y le dediqué una sonrisa.
-Tranquilo, ¿vale? –Él asintió y sonrió cuando su hermana se apoyó en la pared saludándonos. - ¡Hola Gemma! ¿Qué tal el día?
-Duro. Bastante duro. Vendría bien un abrazo. –Hizo un pequeño puchero y me levanté a abrazarla entre risas. -¿Y vosotros qué?
-Normal, hemos a desayunar con mis abuelos y mañana iremos a que vuelvan a aceptarme en clase. –Ella asintió escuchándome, mientras se quitaba los tacones y sonreía. –Gemma, creo que Harry quiere decirte algo. –Harry me miró con cara de asesino y yo me encogí de hombros, dedicándole una tímida sonrisa imperceptible para todos, excepto para él. Harry se levantó y se acercó a su hermana que lo miraba intrigada.
-Verás… Tú sabes que Beca y yo estamos, ya sabes, juntos, como pareja formal, ¿no? –Gemma asintió y yo puse los ojos en blanco. Esto iba para largo. ¿Pareja formal? Reí interiormente, Harry que es sólo decirle que me mudo a tu piso. –Vale. Y también sabes que la quiero, más que a cualquier otra de las chicas que he conocido, ¿no? –De nuevo un asentimiento de Gemma y suspiré. Decidí intervenir en la conversación, porque veía que si no, no acabaría nunca.
-Gemma, lo que Harry quiere decir es que si no te importa que me venga con vosotros a vivir. –Él respiró aliviado y yo sonreí esperando una respuesta por parte de la chica.
-¡Claro que no! Para mí eres como una hermana más, sólo que contigo me llevo bien. –Ambas reímos y Harry le sonrió a su hermana. –Voy a cambiarme.
-¿Ves como no era tan difícil? –Él besó mis labios y yo sonreí poniendo los ojos en blanco y volviendo al sofá a sentarme.
-Cuando nos casemos, serás tú quien se lo diga a mi familia. –Reí con fuerza, tumbándome en el sofá y Harry acompañó mi risa desde la cocina.
-¿Ya estás pensando en matrimonio, Styles? –Él asintió entrando de nuevo al salón y se sentó en el lugar que segundos antes habían ocupado mis piernas.

-Por supuesto, y en hijos, y en nietos. Y hasta tengo pensado el asilo en el que envejeceremos juntos. –Negué con la cabeza divertida y estiré mis piernas sobre su regazo. Él comenzó a hacerme cosquillas mientras el sueño invadía mi cuerpo. La idea de casarme con Harry invadió mi cuerpo. Tener hijos con él y nietos… Sabía que una sonrisa estaba ocupando mi cara en ese instante. Un par de minutos más tarde, me había quedado completamente dormida.

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