domingo, 2 de junio de 2013

CAPÍTULO 79



-No podemos hacerlo en la entrada de mi casa, Beca. -Hablaba de forma nerviosa en mi cuello, besándolo entre palabra y palabra, haciendo que mi excitación aumentara.
-Eso es porque no quieres. Te aseguro que así ningún vecino desconocería tu nombre. -Harry río para después besar mis labios con dulzura mientras andábamos hasta el salón y me dejaba sobre el sofá. Nuestras respiraciones entrecortadas eran lo único que se escuchaba por toda la casa, era la mejor banda sonora que podíamos tener. Me acomodé en el sofá y él apartó con agilidad un par de periódicos que estaban colocados sobre este, lanzándolos a la otra punta de la habitación. Ambos nos besábamos con prisas, con ganas el uno del otro, con demasiadas ganas. Nuestras miradas se cruzaron un instante, el instante justo para sonreír y volver a la carga con los besos. Le bajé los pantalones y él se deshizo con agilidad de mis pitillos, tirándolos a los pies de la mesa, al lado de donde se encontraban los suyos. Apoyó una mano al lado de mi cabeza y me miró a los ojos, recorriendo con la otra cada curva de mi cuerpo para, acto seguido empezar a besarlo de arriba a abajo.
-Eres preciosa. -Sentí como mis mejillas se volvían rojas y enrollé mis piernas en su cintura, pegándolo totalmente a mí, de tal forma que sentía por completo el bulto de su erección en sus bóxers.
Harry volvió a la carga con mis labios mientras bajaba sus manos hasta el borde de mis bragas e introducía un par de dedos en ellas haciéndome gemir. Sonreía.
-¿Quieres hacerlo ya, joder? -Él rió y yo me quedé asombrada. Ni si quiera sé como salían las palabras de mi boca en aquel momento. Harry se alejó medio centímetro de mí y cogió un condón de su cartera. Me miró un segundo antes de ponerselo y asentí mordiéndome el labio, provocando una sonrisa pícara en su cara.
Acto seguido me embistió con fuerza, haciendo que me agarrara a los cojines del sofá y que, por el salón, retumbara su nombre. Me agarró de la cintura con una mano, mientras con la otra masajeaba mi pecho y yo me movía a su ritmo, besándole, dejando que su lengua se paseara por mi boca igual que lo hacía la mía en la suya.
Me di la vuelta, colocándome encima de él y empecé a moverme tal y como él me lo pedía. Harry se sentó, aún conmigo encima, y besó mis pechos mientras agarraba mi trasero pidiéndome más. Los gemidos de Harry hacían compañía a los míos y cada vez eran más intensos. Llegamos al orgasmo al mismo tiempo y él besó mi frente, poniéndome de nuevo bajo su cuerpo. Los rizos se quedaban pegados en su frente a causa del sudor y yo sonreía, besando su cuello con lentitud.
-Espera un segundo. –Se levantó y empezó a recorrer el pasillo. Escuchaba como abría y cerraba un par de armarios y soltaba un par de insultos, hasta que escuché un “¡Aquí está!” Y de nuevo, escuché como cerraba un cajón. Reí en voz baja. A saber qué narices estaba haciendo ahora. A los pocos segundos estaba atravesando la puerta del salón con una manta entre sus brazos y una sonrisa en su cara. Nos tapó a ambos con ella y besó mis labios con dulzura.
Harry se acurrucó en un pequeño hueco que había en el sofá y me apretó contra su pecho, mientras a mí me embriagaba el cansancio y el sueño se apoderaba de mí. Había sido un día duro y no había mejor forma de acabarlo que así. Aún escuchaba la respiración alterada de Harry, aunque la mía era igual. Cerré los ojos, intentando descansar y Harry acercó su boca a mi oído, haciendo que mis alertas se activaran de nuevo.
-No sé qué haría sin ti, Beca. No sería nada; no me dejes, no otra vez. No lo soportaría -Su voz ronca se estrellaba contra mi tímpano, haciendo que mi cerebro guardara como algo preciado cada palabra que salía de su boca. ¿Sabía que estaba despierta o se pensaba que me había quedado dormida? Harry besó mi cuello y, a los pocos segundos, sentí como se calmaba su respiración y se dormía apoyado en mi hombro.
-No te dejaré, no me permitiría perderte otra vez. -Me giré y me acomodé en su pecho y, no sin antes dejar un par de besos en él, también me dormí escuchando el relajante latido de su corazón.

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