martes, 11 de junio de 2013

CAPÍTULO 83


-¿Qué? –Lo miré a los preciosos ojos verdes y vi como sonreía. -¿No estás bromeando, no?
-¿Eso es un sí? –Sacudí mi cabeza separándome de él y suspiré bajando la mirada, centrándola en mis converse vaqueras. Él puso su mano en mi barbilla, haciendo que levantara la mirada y volver a retomar el contacto visual. –Eh, tranquila. Es muy precipitado. Lo sé. –Me abrazó de nuevo con la misma ternura de antes. –Sólo… piénsalo. –Sus susurros me hicieron sonreír y asentí poco convencida. –Vamos a casa, anda.
Retomamos el camino, de nuevo sin mantener conversación alguna. La proposición de Harry me había dejado completamente helada. ¿Irme con él a vivir? Sería de las mejores cosas que me pasaran pero había miles de factores en los que tenía que pensar. Mis abuelos, mi hermana… mi padre. ¿Qué diría mi padre si llega un día a casa y Vicky le suelta: “Beca está viviendo con su novio”? Resoplé, bueno, realmente no creo que le importe mucho que viva o no viva en esa casa ya que no pasa en ella ni un tercio de año.
-Beca, ¿estás bien? –Miré a mi derecha y respondí a la pregunta de Harry con una sonrisa. Él asintió y abrió la puerta del edificio, dejándome pasar primero. –No quiero que te sientas presionada ni nada, de verdad. Si me dices que no, no importa. Lo entendería, soy un completo desastre.  –Me acerqué a él con una sonrisa y enredé mis dedos en su pelo. Él sonrió haciendo que salieran a la luz sus hoyuelos, sus perfectos hoyuelos.
-¿Sabes qué pasa? Que me encanta que seas un desastre. –Él rió en voz baja y besó la punta de mi nariz.
-Entremos, que Gemma estará cabreada porque llegamos tarde a cenar. –Puso los ojos en blanco y yo reí. Gemma. Tampoco había pensado en ella a la hora de mudarme aquí; la verdad es que en el par de horas que nos conocíamos habíamos encajado a la perfección y nos llevábamos bastante bien pero… Siempre tiene que haber algún pero que lo fastidie todo.
El olor a risotto impregnaba todo el salón y la entrada. Aspiré con fuerza y sonreí. Si sabía tan bien como olía, la cena estaría riquísima.
“Chicos,  he salido. Tenéis la cena en la cocina y la casa para vosotros solos. Por favor, no rompáis ningún sofá ni ningún colchón, que son caros.”
Empecé a reírme yo sola mientras reía la nota de Gemma y Harry se acercó abrazándome por la cintura y poniendo su cabeza en mi hombro mientras leía él también.
-Que bien me conoce mi hermana… -Las palabras salieron en un susurro casi inaudible y yo me giré para mirarlo a los ojos. Sonreía maliciosamente y yo noté como el rubor de mis mejillas aumentaba.
-Cállate Styles. –Él rió.
-Siéntate, voy a por la cena. –Asentí y me senté en un extremo de la mesa mientras esperaba que Harry trajera los platos con la comida. –Aquí está. Risotto para mí. –Colocó su plato y volvió a marcharse a la cocina mientras yo me ponía un vaso de agua. –Y risotto para la señorita Styles. –Me atraganté con el agua y lo miré sorprendida. ¿Señorita Styles? Él rió con fuerza sentándose en frente de mí. –Tendrías que verte la cara.
-Imbécil.
-Como tú. –Y dimos por finalizada la conversación empezando a comer. De vez en cuando nos gastábamos alguna broma, pero la mayoría del tiempo lo pasamos en silencio, sonriéndonos como dos idiotas cada vez que se cruzaban nuestras miradas. Nos sentamos en el sofá cuando terminamos y empezamos a hablar sobre el futuro, ni si quiera sabía en qué quería trabajar Harry, pero lo mejor es que ni si quiera él sabía que quería. Estuvimos jugando en el sofá como dos niños pequeños, haciéndonos bromas y, entre broma y broma, se escapaba algún beso.
-Voy a limpiar esto –señalé la mesa con la cabeza y puse los ojos en blanco. –Ahora vengo. –Recogí los dos platos y me fui a la cocina a limpiar; pobre Gemma, después de hacernos la cena, también tendría que limpiar todo. Negué con la cabeza contestándome a mí misma y abrí el grifo. Justo al mismo tiempo, sentí como Harry rodeaba mi cintura con sus manos y empezaba a besarme el cuello, provocando que se me erizara la piel. –Estate quieto.
-Hmmm… no. –Siguió besándome mientras yo reía en voz baja. Me giró en medio segundo subiéndome a la encimera y, entonces, volvió al ataque con los besos, ahora en mis labios. La intensidad de éstos subía por momentos y, para que negarlo mis ganas de él, aún más. Fue ahí cuando me di cuenta de cuál era la respuesta a la respuesta que me había hecho esa tarde.
-Harry.
-¿Hmm...? –Apenas despegó sus labios de los míos para contestar y yo sonreí.
-Sí. –Abrió los ojos como platos y una sonrisa se dibujó en su cara.
-¿Sí?

-Sí. –Él rió y me cogió en brazos, abrazándome con fuerza mientras yo reía aún más fuerte. Me había dado cuenta de que no podría estar sin esos momentos de juegos, de bromas y de risas, igual que no podía vivir sin sus besos, ni sus caricias, no podría vivir con todo eso sólo los fines de semana, los necesitaba cada día. Besó mis labios con más fuerza que antes y, de un salto, me subí a su cintura, mientras él me presionaba con fuerza contra su pecho, intentando que los centímetros fueran milímetros y que los milímetros, no existieran para nosotros.

1 comentario:

  1. Oins! ASDFGHJKLÑASDFGHJÑKLASDFGHJÑKLASDFGHJÑKLASDFGHJÑLKASDFGHJÑLAKSDFGHJÑLASDFGHJÑLADFGHJÑKLASDFGHJÑLAKSDFGHJÑLAKSJDFGHJÑLASDFGHLÑAJDKFGHJÑKLASDFFGHJÑLASDFGHJÑLKASDFGHJKLÑASDGJLÑ JOPE QUE BONITOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO SE VAN A VIVIR JUNTOS!! ASDFGHJLÑ SUBE EL SIGUIENTE PRONTO QUE MUERO DE AMOR

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