El despertador y ese maldito sonido
irritante. Resoplé y me estiré en mi cama. Lunes de nuevo. Primer lunes del
curso y ya quería que se acabara el año. Me lavé la cara y recogí el pelo en
dos trenzas. Una sudadera y unos pitillos negros con unas botas. Cogí la
mochila, el móvil, las llaves y salí a la puerta donde me esperaba Espe con una
sonrisa. La abracé y empezamos a andar en dirección al instituto, Espe había
hecho el trabajo de la genética y me empezó a explicar cosas sobre el ADN que,
sinceramente, a las ocho de la mañana me importaban una auténtica mierda, pero
escuchaba sonriendo mientras ella me explicaba los procesos de la genética.
Llegamos al instituto un par de
minutos antes de que sonara el timbre y nos sentamos en nuestros respectivos
sitios cuando el profesor de matemáticas entró en clase. Explicó algo de
logaritmos y demás, pero me era imposible concentrarme. Mi mirada iba
alternando el sitio de Zayn y el sitio de Harry, que se encontraba vacío.
Centré la mirada en la pizarra, intentando concentrarme en lo que explicaba el
profesor y en que la siguiente hora la tendríamos libre, pero la mirada
penetrante de Zayn me aturdía. Cuando sonó el timbre y el profesor salió de
clase, Harry hizo su aparición; se acercó a mí y me envolvió en un suave abrazo
ante la atenta mirada de mis amigas.
Alguien tosió a mi espalda y me
separé de Harry con resignación para encontrarme con la media sonrisa de Zayn.
Sentí el cuerpo de Harry tensarse y se colocó entre Zayn y yo.
-¿Quieres algo? –Zayn miró por
encima del hombro de Harry para fijar en mí la mirada.
-A ella.
-Déjame en paz, Malik. –La mirada
de Zayn se centró entonces en mis ojos y me dedicó una sonrisa. El rubor subió
a mis mejillas y él volvió a mirar a Harry.
-Ya la has oído, Zayn
-¿Y tú eres…?
-Me conoces de sobra. –Tragué
saliva y escruté la posición de Harry, estaba a la defensiva con las manos
cerradas en puños y la mirada fija en los ojos castaños de Zayn que, por su
parte, estaba sentado en una mesa con los brazos cruzados.
-Apártate.
-Apártame tú. –Ambos dieron un
paso al frente hasta estar completamente pegados el uno al otro. No me gustaba
aquello, y mucho menos sabiendo que Zayn llevaba una pistola en su bolsillo.
Respiré hondo y agarré a Harry de la camiseta separándolo de él.
-¿Qué coño te pasa? Ignóralo y
punto. –Harry seguía manteniendo la mirada fija en Zayn y yo agarré sus
mejillas haciendo que se fijara en mí. –Harry. Ignóralo. –Él me miró a los ojos
y sonrió para después besar mis labios. Sí, una buena forma de ignorar a Zayn
es morrearme. Lo separé con un empujón y él me miró aún con la sonrisa presente
en su rostro.
-Luego hablaremos, Jenn. –Se
marchó a su sitio dejándome con la palabra en la boca. Me senté en la mesa y
rápidamente se acercaron a mí, Allie, Espe y Zoe, de nuevo sonriendo como tres
tontas. Yo suspiré esperando su interrogatorio que no tardó en llegar.
-¿Desde cuándo?
-¿Te ha gustado?
-¿Estáis juntos? –Suspiré
enterrando mi cabeza entre mis manos y mis amigas rieron abrazándome con
fuerza.
-No os pienso contar nada por
muchos abrazos que me deis. –Ellas se separaron y se sentaron en sus sitios
mientras me miraban con cara de asco y yo estallaba en una risa.
Las siguientes horas de clase se
pasaron en un vuelo mientras hablaba a escondidas por WhatsApp con mis amigas
del tema Harry-Zayn, me tenían de los nervios con tanta pregunta. Por fin sonó
el deseado timbre que nos indicaba que podíamos volver a casa. Recogí mis cosas
en un abrir y cerrar de ojos y salí a la calle con mis amigas. Zoe, Allie y
Espe me acompañaron a casa, esperando que contara algo más sobre el tema Harry,
pero mi boca permanecía cerrada a pesar de tanta insistencia de mis amigas. Al
final acabamos las cuatro paradas en la puerta de mi casa mientras reíamos
sobre algún tema distinto al inicial.
-Hasta mañana, Jenn.
-Mañana hablamos chicas. –Las tres
se despidieron con la mano y empezaron a andar calle abajo mientras yo entraba
en mi casa. El olor a comida recién preparada impregnaba el ambiente y yo
aspiré con tranquilidad mientras me acercaba a la cocina para saludar a mi
madre.
Ella me sonrió envolviéndome en
sus brazos y señalándome un bote de Nutella que habría comprado esa misma
mañana. Sonreí emocionada y lo guardé donde mi padre no se lo podría comer.
Entonces me di cuenta de que algo raro pasaba. Miré a mi madre que seguía con una
sonrisa en su cara.
-Está bien, ¿qué pasa mamá?
-Esta noche… vienen a cenar de
nuevo los Malik.
-¿Qué? No. No. Estás de broma. Es
una broma –reí irónicamente –muy buena mamá. –Ella seguía seria y yo me
estremecí. -¿No hay forma de escaquearse?
-Ninguna. –Resoplé y entré en mi
cuarto. Mierda, mierda, mierda y mil veces mierda. Mis ganas de ver de nuevo a
Zayn hoy estaban bajo tierra. No me apetecía aguantarle hasta las dos o las
tres de la mañana, teniendo en cuenta de que al día siguiente tengo clase.
Me deshice de la ropa y me puse
una sudadera y unos pantalones de chándal para irme al salón a comer en
compañía de mi madre. Ninguna de las dos hablábamos, simplemente manteníamos la
mirada fija en la televisión aunque ninguna de las dos prestábamos atención al
programa que estaban poniendo.
Cuando terminamos de comer y
fregué los platos me fui a mi cuarto y me relajé en la cama mientras en la
radio sonaba una canción inglesa. Escuché la puerta de mi casa cerrarse y como
mi padre saludaba a mi madre con un ‘lo hemos conseguido’.
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