*Unos meses después*
-¡Chicos! Último día de
clase. –Todos aplaudimos emocionados ante las palabras de Julie y empezamos a
bailar y cantar como idiotas en mitad de la clase. Era nuestro último día de
clase y pasaríamos a la universidad. Cada uno se iría por su lado, Julie se
trasladaba a Manchester, yo había conseguido una beca en Oxford. Louis y Harry,
venían conmigo. Niall, Josh y Tom se meterían en económicas. Y Kara se iba a
estudiar periodismo en la universidad de York. ¿Volveríamos a vernos? Ninguno
sabría decirlo con certeza.
Kara empezó a dibujar una
playa en la pizarra, mientras Julie tiraba a la basura todos sus apuntes y
Louis iba pegando voces por las clases anunciando que había acabado el curso.
Josh, Tom y Harry imitaban una batería en las mesas, armando aún más follón del
que ya había. Y Niall estaba con el móvil en la mano, mirando algún mensaje o
algo por el estilo cuando me acerqué a él con una sonrisa.
-¿Cómo está Cris? –Él
levantó la mirada y sonrió.
-Genial.
-¿De cuánto ya?
-Seis meses. –Sonreí
tapándome la boca. Era increíble el tiempo que había pasado desde la noche que
nos lo dijo. Sin embargo las cosas no habían cambiado nada para ella. La relación
con Niall había ido incluso mejor. Con los chicos ahora se llevaba genial, era
la madre del grupo. Y, con nosotras… bueno, se había convertido en una hermana
para Julie y para mí, ¿quién lo diría, no? Pero así era, en cada momento malo
que había tenido estos meses ella había estado ahí para sacarme una sonrisa.
-Dentro de nada lo tienes
en casa.
-La tengo en casa.
-¿Es niña? –Él asintió,
sonriendo orgulloso. Sería un gran padre. -¿Cómo se llamará?
-Esto… -El rubor de sus
mejillas ascendió y bajó la mirada al suelo. –Rebeca. –Abrí los ojos
sorprendida y sonreí. No pude evitar emocionarme, ni si quiera sabía por qué.
Él simplemente rió y me abrazó con fuerza. –Lo decidió Cris.
-Es la mejor. –Él asintió
justo cuando el timbre sonaba para advertirnos de que, oficialmente, estábamos
de vacaciones. Recogimos las pocas cosas que habíamos llevado a clase y salimos
corriendo por los pasillos mientras reíamos.
Todos íbamos a casa de
Niall, ya que habíamos organizado allí una fiesta de fin de curso. Nos
cambiamos, poniéndonos todos los bikinis y bañadores y nos fuimos al jardín
donde Will ya había empezado a preparar la barbacoa.
En aquel momento la única
imagen que se me vino a la mente fue mi decimo octavo cumpleaños, en esta misma
casa, pero era todo tan diferente. Sonreí cuando sentí como alguien rodeaba mi
cintura y me pegaba a él.
-Hola Harry.
-Hola cariño, ¿te das un
baño conmigo? –Negué con la cabeza.
-No me apetece.
-No era una pregunta,
cielo. –Me cogió en brazos y se tiró a la piscina conmigo encima. Detrás de
nosotros, todos se tiraron al agua.
Cris nos miraba divertida
desde un pequeño balancín, mientras Niall acariciaba su barriga. Sonreí al
verlos y, de nuevo, me sumergí en el agua porque alguien había agarrado mi pie.
Encontré sus labios en el fondo de la piscina y le besé con fuerza, agarrándome
a él. Salimos a la superficie a coger aire y me abracé a Harry mientras nadaba.
-Algún día nosotros
estaremos así. –Los susurros de Harry me hicieron sonreír y me giré para
mirarle a la cara. –Lo único que cambiará entre nosotros y ellos es que, cuando
nosotros estemos así, tú ya te apellidarás Styles.
-No veo un futuro mejor
que ese. –Besé sus húmedos labios y él me agarró de la cintura juntándome más a
él.
-Eh, Styles. ¡Suelta a mi
prima, que la vas a dejar seca! –Miré a mi primo cabreada mientras él reía y le
saqué el dedo corazón mientras todos comenzaban a reír al unísono.
-Chicos, venid. –La voz de
Niall sobresalió por encima de los gritos de los demás y todos salimos para
acercarnos a la mesa en la que estaba. –Chicos, vamos a brindar haciendo una
promesa. Primero, brindemos por todos los años de amistad.
-¡Eh! Que a mí solo me
conocéis de meses.
-Pero con lo pesada que
eres parecen años, españolita. –Golpeé el hombro de Niall y él rió provocando
la risa de los demás.
-Pasarán cincuenta años y
seguiréis llamándome españolita. –Todos asintieron al mismo tiempo y reí.
-Bueno, como iba diciendo.
Brindemos por tantos años de amistad y, por los que nos quedan. Chicos, no
podemos perder el contacto, seguiremos quedando para salir de cervezas y para ver el fútbol.
-Y nosotras para tomar
café e ir de compras. –Cris intervino en el brindis y todas las chicas
asentimos.
-El caso es, que
seguiremos viéndonos. –Todos levantamos los vasos y brindamos. Al terminar el
brindis, Harry me agarró de la cintura separándome del grupo y se acercó a mi
oreja.
-Y yo brindo, porque lo
nuestro será para siempre.
-Yo también brindo por
eso. –Y me acerqué a él para sellar el brindis con un beso.
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